Seguimos con modalidad híbrida: presencial y online. Y en el caso del estreno de la superproducción de la semana, Jungle Cruise, esto se cumple doblemente: la película que reúne a Emily Blunt con Dwayne Johnson (una dupla impensada) llega a salas de cine pero también a Disney + , claro que en sistema Premier Access, esto es, para verla no solo hay que estar suscrito a la plataforma sino que pagar una tarifa adicional.
JUNGLE CRUISE
No le tenía fe, confieso. Una película mandada a hacer sobre la base de un parque temático de Disney (ya saben, Jungle Cruise es una de las atracciones de Disneyland) seguro se vería espléndida en efectos digitales, visuales y especiales; vestuarios, maquillaje, decoración, escenarios y todo lo que sea sensación de gasto.
Pero resulta que lo mejor de la película lo aportan un guion cargado de humor (muy británico, curiosamente), la aventura trepidante y por momentos alocada como eje, y un par de personajes protagónicos con carácter y muchos dobleces para sorprendernos permanentemente.
Emily Blunt, como la Dra Lily Houghton, se convierte en la mejor versión que jamás imaginada de Indiana Jones. Y no solo porque sea mujer, aunque este es un punto esencial para la Inglaterra de comienzos de siglo, que es donde arranca esta historia, en su prólogo.
Como intrépida y temeraria investigadora que es, va tras una leyenda que ella está segura que es real, un sitio mítico en medio del Amazonas, donde se encuentran Las Lágrimas de la Luna.
El que también cree en ello es el temible Principe Joachim (Jesse Plemons) —apertrechado de maquinaria y recursos y operado de los escrúpulos— quien está convencido que aquello que persiguen ayudará a Alemania a ganar la guerra. Algo caricaturesco, el personaje no deja de aportar humor a la trama.
Emily Blunt conforma una dupla deliciosa con Dwayne Johnson: el par no tiene desperdicio. Y junto a ellos hay un tercer personaje que uno siempre quiere volver a ver en pantalla: el insólito pero entrañable hermano de Lily, MacGregor (Jack Whitehall), que la acompaña, con sus modos de “dandy”, en su aventura.
El trío, no sin antes dejar tras de sí variados estropicios, emprende la expedición por el Amazonas a bordo de la chatarra con que Frank Wolff (Johnson) navega haciendo tour para visitantes desprevenidos.
Como en Piratas del Caribe, por aquí dan vueltas vivos y muertos (o semi muertos) por igual. O algo parecido. (Fue filmada en Hawai, no se hagan ilusiones).
Con personajes así de seductores y secundarios de lujo, Jungle Cruise divierte y sobre todo hace reir, de buena manera, sorprendiendo con situaciones insólitas y muchos diálogos que son como esgrima verbal.
El pero: le sobran 15 minutos. Algunos lo sentirán, otros lo dejamos pasar porque con Jungle Cruise, a pesar de todo, se pasa un buen momento.
JUNGLE CRUISE
Dirección: Jaume Collet-Serra.
Reparto: Dwayne Johnson, Emily Blunt, Jack Whitehall, Jesse Plemons, Edgar Ramírez, Paul Giamatti, Dani Rovira.
EE.UU., 2021.
Duración: 2 horas 5 minutos.
En cines y en Disney + Premier Access
EL (BUEN) CINE BELGA
Para este fin de mes Arcadia Films ofrece un 4 x 4 (un sistema de VOD, Video On Demand) que llamó “Sabores Belgas Francófonos”.
Una de esas cuatro películas es estreno en Chile: ¿Dónde está ella? (una traducción que suena mucho más ñoña que su título original: Nos Batailles ).
Mis tres recomendadas:
¿DÓNDE ESTÁ ELLA?
Aunque tiene un muy valioso sello propio, es inevitable pensar en el cine de los Hermanos Dardenne con esta película que dirige el también belga Guillaume Senez (9 meses). Una historia que construyó a partir de experiencias personales.
¿Dónde está ella? es un drama profundamente humano en el que se entrecruzan las relaciones familiares, filiales, amorosas y laborales y la dificultad de vivir bien todas esas dimensiones a la vez.
El relato comienza con mucho brío y captura de inmediato al espectador: Oliver (Romain Duris) discute con su jefa en la fábrica donde trabaja. Ella le habla de despidos y él se niega rotundamente a que aquello se materialice.
En la planta, hay quien le dice que sospecha que él podría estar en esa lista negra.
Oliver llega a casa justo para alcanzar a darle un beso de buenas noches a sus pequeños hijos Elliot y Rose. Laura (Lucie Debay), quien trabaja en una tienda, ya los ha ayudado con sus tareas del colegio, les ha dado de comer y los ha acostado.
Dramáticos hechos se precipitan en estas primeras secuencias. Y cuando ya parecía que la comunidad estaba sobreviviendo a ello, Oliver se encuentra con que Laura se ha ido de la casa, sin dejar rastro posible.
Senez denota saber lo que quiere al filmar con una cámara tan inestable como las emociones de ese grupo que circula por la película.
¿Dónde está ella? tiene impronta de documental: es de un realismo incontestable. De hecho, Senez no entregó un guion escrito a sus actores, sino que fue armando con ellos las distintas escenas.
Todo lo que allí ocurre podría suceder en muchísimos lugares. Son nuestras batallas diarias. Lo que Senez logra capturar es cómo estos afectuosos lazos familiares y laborales son sometidos a prueba desde el cotidiano.
Y aunque toda la comunidad que rodea a Oliver está sorteando problemas, algunos más traumáticos que otros, hay cercanía y calidez.
Sus compañeros de trabajo y sus familias, su propia madre y sobre todo su hermana Betty (encantadora y vivaz Laetitia Dosch) jugarán un importante rol de apoyo amoroso no invasivo.
Si la desaparición voluntaria de una esposa y madre cariñosa es como una bomba para ese hogar, pronto habrá que cuestionarse qué signos no se vieron o escucharon en su momento.
Oliver hará una travesía que pasará desde autoculparse —él le ha dedicado mucho tiempo al trabajo y a sus labores sindicales— y culpar a Laura a intentar comprender y convivir con los hechos: por los niños, por él mismo, por todos.
Si se necesita una aldea para criar a un niño, los seres humanos también requerimos de esa aldea, aun adultos, para sortear de buena forma los sobresaltos y dolores que nos depara el día a día.
Extraordinariamente bien lograda la dirección de niños, una tarea siempre muy compleja.
Bellísima secuencia final.
Muy Buena.
¿DÓNDE ESTÁ ELLA?
(Nos batailles).
Dirección: Guillaume Senez,
Reparto: Romain Duris, Laetitia Dosch, Lucie Debay.
Bélgica, 2018.
98 minutos.
Multipremiada en Bégica.
Estreno en Chile.
(En arcadiafilms.cl)
DOS DÍAS, UNA NOCHE
Jean-Pierre y Luc Dardenne retratan como nadie el desgarro sicológico que trae aparejada la precariedad social.
En Dos días, una noche -que transcurre en la ciudad industrial de Liège, Bélgica- exponen la vulnerabilidad de las clases medias más modestas, esas que han dejado de pertenecer a los quintiles más bajos, pero sobre quienes pende la amenaza de volver allí, ante cualquier traspié de la economía (porque la movilidad social también es descendente).
Todo ello lo encarnan en Sandra (brillante Marion Cotillard), operaria de una pequeña fábrica quien, tras ser dada de alta de una licencia de meses por depresión, se entera el viernes por la tarde, que el lunes no será reintegrada a su trabajo.
Ese es el primer shock. Lo segundo es saber que ello fue resuelto por sus propios compañeros tras una votación, solicitada por el dueño de la fábrica, quien se enfrenta a la necesidad de reducir costos.
Sandra se pasea por todos los estados emocionales que puede experimentar una mujer enfrentada a un hecho así, cuando ella necesita su trabajo, no como realización personal, sino para evitar regresar, junto a su marido y sus pequeños hijos, a una vivienda social.
Aunque cuenta con un marido activamente apoyador y una amiga que se la juega por ella, Sandra está igualmente sola con su angustia. Desde la fragilidad de la convalecencia de una depresión, dispone de un fin de semana para sortear el golpe, armarse de valor y partir por averiguar qué ocurrió para que, en su ausencia, sus compañeros de trabajo votaran para que ella se convirtiera en cesante.
Lo que hará, en una carrera tan angustiosa como de pronto conmovedora, es visitarlos uno por uno intentando revertir su decisión, venciendo primero su impulso natural de meterse debajo de las sábanas y no “salir a mendigar”.
Junto a Sandra, el espectador conocerá la pequeñez y la grandeza humanas, los temores atávicos que determinan a las personas a tomar decisiones, el egoísmo primitivo y la generosidad, todo uno al lado del otro.
En Dos días, una noche, los hermanos Dardenne enfrentan a sus personajes a sus miedos más acuciantes, poniendo a prueba su empatía, su capacidad de ser solidarios, su sentido de la justicia. Y a su protagonista la desafía a no renunciar a lo que le corresponde como ser humano: su dignidad.
DATOS:
Dos días, una noche compitió en Cannes 2014; Marion Cotillard fue nominada al Oscar por este rol.
Los Dardenne ganaron Palma de Oro en Cannes en 1999 por Rosetta, un drama emparentado con el de Dos días y una noche. También allí está en el centro una joven que es despedida de la fábrica donde trabaja, al finalizar su período de prueba, arrojándola de lleno a un estado precario contra el que lucha con rabia, tristeza y desesperación.
Categoría imperdible.
DOS DÍAS, UNA NOCHE
(Deux jours, une nuit)
Dirección y Guion: Jean-Pierre y Luc Dardenne.
Reparto: Marion Cotillard, Fabrizio Rongione.
Bélgica, 2014.
Duración: 1 hora 35 minutos.
(En arcadiafilms.cl).
LA BODA
Zahira Kazim (magnífica Lina El Arabi), a sus 18 años, es tan liberal como cualquier adolescente del Primer Mundo y accede a los derechos que le brinda su país de residencia, Bélgica.
Pero hay un reducto en su interior, arraigado a sus tradiciones: es una musulmana, como lo es toda su cálida y alegre familia, de ascendencia pakistaní.
Sus padres —Mansoor y Nina—, su hermano, sus hermanas también se han integrado a la sociedad occidental, sin abandonar aquellas costumbres que, desde su punto de vista, definen su identidad.
Hasta que Zahira se enfrenta a cumplir aquello que no se transa en su hogar: una mujer debe casarse con un hombre de su origen y credo. El matrimonio es un acuerdo solemne entre dos familias, donde la palabra lo es todo y compromete el honor de quien la da.
Si en Zahira cohabitan oriente y occidente en un equilibrio que ha funcionado, este es su punto de quiebre, aquello en que sus mundos no pueden conciliarse.
El director Stephan Streker dota de gran humanidad a su historia y a sus personajes: se hace cargo del dolor de unos y otros, porque en este drama no hay víctimas y victimarios, sino seres humanos lidiando con sus complejidades.
Zahira —a quien la cámara muchas veces sigue en primeros planos cerrados— se debate ante la imposibilidad de tomar decisiones: cualquier opción tiene un altísimo costo para ella.
Aunque se trata de un drama, La Boda es una película llena de momentos luminosos y cálidos. Lina El Arabi contribuye mucho a ello: la actriz es capaz de mostrar de manera natural y convincente a la joven juguetona, alegre y de gran temple sobre la que va la película. Una chica cuyo rostro se ensombrece cuando se siente atrapada y no termina de convencerse de los pasos que va dando.
Si el tránsito de la adolescencia a la adultez es en sí complejo, para Zahira y su familia ello puede bordear ribetes trágicos.
Streker utiliza muy adecuadamente el recurso de la elipsis, marcando y deteniéndose, en cambio, en escenas y encuadres cargados de sentido.
Amor, alegría y dolor se dan la mano en una película sensible y muy contemporánea.
Muy buena.
(Basada en una historia real).
LA BODA
(Noces)
Dirección y guion: Stephan Streker.
Reparto: Lina El Arabi, Babak Karimi, Neena Kulkami.
Bélgica/Luxemburgo/Francia/Pakistán, 2016.
Duración: 1 hora 38 minutos.
(En arcadiafilms.cl).
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