Recomendaciones de películas: En cine, no hay una sola madre. Por Ana Josefa Silva
Ex-Ante
“Madres normales”. Probablemente porque hay que dotarlas de una seductora estructura dramática —lo simple es más complicado de representar—en las películas sobre madres nos encontramos con mujeres muy sufridas o super heroicas o bien perfectas… o ¡del terror!
Para exculpar a los creadores partamos por decir que no hay madres “normales” porque ¿quién es normal en esta vida?
MALAMADRE
El Centro Arte Alameda acaba de estrenar un documental argentino-uruguayo que escucha a mujeres de diferentes generaciones y procedencias sobre sus muy diversas experiencias en torno a la maternidad.
Partiendo por la propia realizadora Amparo González Aguilar, quien aparece primero en atractivas animaciones y su voz en off y luego incorpora a sus pequeños hijos —una niña muy vivaz y un niño lúcido— a las entrevistas. Solo ellos aparecen a color.
Porque todas las entrevistadas están frente a una cámara en un primer plano en blanco y negro, en intervenciones breves y contundentes.
Malamadre , como lo hace suponer su título, cuestiona los estereotipos y dictámenes que por siglos han definido una maternidad edulcorada. Una que manda al olvido el lado B que tal vivencia representa para una mujer en numerosos aspectos.
Ese mandato “natural” que hay que ejercer con abnegación, postergación y culposamente si se falla.
El valor del documental es que recoge testimonios muy honestos e íntimos que arrojan luz sobre esa zona que se ha mantenido a la sombra. En estas mujeres, que han sufrido en distintos grados y por diversas circunstancias ese lado nada dulce de la maternidad, trasunta, eso sí, un inamovible amor por sus hijos.
Porque el documental no es quejumbroso, ni amargo. Es real. O al menos se abre a esa parte de lo real que es inmensa y que nunca debiese ser ignorada.
Nunca fue estrenada en Chile. Probablemente porque Tenemos que hablar de Kevin es tan dolorosa y dramática que habría espantado a los grandes públicos.
Pero la película de Lynne Ramsay (también directora de You Were Never Really Here , en Netflix) es imprescindible e inolvidable: pone el dedo en dos llagas, mucho antes que existiera ningún movimiento que posara su mirada de manera tan explícita y aguda sobre problemas que deberíamos ser capaces de ver.
Y esa mirada es la más interesante: por un lado ausculta una maternidad complicada por un hecho que escapa al control del ser humano y cómo ello destruye a la pareja, a la familia y a la protagonista, Eva (Tilda Swinton). Y alcanza también para destrozar los vínculos con la comunidad.
Y por otro, da un giro al foco que desde las noticias, películas y documentales se ha posado tantas veces sobre aquellas masacres escolares que ocurren en diversas partes el mundo, pero muy especialmente en EE.UU.
Ese foco se vuelve hacia el origen. Y esa es una de las partes más soterradamente feroces que se esconden en el filme, que explota en una violencia implacable, haciendo trizas todo aquello que parecía poder mantenerse en un precario equilibrio.
El manejo de Lynne Ramsey es brillante: involucra al espectador en esa amenaza que se cierne pero que es tan ambigua como para impedir conclusiones taxativas.
¿Acaso no es lo habitual que los adolescentes sean “problemáticos”, amén de elusivos y hermétcos? Al interior de una familia ¿quién es capaz de distinguir el límite de lo aceptable-controlable?
Tilda Swinton (Eva) deja la piel en este rol exigente y complejísimo y uno acompaña su calvario como si lo viviese con ella.
Ezra Miller, como Kevin adolescente, es la mejor decisión de casting para un desempeño que lo convierte en esos personajes realistas y pesadillescos a la vez, que un espectador no olvida jamás.
Muy Buena. Un trago amargo que vale mucho la pena.
(En Amazon Prime Video).
FICHA
TENEMOS QUE HABLAR DE KEVIN
(We need to talk about Kevin).
Dirección: Lynne Ramsay,
Guion: Lynne Ramsay, Rory Stewart Kinnear. Basada en en la novela de la autora estadounidense Lionel Shriver.
Reparto: Tilda Swinton, Ezra Miller, John C. Reilly, Jasper Newell, Siobhan Fallon.
Reino Unido, 2011. Duración: 110 min.
Banda Sonora Original: Jonny Greenwood (Radiohead)
TRES ANUNCIOS POR UN CRIMEN
Frances McDormand, con Nomadland, acaba de alcanzar el récord de premios Oscar que tenía Katharine Hepburn: 4. Una diferencia: los Oscar de Hepburn son todos a Mejor Actriz; los de MacDormand, tres a Mejor Actriz y uno a Mejor película, porque ella es una de las productoras de Nomadland.
El primero lo obtuvo por la inolvidable Fargo (1996, Hermanos Coen) y el segundo por Tres Anuncios por un Crimen , un drama áspero con gotas de humor negro, en la que interpreta a Mildred Hayes, una mujer que acaba de ser abandonada por su marido y que vive con un hijo adolescente.
Eso es lo de menos: Hace meses, su hija adolescente fue violada y asesinada y la policía del pueblo de Ebbing, Missouri, solo tiene una carpeta con los antecedentes y ni un sospechoso.
Mildred es una mujer hosca, pero temeraria; inundada de dolor pero dura y decidida; no tiene fe en nada ni en nadie, pero, terca como es, no piensa en dejar las cosas como están.
Y ante la indiferencia de la ley, su último recurso es pagar por tres enormes avisos camineros, que se alcanzan a divisar desde su rancho, con mensajes directos al jefe de policía, William Willoughby (Woody Harrelson).
La polémica que estalla entre los habitantes del pueblo provoca una cascada de situaciones, la mayoría violentas.
William es el más paciente. No así su segundo en la estación, Dixon (Sam Rockwell), un hombre primitivo y elemental, que sigue los consejos de su madre, una mujer que se dedica a consumir basura televisiva y cerveza.
Ebbing es como un laboratorio para observar cómo se cultiva la violencia entre los seres humanos.
Tres avisos por un crimen es la dolorosa travesía del duelo de una madre, que contra viento y marea, con toda la comunidad desechándola como un ruido molesto, persigue justicia para su hija.
El camino a la sanación de Mildred es también el de la comunidad en la que vive. La palabra esperanza empieza a asomar casi como un milagro. Cuando la proximidad entre unos y otros da espacio para un mejor entendimiento, entonces la violencia empieza a ceder.
FICHA
Tres Anuncios por Un Crimen
(Three Billboards Outside Ebbing, Missouri).
Dirección: Martin McDonagh
Reparto: Frances McDormand, Woody Harrelson, Sam Rockwell, Caleb Landry Jones.
Reino Unido, 2017. Duración: 112 min.
(En Cinepolisklic, Disney+, Amazon Prime Video)
BOYHOOD
Doce años se tomó Richard Linklater para filmar Boyhood : quería capturar en tiempo real el camino vital de una familia y el crecimiento de Mason hasta llegar a la adolescencia.
Linklater tomó a Ellar Coltrane y lo siguió desde los 5 hasta los 18 años para que interpretara a Mason, un chico corriente, que vive con su madre Olivia (Patricia Arquette, Oscar mejor actriz de reparto por este rol) y su hermana Samantha (Lorelei Linklater, hija del director).
Cuando comienza el relato, Olivia y sus hijos viven bastante precariamente, mientras su padre (Ethan Hawke) ha ido a encontrarse a sí mismo a Alaska.
De ahí en adelante esta pequeña familia se mudará varias veces por distintos lugares de EE.UU. y transitará por varios altibajos, en la búsqueda por mejorar su vida.
De manera que Olivia es quien tiene que seguir lidiando sola con su familia y enfrentar ese difícil paso de su hijo hacia la madurez, que implica un desapego natural, pero igualmente doloroso. (Como bien lo dice una de las canciones del filme, “Hero”, interpretada por Family of The Year).
Si en alguna filmografía abundan las madres, esa es la de Pedro Almodóvar. Julieta es un personaje trágico: una madre juzgada y “castigada” por su hija de la peor manera.
Inspirándose libremente en cuentos de la Premio Nobel Alice Munro (“Escapada”, 2004), sigue a una mujer que, decidida a dejar atrás un pasado no resuelto que lleva clavado años en su corazón, acepta irse de Madrid y seguir a su novio (Darío Grandinetti) a Portugal.
Pero un encuentro fortuito la devuelve al infierno interior del que había demorado años en salir y que creía superado.
Adopta una drástica decisión: no solo se quedará en Madrid sino que volverá a aquel antiguo apartamento que habitaba cuando su vida feliz se transformó en un martirio.
Julieta, la del hoy (Emma Suárez), ha sido golpeada por dos duras pérdidas afectivas, dolorosisímas ambas; pero una de ellas, irremontable, aquella que le ha dejado su alma en vilo.
Desde su antigua morada, se da a la tarea de recoger los trozos de su vida, a desandarla y bucear las pistas que no ha encontrado en todo este tiempo.
El extasiante juego de colores —en ambientaciones, exteriores y vestuario— entrega tanta información al espectador sobre los momentos y emociones de sus protagonistas como lo hacen los diálogos.
FICHA
JULIETA
Director: Pedro Almodóvar
Reparto: Emma Suárez, Adriana Ugarte, Daniel Grao, Inma Cuesta, Darío Grandinetti, Rossy de Palma, Michelle Jenner, Pilar Castro.
España, 2016.
Duración: 96 min.
(En GooglePlay).
TODO SOBRE MI MADRE
Oscar y Globo de Oro a Mejor Película Extranjera, premios en Cannes, los Bafta y los Goya, Todo sobre mi madre es una de esa películas capitales de Almodóvar.
Un melodrama en el que el arte y la vida cotidiana se entrecruzan para construir una historia de amor, pérdida y redención.
Manuela, una madre soltera, para celebrar los 17 años de su hijo, lo lleva al teatro a ver a su artista favorita, Huma Rojo.
La esperan a la salida de la sala, para pedirle un autógrafo, pero la fatalidad termina con el chico atropellado bajo la lluvia.
Tras vivir el dolor más horrible, ver morir a su hijo ante sus ojos, Manuela decide viajar a Barcelona a buscar al padre de su hijo.
Allí se abren otros mundos que de una manera insospechada contribuirán a pavimentar el camino de sanación de Manuela.
Humor y canciones forman parte de los condimentos de una historia que podría haber girado solo en el eje de la tristeza.
FICHA
TODO SOBRE MI MADRE
Dirección: Pedro Almodóvar
Reparto: Cecilia Roth, Marisa Paredes, Penélope Cruz, Candela Peña, Antonia San Juan, Rosa María Sardà, Fernando Fernán Gómez.
España, 1999. Duración: 105 min.
(En Netflix y AppleTV).
EL ORFANATO
Unas niñas jugando al “1,2,3… toco la pared” en un bucólico parque, al fondo del cual se divisa una gran casona blanca, no presagian la oscuridad que nos deparará El orfanato, una película que rescata lo mejor del género del terror, ese que no requiere de adolescentes despedazados ni sicópatas hacha en mano para poner los pelos de punta.
Tras la casi idílica secuencia del comienzo, la cámara vuelve sobre la misma casa, pero años después, en la actualidad, cuando Laura (Belén Rueda), una de las huérfanas que jugaba allí, está instalada con su marido médico y Simón, su hijo adoptivo, empezando un proyecto humanitario que pretende acoger allí a niños con dificultades.
Simón despierta en las noches con sueños extraños, los que Laura apacigua mostrándole el faro que no funciona allá en la playa
A medida que se van sucediendo los hechos, la atmósfera se va cargando y haciendo sofocante de una manera algo imprecisa. El quiebre lo marca la abrupta desaparición del chico, sin dejar el menor rastro.
FICHA
EL ORFANATO
Dirección: Guillermo del Toro.
Reparto: Belén Rueda, Fernando Cayo, Roger Príncep, Mabel Rivera, Montserrat Carulla, Edgar Vivar, Geraldine Chaplin. México-España, 2007. Duración: 105 minutos.
(En Apple TV)
LA HABITACIÓN
Joy (Brie Larson, Oscar por este rol) vive en un cuarto cuya única ventana al exterior es una claraboya, por donde se pueden adivinar las estaciones del año. En menos de 20 mts cuadrados se distribuyen cama, cocina, mesa, baño, un televisor y un closet. Con ella está Jack (Jacob Tremblay), su hijo de 5 años.
Joy ha sido secuestrada a los 17 años por un sujeto que ella llama el viejo Nick y lleva encerrada allí 7 años.
La película se concentra en la asombrosa estatura espiritual de esta joven madre que le ha construido a su hijo un mundo lo más “normal” posible, una rutina, para que crezca sano y feliz en estos 20 mts cuadrados, que es el mundo entero para él: por la mañana toma desayuno, se lava los dientes, ve televisión, hacen ejercicios juntos, Joy le mide su estatura, inventan juegos, le hace un pastel para su cumpleaños, le enseña a leer, le canta.
Cuando cae la noche, Jack se acuesta con su pijama en el closet, con las celosías cerradas. Es la hora en que “el viejo Nick” aparece. Una vez que este se va, Jack duerme con su madre.
Es un niño alegre, que piensa que el mundo empieza y se acaba en esa habitación y que lo que aparece en la TV -dibujos animados, lectores de noticias, animales de la selva- es irreal, lo que sea que ello signifique.
Pero Joy sabe que, tras construirle este “castillo”, ahora deberá derribárselo.
Lo asombroso de esta película es que es capaz de poner su foco con profundidad y precisión en los procesos sicológicos de estas dos personas -una joven y un niño- en el dramático e injusto escenario en que se han desenvuelto sus vidas.
Por lo mismo, la parte interesante de la pregunta ¿cómo se sale de allí? no está referida a la ansiada huida del lugar, sino más bien en cómo sobreviven y se recuperan las personas a las que se les infringe un daño tan profundo.
Porque la segunda parte, en el reencuentro entre Joy y su madre, tiene que ver con culpas y reproches. Y de eso también hay que sanarse.
FICHA
LA HABITACIÓN
(Room).
Director: Lenny Abrahamson.
Guion de Emma Donoghue, basado en su novela.
Reparto: Brie Larson, Jacob Tremblay, Joan Allen, William H. Macy, Megan Park, Amanda Brugel.
Irlanda, 2015. Duración: 118 min
(En Netflix).
YO, TONYA
La intratable, insufrible y detestable madre que construye genialmente Allison Janney en YO, TONYA, le valió un merecidísimo Oscar. Haber conseguido que llegue a ser divertida en su psicopático comportamiento es uno de sus méritos.
Inspirada en el escándalo que involucró a la talentosa patinadora artística Tonya Harding (Margot Robbie), siendo una historia personal triste, hay mucho humor e irreverencia en la forma y el tono en que el director Craig Gillespie la poner en pantalla, en la ambigüedad de su protagonista, víctima y victimaria, frágil y ruda a la vez.
Estructurada como un falso documental, comienza con (supuestas) entrevistas a Tonya (M. Robbie), su ex marido Jeff (Sebastian Stan) y su madre LaVona (A. Janney), tres seres vulgares, algo ridículos y un resto cínicos, en distintos grados.
La historia de Tonya Harding está jalonada de victorias, éxitos fulgurantes, fracasos estrepitosos y escándalos públicos y privados.
Eso es Tonya, el resultado de una tenebrosa relación madre-hija. Porque si algo logró la gélida LaVona fue dotar a su criatura de dureza, algo que no la hace apta para ser feliz, pero sí para ser una sobreviviente.
Hay mucha dignidad en este singular personaje, cuyo destino brumoso se acompaña con los compases de “Dream a Little” (Doris Day) o “Romeo and Juliet”, de Dire Straits.
FICHA
YO, TONYA
(I, Tonya).
Dirección: Craig Gillespie.
Reparto: Margot Robbie, Sebastian Stan, Allison Janney, Bobby Cannavale.
EE.UU, 2017. Duración: 121 min.
(En Netflix y GooglePlay)
LA ENFERMEDAD DEL DOMINGO
En su mansión en Barcelona, Anabel (Susi Sánchez), una mujer mayor, casada con un rico empresario, se ocupa de los últimos detalles de un banquete que se realizará en unos momentos más.
La cena transcurre normalmente, salvo por ciertos detalles, como una copa de vino servida por error.
Es el modo que tiene de irrumpir Chiara (Bárbara Lennie), una mujer que bordea los 40, muy delgada, seria y de mirada decidida. A Anabel le cuesta reconocerla: Chiara es su hija, una que dejó abruptamente junto a su padre, cuando era una niña de unos 8 años, en un caserío francés donde alguna vez Anabel vivió antes de convertirse en la dama de alta sociedad que es hoy.
Chiara le lanza sin preámbulos su desconcertante petición. No. No quiere dinero. Ni herencias. Ni cariño. “Necesito que pases 10 días conmigo”.
Desconociendo por completo el motivo de tal petición, Anabel accede y se traslada con Chiara a la cabaña en el bosque desde donde una vez se fue para nunca más volver.
Lo que se supone es un reencuentro madre-hija es virtualmente una historia de misterio, con una situación y una “anfitriona” intimidantes por defecto.
El espectador, salvo conocer la verdad de alguna mentira, no sabe sino hasta el final la respuesta a las dos preguntas que Anabel formula en varios momentos a su hija: “¿por qué estoy aquí?”, “¿qué quieres de mí?”.
¿Qué lleva a una madre a abandonar a su hija, así como así, aparte de todo lo que hemos visto en dramas de distinto (o ningún) espesor artístico?
La respuesta aparece en una conversación —de cierto tono cínico— en un café en París y tiene relación con el título del filme. Reflexiones breves sobre memorias estancadas, pulsiones profundas y que se vinculan, vivencialmente, a ese sentimiento pedestre de los domingos, a medio camino entre el tedio del día y el stress de la rutina que está por volver.
FICHA
LA ENFERMEDAD DEL DOMINGO
Dirección y guion: Ramón Salazar.
Reparto: Bárbara Lennie, Susi Sánchez, Greta Fernández.
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