Diciembre 26, 2020

Director de Criteria: “La encuesta refleja expectativas de un país que empieza a salir de una gran crisis”

Cristián Bofill
Cristián Valdivieso - Director de Criteria

Claves del 2021 – Para Cristián Valdivieso, director de Criteria, el principal conflicto instalado en la sociedad chilena, que marcará las elecciones del próximo año, es una tensión muy grande entre la elite y la ciudadanía, que va más allá del clivaje derecha/izquierda. Y destaca que los niveles de adhesión a los postulantes presidenciales hoy son bastante más bajos que en los comicios anteriores a estas alturas, por lo que el escenario es más incierto. A continuación, su análisis sobre los resultados de la encuesta Ex-Ante/Criteria.

Para más detalles revisa la nota: Encuesta Ex-Ante/ Criteria: Las expectativas de los chilenos para el crucial año político 2021

¿Qué tipo de país refleja esta encuesta para el 2021?

Yo creo que está reflejando la expectativa de un país que empieza a salir de una gran crisis. Primero, la expectativa de que la pandemia empieza a ceder, que van a haber menos muertes. Segundo, la gente ve en el proceso constituyente una válvula para avanzar y destrabar los conflictos que la sociedad ha ido evidenciando desde el estallido social de 2019. Hay altas expectativas, pero no expectativas que se concreten en soluciones inmediatas, sino expectativas en torno a que empiecen a mejorar las cosas para que efectivamente sea posible que haya cambios orientados a lo que la gente está buscando y demandando.

Hay respuestas que pueden dar una visión distinta. Solo un 25% cree que habrá menos violencia el próximo año. En la convención constituyente el 46% cree que habrá un clima de diálogo y el 54% de confrontación.

Lo plantearía de otra manera. Si la gente pensara que la Convención Constituyente va a estar llena de puros políticos, la idea de que sería muy difícil llegar a acuerdo sería mucho más masiva, igual que la idea de un escenario más polarizado. Lo que esas respuestas están reflejando es que mucha gente todavía cree, y espera, que en la convención haya una participación grande de independientes, que vengan a oxigenar la política.

Pero eso no fue medido.

Hay muchas encuestas previas, nuestras y otras, que hablan que la gente ve a la elite política muy polarizada e incapaz de llegar a acuerdos. Entonces, la gente siente que cualquier cosa que esté llena de políticos tradicionales, va a ser un espacio de mucha dificultad de llegar a acuerdos. Y eso no significa que la gente no valore los acuerdos. Al revés, siente que hay mucha dificultad para poder alcanzarlos. Entonces es un llamado indirecto a que la convención tenga una participación importante de independientes o de gente que tenga independencia de juicio y que no vaya a ir con ideas preconcebidas.

¿Y respecto de la violencia?

Tiene que ver con dos cosas. Fundamentalmente, con que hay un nivel de violencia que está instalado. Los tiroteos en Maipú y en distintos puntos de la capital son bien elocuentes. La sensación es que hay una cierta violencia estructural. Y ahí hay una angustia muy grande, que no tiene que ver necesariamente con la violencia derivada de las manifestaciones. También la gente está planteando o cree que la movilización social va a aumentar. Y si bien las personas separan la legítima movilización de acciones vandálicas, saben que es imposible de evitar que descolgados de las movilizaciones generen acciones de violencia.

La evaluación de los personajes refleja una crisis fuerte de las instituciones. ¿Qué te dice esa lista de personajes?

La lista que la gente proyecta como los más protagónicos del 2021 -que no es una pregunta presidencial- la encabeza gente que es percibida como enfrentando, en términos gruesos, a la élite. Hay un conflicto instalado en la sociedad, una tensión muy grande entre la ciudadanía y la élite. Ese clivaje que se instaló con mucha fuerza después del 18/10, hoy está con una fuerte expresión en términos de lo que la gente está proyectando como los líderes que más los representan. No tiene que ver con las instituciones a las que pertenecen los líderes o las personas, sino con su capacidad de impugnación respecto de la élite tradicional o del poder en general.

¿Qué proyección política le ves a ese listado?

Está muy instalado en la ciudadanía una validación de las personas por sobre los partidos o las instituciones políticas. Daniel Jadue que está entre los tres primeros y Joaquín Lavín que está entre los cuatro primeros, tienen una alta valoración, pero al mismo tiempo, cuando preguntas por el Partido Comunista o de la UDI, son los partidos peor evaluados, en un contexto de muy mala evaluación de los partidos.

¿Qué implicaciones tienen a nivel de candidaturas presidenciales?

La crisis de confianza y la crisis institucional va a tener un rol muy grande en la próxima elección. Eso está afectando fuertemente a la centro izquierda, en el listado no hay nadie de ahí. Esto está polarizado entre lo que podríamos denominar políticos vinculados a la centro derecha y a la izquierda. Pero, insisto, más que mirarlo desde el clivaje izquierda-derecha, hay que mirarlo desde un clivaje de su capacidad de impugnar a ciertas elites y su capacidad de estar como más cercano a las necesidades y preocupaciones de las personas.

¿Hasta qué punto le ves proyección al liderazgo de Pamela Jiles?

Yo creo que su liderazgo va a estar muy presente en 2021, porque logra salirse de las estructuras de la izquierda y la derecha y representar a una amplia gama de la ciudadanía que no habían encontrado partidos ni figuras que los representaran: los jóvenes que se sentían excluidos de la política o desinteresados y los segmentos de menores ingresos, que también eran los que menos estaban votando. Tiene también que ver con la sensación de una nueva forma de hacer política.

Hay una expectativa muy baja respecto del Presidente Piñera. ¿Eso podría favorecerlo?

Sin duda. Solo un 15% de las personas creen que lo va a hacer mejor. Y cuando hay muy pocas expectativas cualquier sorpresa positiva puede generar adhesión, más cercanía y mayor valoración. Eso es al revés de lo que normalmente hace el Presidente Piñera, que es inflarlas y después se desinflan. Puede caer en eso, por ejemplo, con las vacunas o con la recuperación económica. Ahora, también pasa que la gente está anclada en un juicio crítico respecto del Presidente, y, por lo tanto, le va a costar mucho desanclarse de ahí.

En la pregunta sobre los más influyentes, se dice que es independiente de la adhesión, pero muestra un cierto grado de adhesión.

Nosotros usamos el criterio de que hubieran aparecido con al menos 2% durante el año 2020 en la encuesta Criteria como preferencias espontáneas presidenciales. Y, desde esa perspectiva, parafraseando el pensamiento de una persona promedio, yo no creo que alguien va a ser importante si en alguna medida yo no considero que esa persona para mí es importante. Y eso marca fuertemente el escenario: en términos presidenciales, está bastante encuadrado, por ahora. Por lo tanto, tienen que haber movimientos importantes para desencuadrar eso. Ese cuadro está fundamentalmente pintado con Pamela Jiles, con Daniel Jadue, con Joaquín Lavín, con Evelyn Matthei, con Sebastián Sichel. Eso no quiere decir que el cuadro no se vaya a mover. La gente está marcando hoy mucho menos de lo que en otras elecciones. Está todo muy líquido y bien movible durante 2021. Pero el cuadro, como empieza, está muy pintado y con sus marcos muy delimitados.

Las tres personas mejor evaluadas son mucho más identificadas con el mundo de la izquierda. ¿Crees que hay un giro del país hacia la izquierda?

Yo creo que los giros son de más largo plazo. Cuando en 2017 la gente votó por el Presidente Piñera no pensaba que había un giro hacia el mercado. Estos son procesos. Lo que sí pasa hoy día es que hay una demanda muy grande por mayor presencia del Estado y se traduce en la expectativa que el Estado asegure ciertos derechos y no solamente focalice las ayudas. En las pensiones, en salud, el Estado tiene que tener un rol más relevante que el mercado. Eso está. Evidentemente que tiene una tinta más socialdemócrata la lógica del Estado por sobre el mercado. Y, en términos analíticos, la supremacía del neoliberalismo o del mercado está perdiendo fuerza, en estos momentos. Pero desde el punto de vista de la mayoría de la gente, eso no tiene necesariamente que ver con ser más de izquierda o más de derecha.

¿Qué pasa con la centro izquierda?

La centro izquierda vive discutiendo si el pasado, la Concertación, fue bueno o fue malo. Y piensa poco en cuál es la propuesta que hace respecto del futuro. Y, desde esa mirada, quedan anclados en el pasado y parecen figuras a las que ya se les pasó su momento. Y, por lo tanto, no tienen espacio para renovarse. Y lo otro es que no logró tener un candidato en la elección pasada que sembrara una semilla de futuro. Creo que lo hubieran logrado con Ricardo Lagos. A lo mejor la centro izquierda hubiera perdido por una distancia mayor que con Guillier, pero hubiese sembrado una semilla para el futuro.

Por qué, en este derrumbe de los partidos y de la política, la centro derecha queda mucho más en pie que la centro izquierda

Los que están bien parados hoy día son fundamentalmente liderazgos de centro derecha que apostaron por el Apruebo, que estuvieron en sintonía con las grandes mayorías. Y, segundo, son liderazgos que, a través de la historia, particularmente en el caso de Lavín, han demostrado ciertas condiciones que la gente valora en términos de gobernabilidad, de cercanía.

¿Estás de acuerdo con que el sistema electoral favorece la polarización y fragmentación?

Sí. Ha sido muy pernicioso el voto voluntario; devino en que votaban los segmentos más altos y la gente mayor. Hoy estamos con elecciones hay que hablarles a las minorías movilizadas, más que a las grandes mayorías. Y la mezcla con un sistema electoral como el que tenemos hace que se propenda a la polarización. Pero creo que lo más grave es el voto. Ahora, la paradoja, es que el mundo político se dio cuenta, pero, al mismo tiempo probablemente se dé cuenta que volver al voto obligatorio, va a terminar favoreciendo a lo que se define como liderazgo más populista.

Mira la entrevista completa a continuación:

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