La noticia que hoy a nivel mundial nos preocupa y ocupa son las radicales medidas arancelarias que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tomado en estas últimas semanas afectando irremediablemente a todo el comercio internacional y que, por su alcance global, tarde o temprano afectará a toda la población mundial independiente de la tasa aplicada a su país de origen, en un contexto peculiar por tratarse de un país soberano y de un presidente elegido democráticamente.
Capítulo aparte es la destemplada actitud adoptada por el Presidente Gabriel Boric que me permito catalogar de una imprudencia total e innecesaria al calificar de aspirante a “emperador” al Presidente norteamericano, precisamente en el segundo día de su reciente gira a India, palabras que incluso fuentes de la Cancillería reconocieron de “grave error”, en medio de una gira que tanto actores públicos como privados hemos considerado de exitosa.
Independiente de que estemos de acuerdo o no con sus dichos, qué necesidad tenía el Presidente de empañar esta impecable gira con su crítica a Trump y dejar en segundo plano las valiosas gestiones realizadas por la toda la delegación presidencial por profundizar las relaciones diplomáticas y comerciales con el país asiático, el más poblado del mundo.
El cuestionamiento a este desacierto toma más sentido aun cuando el ministro Grau salió días después a confirmar que el Presidente siempre lo ha hecho en todos los temas que le ha tocado comentar sobre política exterior, por lo que se valora su liderazgo a nivel mundial, pero al mismo tiempo debió precisar que esta forma de hacer las cosas convive con un trabajo más diplomático.
Justamente es grave cuando los dichos del Presidente Boric y que se han reiterado en los siguientes días, no responden necesariamente a los intereses de la diplomacia chilena, cuya premisa siempre ha sido no entrar en polémicas sin sentido que pueden terminar perjudicando a nuestro país, más allá de “darse un gustito” o hacer un guiño a su sector político, sin mencionar el desaire a sus anfitriones al no centrar sus declaraciones en el propósito de la gira presidencial que era profundizar acuerdos con India, la quinta economía más poderosa del mundo.
Se espera que un Presidente de la República que lidera las relaciones internacionales sea una persona cautelosa, moderada y que, con la anticipación debida frente a los primeros anuncios de las medidas que iba a tomar el gobierno norteamericano, movilizara a la Cancillería y al Embajador de Chile en Estados Unidos, como entiendo lo hizo, para hacer todos los esfuerzos que estuvieran a su alcance y así minimizar el arancel que se le iba a aplicar a nuestras exportaciones. Si se logró o no, quedamos con el arancel más bajo de todos los países del mundo.
¿Entonces esta actitud reiterada del Presidente Boric de referirse en público en contra del presidente Trump no es correr un riesgo demasiado alto para que eventualmente se les pueda aplicar un arancel mayor a los productos chilenos? Esto sin olvidar que un ataque personal al Presidente de Estados Unidos es no respetar la decisión democrática del pueblo norteamericano que lo eligió.
Las negociaciones internacionales son tremendamente sensibles especialmente para países con economías pequeñas como Chile. Nos ha costado muchísimos años abrir cada uno de los mercados negociando y contraponiendo posiciones frente a productos que exportamos que también existen en Estados Unidos y que amenazan a sus propios productores. Entonces la posibilidad de que se nos impongan aranceles superiores es muy alto.
Insisto en que la prudencia de un Jefe de Estado que lidera las relaciones internacionales es clave para nuestro desarrollo económico en otros mercados y sobre todo cuando se está en pleno proceso de negociación comercial con un país como India, cuya cultura también hay que conocer y respetar hasta en el último detalle. Así ha sido con cada mercado que nuestro país ha abierto relaciones comerciales durante los últimos 30 años. Recordemos que Chile tiene tratados de libre comercio con más del 80% del PIB mundial.
Hoy más que nunca debemos ser cuidadosos para conservar y profundizar nuestras relaciones comerciales, en especial con uno de nuestros principales socios para que nuestros exportadores, que ya van a verse perjudicados con los aranceles aplicados, no sean más afectados con esta política proteccionista que está imponiendo Estados Unidos que inevitablemente nos afectará a todos.
No puedo dejar de mencionar que en este nuevo escenario, más allá de la crítica, debemos ser capaces de adoptar todas las medidas necesarias ya que hay que considerar que en varios productos, como el vino o el salmón, tenemos un arancel más bajo que nuestros competidores. La prudencia entonces vuelve a ser fundamental en estas situaciones ya que debemos trabajar estas delicadas negociaciones como una oportunidad, como una ventaja competitiva única frente a este imprudente nuevo orden mundial.
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