El domingo el subsecretario Luis Cordero sorprendió al anunciar la posible regularización de 182 mil migrantes. El lunes se creó una tormenta perfecta cuando tres mil migrantes hicieron largas filas con la ilusión de ser legalizados, pese a que el llamado era solo para enrolarse, vale decir, conseguir un Rol Único Tributario para diversos trámites. Eso no sucedió y el jefe metropolitano del Registro Civil debió salir. Esta es una crónica sobre cómo se vive en ese sector de Santiago y la incertidumbre por el proceso, que se prometió renovar a partir del lunes.
Zona populosa. Daniela es una chica colombiana de 26 años. Está llorando y tiembla porque le acaban de robar su iPhone. Es el barrio Meiggs, un lugar durísimo, donde no se puede ni siquiera caminar porque hay tanta gente, que se forman tacos humanos interminables. Daniela llora desconsolada y nadie la puede ayudar.
- Un carabinero está cerca mirando hacia la Alameda, pero no puede hacer nada porque el tipo que le robó el celular ya está lejos. En esta zona son comunes los atracos. La gente anda con las mochilas aferradas a los cuerpos. No usan los teléfonos porque saben que se los pueden quitar.
- Este barrio parece ser el sueño o la pesadilla chilena para muchos migrantes. Centenares trabajan acá de manera informal. Es casi imposible caminar por las veredas, repletas de locales piratas con toldos azules. Casi no hay árboles. Hay 30 grados, pero parecen 35.
El caos. La zona hizo noticia porque el lunes, cerca de tres mil migrantes, mayormente venezolanos, llegaron al Estadio Víctor Jara -donde se han presentado desde Lou Reed, Charly García a Living Colour- con la esperanza de conseguir legalizar su situación. El Gobierno había dicho que iba a regularizar a 180 mil migrantes ilegales. Y reinó la confusión. El enrolamiento es simplemente conseguir un número único para acceder a beneficios sociales. No significa legalizar.
- Fue tal el desastre que el Director Nacional del Servicio de Registro Civil e Identificación, Omar Morales Márquez, le solicitó la renuncia al Director Regional Metropolitano, Jorge Zúñiga Cabezas. De manera interina asumió el cargo Katherine Jorquera Reyes, hasta la designación de un subrogante, que ejercerá mientras se desarrolla el concurso a través de un proceso de Alta Dirección Pública.
- El Registro Civil, que depende del Ministerio de Justicia, anunció este lunes por la tarde la suspensión del enrolamiento por artículo 44 de migrantes, es decir, la entrega de un Rol Único Tributario (Rut) para diversos trámites en AFP, isapres y otros.
- Desde el Registro Civil informaron el miércoles que “se están coordinando los puntos de atención para la Región Metropolitana, pero aún no hay información. En regiones se atiende en las oficinas asignadas”.
- Sin embargo, este jueves el servicio el Registro Civil informó que el proceso se retomará el próximo lunes 23 de diciembre. Se hará en 24 puntos distintos y “para evitar aglomeraciones, las personas que cuenten con la solicitud de asignación de RUN por el mencionado artículo deberán desde mañana viernes 20 de diciembre agendar hora telefónicamente en el call center 600 370 2000”.
- La ex embajadora venezolana de Juan Guaidó y actual académica de la U. del Alba, Guarequena Gutiérrez, es crítica. “No se explicó bien que el enrolamiento no da estatus migratorio. Fue un error del gobierno”.
- Ella dice que las últimas dos semanas se ha evidenciado un aumento de conductas xenófobas de la población local. Nombra casos de persecución de niños venezolanos, con agresiones sexuales incluidas. “Luego el Gobierno promete que va a hacer una regularización acotada. El migrante venezolano se confundió y pensó que venía la legalización. Pero no fue así. Fue desastroso y muchos compatriotas la pasaron mal”.
- Guarequena Gutiérrez dice que “esto tiene que aclararse, no podemos seguir sin saber cuándo continuará el enrolamiento. El Registro Civil y el Gobierno deben dar una explicación”.
- La Asociación Venezolana en Chile plantea que “la solución a los desafíos migratorios debe basarse en un marco normativo que promueva el orden, prevenga riesgos y maximice el impacto positivo de la migración en el desarrollo económico y social del país”.
Marea humana. Es un miércoles al mediodía en el barrio Meiggs. No cabe una aguja. Nadie sabe qué pasa con el proceso de enrolamiento masivo. Hay mucho vendedor informal que prefiere no contestar las preguntas de la prensa. “Ubícate”, dice un señor chileno que vende bebidas. Justo en ese momento pasa una mujer que se lleva una Coca Cola sin pagar.
- Pero también hay gente que supuestamente paga patentes, como Eduardo, un comerciante chileno, que lleva 40 años en el sector. De anteojos oscuros, polera roja, dice que paga un permiso 400 lucas cada seis meses.
- Tiene una esquina completa donde vende de todo lo que uno pueda imaginar. Pañuelos, sábanas, frazadas, vestidos, poleras, faldas, jeans, juguetes, electrodomésticos, trajes de baño, sombreros.
- Llama la atención que acá hay incluso gente en la calle que vende medicamentos que necesitan receta, como Quietapina a tres mil pesos o Tramadol en gotas, que es un derivado del opioide, a $2.000. Dos adolescentes dicen que son medicamentos de verdad, pero los venden a 1/3 o 1/4 de lo que cuestan en la farmacia. “Dime lo que quieres y te lo consigo”, aseguran.
- “Acá ha cambiado mucho el barrio en 40 años”, dice Eduardo. “Se echó a perder tremendamente. En los dos últimos años de Irací Hassler, el sector se corrompió. Llegaron muchos delincuentes extranjeros. No quiero discriminar, pero empezaron a extorsionar a muchos comerciantes”.
- “Bandas criminales se apoderaron de la calle: venden el derecho a usar ciertos lugares, con un arriendo que en realidad es una extorsión. Yo me he negado hasta ahora a ser extorsionado. Espero aguantar”.
La Alameda. Durante la jornada hay otra mujer que sufre un asalto. Le roban el bolso. La multitud hace que sea imposible perseguir a alguien. Para avanzar la gente tiene que caminar por la calle. Incluso niñas con coches de guaguas se arriesgan a andar por la Alameda, donde pasan autos y buses .
- Rodrigo, un peruano, dice que lleva ocho años acá y que el barrio ha empeorado por la delincuencia. Un colombiano agrega que “lamentablemente todo empeoró durante los últimos años de la alcaldesa Irací Hassler. Hubo poca fiscalización, y ahí entró el crimen organizado, que controla muchas calles”.
Sigue la incógnita. Meiggs es una parte de Santiago que no está en las guías de turismo porque es incómoda, calurosa. No hay lugares donde sentarse, no hay sombra. Pero aquí trabajan miles de personas. Es una parte de Santiago que es clave para el comercio de la ciudad, pero que lamentablemente parece estar fuera del control de la autoridad. Eso es, al menos, lo que dicen los vecinos.
- La situación se agravó con la promesa de regularizar migrantes que hizo el Gobierno. El barrio se desbordó, al igual que el Estadio Víctor Jara, que no dio abasto para atender a los que querían enrolarse. Hasta hoy las personas que deambulan por el lugar no se saben bien qué ocurrirá.
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