Más allá de los análisis propiamente electorales, los resultados de las recientes primarias nos entregan algunas señales de orden simbólico, como la revalorización del voto, el triunfo del diálgo y los acuerdos, los relatos políticos por sobre los tecnocráticos, la victoria de la esperanza sobre el miedo y la rabia, el desgaste del eje derecha-izquierda y la victoria de un candidato que partió de cero.
El voto sigue revalorizándose. Fueron las primarias presidenciales con más alta participación en la historia. A pesar de la pandemia, más de tres millones de personas salieron a votar durante un fin de semana largo y sin que entre los candidatos hubiese un (una) “rockstar” como lo era Bachelet en 2013.
Una participación tan impensada como esperanzadora si la ligamos a la creciente valoración de la votación como acto deliberativo y de potencial transformador. Si votar vuelve a importar, es porque la democracia está siendo capaz de procesar y dar cauce institucional a las demandas ciudadanas.
Triunfaron el diálogo y los acuerdos. Consistentemente con los estudios de opinión, los votantes priorizaron candidaturas que se plantearon abiertas al diálogo más que propensas a la polarización; con apertura a integrar distintas visiones más que a la imposición de verdades reveladas; con disposición a dejarse convencer y a cambiar antes que con el atrincheramiento ideológico o valórico.
Aunque a cierta izquierda le duela, en las primarias recién pasadas también se impuso el acuerdo del 15 de noviembre del 2019.
Se impusieron los relatos políticos por sobre los tecnocráticos. Desde ya, en Apruebo Dignidad, pero llamativamente en Chile Vamos, donde el mensaje de responsabilidad de Briones y la narrativa del buen gestor de Lavín sucumbieron ante el relato meritocrático de un Sichel que buscó devolver la confianza en la movilidad social a una alicaída clase media.
La esperanza derrotó al miedo y la rabia. En línea con las optimistas expectativas en torno al proceso constituyente, los votantes sintonizaron con las campañas que, en tono positivo y propositivo, apostaron por la emergencia de un “nuevo Chile”. Uno más diverso, inclusivo y garantista de derechos que el “antiguo”: adulto céntrico, articulado en torno a posiciones de clase y temeroso de la diferencia y las transformaciones profundas.
La pérdida de primacía del eje izquierda-derecha. Las identidades políticas no mueren, pero se les sobreponen otras. Mientras en Chile Vamos ganó quien más renegó de la derecha, empujó la vieja política al precipicio y se paró desde la independencia partidaria, en Apruebo Dignidad se impuso quien antes que a la izquierda apeló a las causas epocales: feminismo, diversidad, sustentabilidad y descentralización, con apego al territorio.
Cinco claves de orden más simbólico que electoralista y que, en lo grueso, aplican a la elección primaria en general. Sin embargo, no alcanzan para entender el batatazo dado por Boric y su más de un millón de votos.
Una gesta épica. Ni en sus peores pesadillas, el Partido Comunista imaginó que el Frente Amplio pasaría de haber movilizado 327.000 votos entre dos candidaturas -Sánchez y Mayol- en la primaria de 2017 a concentrar sólo en Boric 1.058.000 en 2021. Por más errores que haya cometido Jadue, la primaria de Apruebo Dignidad no la perdió el candidato comunista, la ganó Gabriel Boric.
Es hora de decir basta. La falta de crecimiento es una tragedia, una verdadera emergencia como diría David Bravo (respecto del mercado laboral). Es condenar a lo más pobres a una cadena perpetua de pobreza y a la clase media a regresar a la vulnerabilidad. Además, es caldo de cultivo para los conflictos sociales y […]
La insistencia del gobierno por incorporar de una u otra forma un mecanismo de reparto contributivo en nuestro sistema previsional parece estar también fundamentada en mitos. Es posible mejorar las pensiones tanto de los actuales (a través de impuestos generales) como de los futuros pensionados (mediante el incremento de la cotización) sin necesidad de fórmulas […]
Para salir del letargo de progreso, Chile debe reconocer los avances de la salmonicultura, entender que es una industria estratégica para el país, y presentar sus necesidades de mejoras basadas en hechos y datos, no en ideologías, y considerando el contexto completo de los esfuerzos para garantizar su sostenibilidad.
Lo esperable era que Chile se esmerara en el regreso a la predictibilidad, para que la búsqueda de inversionistas en esos trabajados ChileDays rindiera fruto. Pero este 2024 el evento no fue para nada de normalidad. ¿Sabrán el Presidente y su gabinete que el marco regulador de la relación Estado-inversionista incluye también los tratados ratificados […]
Imagínense la dificultad para los electores, cuando nadie habla de política, las marcas partidarias están absolutamente ausentes, el Presidente Boric completamente desaparecido de toda herramienta de campaña, y a lo más algunos opositores aparecen con Matthei, un puñado de oficialistas con Bachelet y algunos Republicanos en su lucha testimonial con Kast. Prácticamente todos hablan principalmente […]