El inquietante auge de edificios fantasmas en Santiago: una bomba de tiempo

Un fenómeno preocupante en Santiago son los edificios fantasmas, deshabitados, pese a estar terminados y en perfectas condiciones. Una de las comunas más afectadas es Estación Central, pero también se observa en Recoleta y Ñuñoa.

Dos hoteles abandonados se han incendiado en los últimos meses en Santiago. El 4 de febrero el fuego consumió un edificio de cuatro pisos en la calle San Pablo, a la altura de 1400. El 5 de marzo en la madrugada las llamas convirtieron en cenizas otro hotel en Abate Molina con la Alameda. Ni siquiera 200 voluntarios lograron detener la destrucción del inmueble.

• Los dos hoteles estaban deshabitados y son una evidencia del peligro que representan los llamados edificios “fantasmas”, que por diversos motivos se encuentran sin habitantes ni arrendatarios ni pasajeros.
• Estos dos hoteles estaban en desuso producto probablemente del estallido y la pandemia. Pero hay otros casos más agudos: torres que están vacías porque no han sido recepcionadas por los municipios. Recuerdan escenas del hotel de “El Resplandor”, de Stanley Kubrick, con todas sus mesas, salones de baile, habitaciones y bares sin clientes.

La Torre. Lo mismo pasa en la Torre Bellavista, en Recoleta, que lleva 12 años sin personas que usen sus ascensores (en perfecto estado), ni sus departamentos alfombrados, con cocina americana, de una o dos habitaciones. La vista en los pisos más altos -tiene 19- se extiende desde la cordillera al poniente.

• Pero no hay nadie que la disfrute. De hecho, como una broma de mal gusto, las llaves de cada apartamento, que son 239, cuelgan en un armario sobre una pared.
• “Alcalde Jadue, entregue estos departamentos. 250 familias necesitamos nuestro hogar”, se lee en la pared sur. Es un lienzo gigante que cubre varios pisos y que probablemente todos los que pasan en auto por ahí pueden ver. El entonces edil Daniel Jadue (PC) dijo que la torre debe ser demolida porque no cumple la norma de nueve pisos de altura máxima.

Riesgos. El arquitecto y urbanista Iván Poduje advierte: “Los edificios no recepcionados son una bomba de tiempo. Están desocupados porque el municipio se niega a recepcionar. Argumentan que el permiso fue mal otorgado o que la obra no se condice con el permiso”.

• El ex candidato a alcalde de Viña señala: “Suponen un riesgo enorme, porque se las pueden tomar bandas, delincuentes o indigentes que cocinan o se temperan con fuego. Además el perjuicio para las personas que compraron en verde o blanco es enorme”.

Estación Central. Una de las comunas más afectadas es Estación Central. Según un mapa satelital llegó a tener en su momento edificios fantasmas en Las Rejas Sur 848, General Amengual 480, Toro Mazote 207, Av. Padre Alberto Hurtado 1267, Pedro Mistral 3625, Nicasio Retamales 138, Obispo Javier Vázquez 3494 y Libertador Bernardo O´Higgins 3837. Pero un informe de Colliers -empresa inmobiliaria- establece un número menor.

• El alcalde de Estación Central, Felipe Muñoz, independiente pro Frente Amplio, ex PS, critica duramente a las constructoras, por saltarse la ley -según su punto de vista- y a la gestión anterior: “Esto se debió a la responsabilidad de la Administración anterior, lo que está siendo hoy día investigado por la Justicia”.
• Agrega: “Afortunadamente, con el nuevo Plan Regulador de Estación Central, estas situaciones no van a volver a pasar nunca más. Lo que ha hecho esta Administración es restablecer el Estado de Derecho, cumpliendo lo que establece la norma urbanística y también lo que nos señala la Contraloría”.
• Y apunta a la Seremi de Vivienda para buscar una solución: “Respecto a aquellos edificios que están construidos y que no se encuentran hoy día habitados, es resorte de la Seremi de Vivienda, junto con la Dirección de Obras Municipales, quienes tienen que definir técnicamente la resolución de este problema.
• El año pasado el Grupo BIBA denunció a la gestión alcaldicia anterior de bloquear la aprobación de permisos de edificación y la recepción final de tres proyectos ya terminados. Estos “edificios fantasmas”, generan -según la empresa- costos adicionales de $30.000 millones a la inmobiliaria.

Pisos vacíos. Como explican conocedores del problema los edificios fantasmas son construidos según el permiso de edificación aprobado por la Municipalidad, la cual terminada la construcción se niega a dar recepción final al edificio. Este trámite permite proceder a la venta de las viviendas, estacionamientos y bodegas individuales.

• Comunas como Ñuñoa tampoco escapan a este fenómeno. El edificio Plaza Zañartu lleva seis años terminado, pero sin habitantes.
• En la Torre Bellavista, que formaba parte de un conjunto que incluía otra torre, que sí está habitada, y la nueva sede de la Universidad San Sebastián, proyecto de Cristián Boza que fue criticado por romper la escala del barrio, arrinconar la iglesia Nuestra Señora de la Victoria y tapar la perspectiva de la Facultad de Derecho de la U. de Chile y el cerro San Cristóbal, nadie toca el timbre.
• Está protegida por alambres de púa. Aún así la base de la torre está llena de grafitis.

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