Yasna Provoste es una mujer de izquierdas y tendrá una parte significativa, pero no mayoritaria, de los votos de ese sector. Pero con eso no le alcanza para ganarle a un oponente como Sichel. Si se inclina demasiado hacia la izquierda perderá el centro y sin el voto de centro no puede ganar. Su desafío es ni muy cerca de la izquierda que me quemo ni muy lejos que me congelo. Para lograr ese difícil equilibrio, su ventaja es su militancia DC.
La hora de Yasna Provoste. La izquierda democrática ya tiene candidata presidencial y es la militante demócrata cristiana. Solo falta encontrar una formula que le permita a Paula Narváez bajarse con dignidad. La candidatura de Provoste está bien aspectada pues será la única candidata mujer y de un pueblo originario. Es una típica chilena de clase media de provincia, fruto de la educación pública, sin contactos ni patrocinios con mundo empresarial ni con la elite, lo que hoy en día es un plus.
El perfil de Sichel. Pero las cosas han cambiado radicalmente con el triunfo de Sebastián Sichel en la primaria. Sichel es un oponente formidable con un perfil muy atractivo para el votante moderado que antes prefería a la Concertación.
El factor Convención Constituyente. Hay que tener presente que la próxima presidenta o presidente de Chile tendrá que gestionar e implementar la nueva constitución que surgirá de la Convención Constituyente y que lo que pase allí durante la campaña electoral pesará mucho en los ciudadanos al momento de decidir su voto.
El texto fue escrito desde la revancha, y con actitudes seudo autoritarias. Se excluyó a sectores políticos completos del proceso y se adoptaron reglas que no se adoptaría en ninguno de los países de los cuales se ha mencionado que podrían servir de modelo para Chile. Es, para efecto de toda evaluación técnica, un fracaso.
La escuela política de Stingo fueron los matinales. Sin un animador al lado se anima demasiado y cae en el insulto, el desprecio, hablando de “mi platita” como si preocuparse de ello fuera de tonto, o riéndose de la edad de Ricardo Lagos o de la preocupación por la propiedad privada de un poblador de […]
No veo al Presidente como un líder empoderado para manejar una situación política y económica compleja que empeorará. Ni tampoco explicándole a la ciudadanía qué es lo que él quiere y necesita, cuál es su visión para salir del impasse político-económico-social y constitucional, sino más bien evadiendo la realidad, minimizando los errores.
Parece más aconsejable que el gobierno separe su suerte del texto propuesto por la convención, adopte una prudente distancia y analice con pragmatismo “todos los escenarios”, ya que su obligación seguirá siendo gobernar el país y no defraudar las esperanzas de cambio que anidan en la sociedad chilena.
Si vamos a recaudar más, es un imperativo moral asegurar que esos recursos públicos se gasten bien. Para que el gobierno tome en serio el rol del Estado en su lucha contra la desigualdad, debe tener a la vista que los esfuerzos en gastar bien son tres veces más efectivos que los esfuerzos en recaudar […]