Esto es lo más ¡fascinante! que he visto en los últimos meses. Un puñetazo de emociones, que divierte, entretiene, sorprende, hace reír, te enmudece. En suma, te zamarrea todos los sentimientos posibles porque el espectador es uno más entre quienes están dando vueltas por la sala donde Joaquín Sabina juega pool y chacharea con sus invitados en su gran departamento madrileño, cargado de objetos que evidencian una vida bien vivida.
Y ahí está uno también en bambalinas antes de una actuación, y luego en el escenario y en la plaza de toros donde un amigo casi pierde la vida y en ese momento en que en pleno escenario se derrumba y termina internado en el hospital por varios meses. “Con los dedos del Serrat entrecruzados”, como dice la canción que da título a este acto de perseverancia que es el documental de Fernando León de Aranoa, que lo siguió por más de 13 años. Que lo llevó a Úbeda, su pueblo natal, una sorpresa incluso para quienes como, en mi caso, lo conocimos y lo entrevistamos.
Sabina, el “tipo del bombín que se sube al escenario”, como se describe a sí mismo, ya con tanta confianza como dan los años de tener al lado al hombre que te sigue y te filma, larga confesiones sin filtro. Cuando era joven, dice a cámara con su voz rasposa, “era bastante descerebrado”,; y que pasó de joven a viejo “sin rozar la madurez”.
Cantando con Leiva (si les gusta la música, pongan ojo con este cantautor), componen y plasman aquello de “siempre me propuse envejecer sin dignidad”.
Sintiéndolo Mucho, el documental, es como el mismo Sabina lo describe: “la burla de uno mismo pero también la chulería”. Por no hacer spoiler —porque van a gozar cada ingenio, cada ocurrencia— no les dejo caer más agudezas y desenfados, que todas dan para gozarlas y son un hallazgo.
Porque el hombre asume y verbaliza sus contradicciones; se mueve y habla con total desparpajo y mucho ingenio, que eso le sobra, sin jamás soltar el “pucho” ni algún vaso con alcohol.
Sintiéndolo mucho
Minamata es el nombre de una aldea pesquera en Japón. Y esta película recoge acontecimientos reales acaecidos a principios de los ’70 en ese lugar. Valiosa y dolorosa por partida doble, la manera en que está planteada la historia es capaz de tomarnos de la mano y sumergirnos, desde la empatía, en un grave problema que la humanidad aún no resuelve: la desidia de ciertas industrias contaminantes que no solo destruyen el medioambiente sino que dañan irreversiblemente a las personas que viven cerca.
Y por otro lado, nos confronta, no sin cierta nostalgia, a la decisiva relevancia del fotoperiodismo, ese oficio que tuvo muchos momentos estelares antes de que la mayoría de las revistas cerraran. Un oficio que tiene que ver con el periodismo (obviamente) y también con el cine: todos tenemos en nuestra memoria ciertas imágenes icónicas captadas por estos profesionales con sensibilidad de buen reportero y ojo para capturar la imagen precisa.
En uno de los mejores roles de su carrera, Johnny Depp encarna a Eugene Smith, un reportero gráfico reconocido y venerado por su trabajo en la Segunda Guerra Mundial.
Pero en 1971 Gene está hundido en un proceso de autodestrucción. Con el editor de la revista “Life”, Robert Hayes (siempre magnifico Bill Nighy), cruzan diálogos como cuchillos. Hayes sabe que Gene es valioso pero es imposible trabajar con él: por lo demás, el mismo Gene es el que se manda cambiar para arrumbarse solo en su sofá bebiendo alcohol sin parar. Cuando llegan dos jóvenes japoneses a su puerta, los escucha sin mucho interés. Aileen y un chico fotógrafo que lo admira profundamente le piden que por favor viaje a Minamata para mostrar al mundo el horror que ha significado a sus habitantes la negligencia de la Corporación Chisso, que ha estado derramando mercurio en las aguas en torno a las que vive la aldea.
Hay un pequeño instante en que Gene “despierta” y decide viajar. La película comparte con el espectador todo lo que se va abriendo a los ojos de Gene, in situ: los habitantes de Minamata y sus enfermos, que no quieren exponer a su lente; el grupo que protesta frente a la industria; la actitud de los ejecutivos; todo el riesgo que significa involucrarse.
Un recorrido complejo y doloroso que culmina en un momento emocionante a más no poder: aquella foto, que es ya histórica, que finalmente llega a la revista “Life” y que sí puso los ojos del mundo en aquella tragedia. Es 1971. La revista dejó de imprimirse en 1972. Pero quedaron para siempre estos potentes testimonios.
Minamata
Como se esperaba, la cuarta entrega de la saga que tiene a Keanu Reeves como protagonista, resultó un taquillazo: acá y en el mundo entero. Uno que superó largamente a las anteriores películas. Se estrenó el jueves pasado y el viernes, en Chile, se anunció que se ampliaron las salas de estreno. ¿Es para tanto?
Dos singularidades: pocas veces crítica y público están tan de acuerdo. Lo segundo: aunque esta vez no es el mismo guionista, el director sigue siendo el de siempre, un experto maestro de artes marciales que igualmente entiende de fotografía (interesante uso de ciertos colores muy marcados, como el rojo, el verde y el azul).
La última “polémica”: el “Wall Street Journal” reveló que el actor dice 380 palabras en 169 minutos de metraje (nada muy distinto de las anteriores). Esto termina de dar una idea de lo que va John Wick: acción, acción, acción. Persecuciones (¡muy bien logradas) en auto, disparos cruzados con toda clase de armas, peleas a cuchillazos (y similares) y sobre todo luchas cuerpo a cuerpo espléndidamente coreografiadas.
En suma, la historia que comenzó con un asesino a sueldo retirado y que es provocado por el destino y ciertos malvados a regresar a lo suyo, sigue siendo un hit.
En el elenco está el chileno Marko Zaror, experto en artes marciales, quien hizo memorables películas con Ernesto Díaz (como Kiltro o Mirageman, ambas en Prime Video).
John Wick 4/ John Wick: Chapter 4
John Wick 1
La esposa de John Wick acaba de morir y él está devastado. Su consuelo aparece junto con el último regalo que ella le ha encargado: una cachorrita llamada Daisy. Cuando unos mafiosos rusos entran a su casa, le roban su preciado Mustang y matan a Daisy, John Wick retoma su antigua vida de asesino a sueldo, esta vez por su cuenta y para vengarse.
John Wick 2
Esta vez sale de su retiro cuando un ex socio le reclama un juramento de sangre. Se trata de Santino D’Antonio, un miembro de la mafia italiana que pretende desencadenar una guerra de poder. John emprende un viaje a Roma para pelear contra los asesinos más peligrosos del mundo.
John Wick 3
John Wick está huyendo tras matar a un miembro del gremio internacional de asesinos y con un precio de 14 millones de dólares por su cabeza. Indispensable haber visto “John Wick 2: Un Nuevo Día para Matar”.
Si hay algo que puede superar a John Wick, es la saga Jason Bourne. Esta es una muy entretenida (y adictiva) mezcla perfecta de acción trepidante y espionaje.
Basada en una de las tres novelas que el escritor Robert Ludlum le dedicó al personaje de Jason Bourne, un asesino del gobierno que un día pierde la memoria y de repente se verá perseguido por sus propios superiores.
Un hombre amnésico (Matt Damon) es rescatado por la tripulación de un barco pesquero italiano cuando flota a la deriva en el mar. No lleva nada consigo, sólo las balas que tiene clavadas en la espalda y un número de cuenta de un banco suizo que lleva adherido a la cadera.
The Bourne Identity/ El caso Bourne
Bourne continúa atormentado por pesadillas inconexas que proceden de su existencia anterior, a la vez que lidia por desvelar la verdad sobre los recuerdos que le atormentan y encontrar respuestas sobre su fragmentado pasado.
Pero ahora ese pasado vuelve a por él. Bourne traslada a Marie de una ciudad a otra, tratando de ir un paso por delante de una amenaza implícita en cada mirada de una persona extraña, en cada llamada telefónica equivocada, temiendo que vuelva a verse inmerso en ese mundo que espera haber dejado atrás.
The Bourne Supremacy/ El mito de Bourne
Bourne es un hombre sin país y sin pasado. Después de ser sometido a un brutal entrenamiento del que no recuerda nada por personas a las que no consigue identificar, se convirtió en una sofisticada arma humana, y ahora es el objetivo más escurridizo de la CIA.
Cuando su novia Marie fue asesinada, Bourne buscó venganza; después de eso sólo deseaba desaparecer y olvidar la vida que le habían robado. Pero el titular de un periódico londinense que especula sobre la posibilidad de que siga vivo termina con sus esperanzas, convirtiéndole de nuevo en un objetivo.
Un reportero británico de “The Guardian” le pone sobre una nueva pista facilitándole el nombre de Blackbriar.
El ultimátum de Bourne/ The Bourne Ultimatum
Si en las tres películas seguimos los pasos de Jason Bourne mientras intentaba sobrevivir y descubrir su identidad, esta secuela trae una intriga mucho más oscura y a un nuevo héroe que deberá luchar para seguir con vida.
Las revelaciones de Jason Bourne a los medios de comunicación al final de El ultimátum de Bourne amenazan con destruir décadas de investigación y desarrollo de espías y guerreros eficaces. Hay otros programas de la CIA, además de Treadstone, que fue el primero, donde estuvo Bourne. Ahora se trata de impedir que se sepa la existencia de aquellos.
El legado de Bourne/ The Bourne Legacy
Tras recuperar la memoria, Jason Bourne descubre que le han traicionado. Los pedazos de su mente se juntan y las imágenes inconexas que inundaban su cabeza cobran sentido.
Endurecido por los años de huida, parece que Bourne ha perdido toda esperanza. El regreso de una vieja aliada lo obliga a salir de la clandestinidad.
Jason Bourne
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