Este libro aborda tres problemas relativos al estallido: los movimientos sociales y la crisis; la carencia de fundamentos para la vida compartida y la ambivalencia de la modernidad; y la cuestión constitucional. Analiza la paradoja de la revuelta: una sociedad que prosperaba y había logrado llevar la extrema pobreza a un 3%, hizo arder las calles y llenó las paredes de insultos y frases vacías, con la ilusión de que todo está permitido.
Este libro es un proyecto mayor: revisa los últimos 50 años de la historia de Chile, desde el Gobierno de Allende al 18-O. Temas como la Constitución del 80, por Juan Luis Ossa, o los Pueblos Originarios, por Fernando Pairican, los movimientos de las mujeres, por Nancy Nichols, culminan con el capítulo sobre el estallido, por Marcos Fernández Labbé. Una obra para entender las causas de las masivas protestas de 2019.
El arquitecto Iván Poduje tomó una decisión audaz: durante el estallido salió a recorrer Santiago para descubrir las razones y movimientos detrás de las protestas. Encontró no sólo a anarquistas y barras bravas, sino también la expresión de problemas históricos de la ciudad. Poduje visita barrios y comunas, pinta un cuadro urbano hasta entender la fuerza que destrozó amplios sectores de Santiago en poco tiempo. Una crónica urgente.
La filósofos porteña Lucy Oporto, a pocas semanas del 18-O, escribió una de las crónicas más reveladoras sobre la oleada destructiva de la protestas. Definió un concepto: “el lumpen fascismo”, sectores degradados de la sociedad envilecidos por el consumo y la violencia. Su mirada severa ha generado polémicas, pero es indudable que Oporto ha entregado una de las reflexiones más originales y decisivas sobre el estallido.
Este libro explora el estallido desde vertientes literarias y analíticas, que aluden a las personas que perdieron su vista o parte de ella en las protestas. “Una mañana, a mediados de octubre, mis ojos secos se abrieron ante una pantalla chica llena de titulares enormes y de mensajes con exclamaciones desde distintas ciudades del mundo que preguntaban qué estaba pasando en Chile… El país había estallado, el centro de Santiago se había vuelto zona cero”, escribe.
Otro libro para entender el estallido desde una perspectiva inusual, en este caso las barras bravas que fueron parte de la violencia sin control y sin sentido del estallido. El autor critica a quienes validan la destrucción como un “levantamiento” y describe los orígenes de estas “masas idiotas” que han destruido el fútbol. Guarello plantea que el fenómeno comenzó en los 80, alentado por la pasta base, cuya violencia el 18-0 se hizo inocultable.
La tesis de este libro, que intenta sacar aprendizajes del 18-O, es la siguiente: “Digamos que las revoluciones, sublevaciones y estallidos no se producen ni por la carestía ni por las desigualdades… Se generan primordialmente por el choque entre las expectativas culturales y las posibilidades que ofrece la vida material; por el resentimiento y la sensación de injusticia que se van acumulando cuando las ilusiones ya internalizadas no se cumplen”, dice el autor.
El título -irónico- se refiere a uno de los eslóganes y muletillas de Sebastián Piñera. Selume vivió el estallido en La Moneda y cuenta con una franqueza poco común la indecisión del Presidente, que estaba golpeado por las protestas y no sabía cómo reaccionar. Las masas estuvieron a punto de llegar al palacio y Piñera dudaba si lanzar al Ejército a las calles. Finalmente buscó una salida política. El autor es preciso y no teme contar infidencias.
Este no es un libro teórico ni una explicación de lo que sucedió, sino una mirada personal de alguien que vivió el estallido desde la primera plana del poder. El autor era ministro del Interior y fue la voz moderada que evitó una desgracia mayor. La vuelta larga era la búsqueda de una salida política, cuando el país estuvo al borde de la cornisa. “Esta crónica yo la viví, no me la contaron”, dice Blumel. Incluye un valioso prólogo de Joaquín Fermandois.
Relato pormenorizado del estallido, comienza con una reunión de Fernández con el presidente del centro de alumnos del Instituto Nacional, sacudido por protestas de “overoles blancos”. El muchacho le cuenta que hay mucho consumo de droga. El autor usa esta escena para darle el tono local a la crónica, un contrapunto con un Piñera exultante, justo los días antes del 18-O. Fernández avanza hacia el clímax con mérito narrativo.
“Estos trabajos me permiten afirmar que lo que hoy enfrentamos es expresivo de la cristalización en la sociedad de un circuito de desapego. Un circuito compuesto por una articulación de desmesuras, desencantos, irritaciones y finalmente, desapegos”, dice Kathya Araujo en este volumen editado por la USACH y que incluye 21 artículos desde distintas miradas, en general críticas del modelo, que implicó “exigencias estructurales” para las personas.
El autor plantea que hubo un consenso sobre el sistema neoliberal que se desplomó. “Octubre es el estallido de ese consenso, la refutación de esa filosofía y la denuncia de la crisis de sostenibilidad subjetiva, personal, de la vida cotidiana así dispuesta. En este momento vivimos la crisis del sentido común, de lo normal y de lo corriente. Si hay ahora desnormalización es porque hubo antes una normalidad”, dice el profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile.
“Nada parecía indicar que Chile estaba a punto de sufrir la peor crisis sociopolítica que ha vivido desde la ruptura democrática de 1973. Tan solo unas semanas después de que el Presidente caracterizara a Chile como un oasis en la región, todo se precipitó… Los manifestantes pasaron a exigir la renuncia de Piñera y el fin del neoliberalismo y de la constitución de 1980”, dicen Carlos Peña y Patricio Silva, editores de este interesante volumen.
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