Esta semana seguramente la ministra del Interior Carolina Tohá dejará su cargo para convertirse en precandidata presidencial. Para llegar a la papeleta deberá triunfar en una elección primaria en la que prácticamente todos los partidos inscribirán sus propias candidaturas, aunque aún es incierto si el Partido Socialista presenta una candidatura de sus filas.
De todas maneras, Tohá tiene una muy buena opción de ganar esa primaria a los representantes del Frente Amplio, del Partido Comunista y de los demás partidos, pues en una primaria para elegir a quien representará al gobierno en la elección corre con la ventaja de ser el rostro del gobierno, su cara más visible y emblemática, además de su dilatada trayectoria y su identidad que sintetiza de la mejor manera la compleja síntesis de lo que fue la Concertación y lo que es hoy el progresismo en toda su diversidad. Salvo, por supuesto, que la expresidenta Bachelet decida presentarse por tercera vez, caso en el que la candidatura de Tohá devendría testimonial.
El 30 de abril -en 59 días a partir de hoy- vence el plazo para la inscripción de primarias y sus candidatos, mientras que la elección primaria se verificará el domingo 29 de junio. De concretarse un escenario en el que Tohá compite con Daniel Jadue o Jeannette Jara por el PC, Constanza Martínez, Gonzalo Winter o Antonia Orellana por el FA, Gómez, ME-O o Riveros por el PR, Mulet y Mirosevic por el FREVS y los Liberales, y eventualmente Paulina Vodanovic por el PS, Carolina Tohá puede obtener una amplia victoria, en una elección primaria en la que con toda seguridad participará más de un millón de chilenos, y bastantes más si, como se anuncia, Chile vamos comete el error de saltarse la Primaria del mismo modo en que ya lo decidió Republicanos y muy probablemente también lo hagan los Nacionalistas Libertarios con Kaiser.
En una primaria oficialista como la que se describe, la ministra Tohá asoma por lejos como el liderazgo más conocido, de mayor trayectoria y mejor preparación para asumir un liderazgo presidencial, por lo que, independientemente de si finalmente cuenta o no con el apoyo socialista, es la más probable ganadora.
Desde su salida del gobierno, si se concreta esta semana, Carolina Tohá tendrá casi tres meses para pasar de su condición de pilar fundamental de la columna vertebral del gobierno a encarnar un proyecto de continuidad y cambio suficientemente creíble para aglutinar a quienes apoyan al presidente Boric y a los que anhelan una propuesta reformista consistente que se haga cargo de los desafíos de orden público y crecimiento, elementos claves de la próxima contienda presidencial.
La oposición, que tenía alguna opción de excluir al oficialismo de la definición presidencial dejándolo fuera de la segunda vuelta, como le ocurrió al gobierno de Piñera con Sichel, está dilapidándola al encaminarse a una contienda en la que, además de las candidaturas previstas de Matthei y Kast, es altamente probable que Johannes Kaiser esté en la papeleta de votación de la primera vuelta, que el Partido Social Cristiano también inscriba candidatura propia y que la senadora Ximena Rincón concrete su deseo de ser candidata presidencial. Tres o más candidaturas de oposición permiten apostar con certeza que la candidatura del gobierno, particularmente si se trata de alguien con identidad de centroizquierda como Tohá, pase a segunda vuelta contra una candidatura de oposición.
Se sabe que será muy difícil contrariar la constante de las últimas cuatro elecciones presidenciales, ganadas todas por la candidatura de la oposición al gobierno de turno. Más difícil si la candidatura que pasa a segunda vuelta está más orientada y con disposición de disputar el centro, menos arduo si el competidor está en el extremo del arco político.
Cuando comience de veras la campaña presidencial, queden atrás los primeros escarceos y las decisiones actuales basadas principalmente en la simpatía y en la novedad de las candidaturas, al acercarse la elección comiencen a retroceder en beneficio de la evaluación del liderazgo, carácter y capacidad para enfrentar los problemas principales del país y construir mayorías para gobernar, apuesto a que Tohá, si triunfa con holgura en la primaria oficialista, se convertirá en una rival de fuste, probablemente la mejor posible en el contexto actual, porque es la figura puente de la experiencia gubernamental concertacionista y las nuevas generaciones progresistas.
Si Tohá gana las Primarias oficialistas, será porque es vista como la mejor representante del gobierno para la batalla presidencial que viene. Eso que constituye su ventaja para ganar la primaria, se convertirá en su principal lastre en la campaña presidencial, en un contexto donde el rechazo al gobierno es el doble de su apoyo.
Su principal desafío en la campaña, entonces, será combinar la dosis justa de continuidad con la dosis necesaria de cambio, pues sólo si logra convencer a lo menos a un tercio de quienes no aprueban la gestión del presidente Boric ni a su gobierno, tendrá alguna opción de contrariar la constante histórica de alternancia.
Es un desafío difícil, que requiere mucha convicción de la candidata pero también mucha disciplina táctica de los partidos oficialistas y del gobierno, porque sólo tendrá opción desde una autocrítica franca de la deriva de la izquierda desde el 2015 en adelante, de la recuperación de la vocación de diálogo y construcción de mayorías para los cambios, de mover al progresismo para convertirlo nuevamente en una fuerza que se pone en el centro de las preocupaciones ciudadanas y las necesidades del país.
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