Suspenso, misterios, giros sorprendentes y una trouppe de personajes insólitos construyen esta coreografía trepidante, moviéndose en escenarios que desbordan imaginación. En realidad, todo Glass Onion es así. Y por cierto, con un humor impregnado en situaciones, lugares y personajes.
De la película original solo permanece Benoit Blanc (Daniel Craig), el sagaz detective privado experto en puzzles policiales.
La primera sorpresa que el espectador se llevará (si es que vio Entre Navajas y Secretos) será precisamente Benoit Blanc: su actitud, su indumentaria. Es parte de los trucos y giros que abundan en la película (cuidado con pestañear siquiera).
Si en la anterior todo ocurría en una casona algo barroca de un rico pater familia, su descendencia y ad láteres, acá se trata de un variopinto grupo de amigos. Alguna vez compañeros de bar, un par de ellos le acertaron con una start up tecnológica y con ella ayudaron al resto a hacer lo que se les cantara.
He aquí que Miles Bron (Edward Norton), quien cosechó los millones, los invita a su apoteósica mansión en su isla del Mediterréneo, donde todo es sol, mar, cristal, ¡pura luz! Para allá parten Claire, una promisoria política; Duke, streamer de Twitch (Dave Bautista); Birdie, una super modelo con sus años (genial Kate Hudson); Lionel, un científico empleado de Bron. Y para sorpresa de todos también llegan Andi (Janelle Monae) y Blanc.
Sucede que la invitación era una caja-puzzle imposible más personalizada (abrirla es parte de la historia). Esto es solo el comienzo. Las vueltas y giros no paran de ocurrir y por cierto hay un crimen, racontos, flashbacks. Se agradece que una secuela conserve el espíritu y los conceptos que hicieron de la película original lo que es y sin embargo sea capaz de cambiar totalmente los escenarios y los tonos: sencillamente genial el diseño de la producción.
¡Muy ingeniosa deconstrucción y sátira de las historias policiales! Tan bien hecha que es realmente un placer verla. ¡Muy buena y muy entretenida!
Ojo con los “cameos”.
Glass Onion: A Knives Out Mystery
Por si no la han visto (o no la recuerdan) esta es la película que originó todo: se pueden ver de manera independiente y en cualquier orden.
Una gran casona rodeada de parques y bosques, un millonario socarrón y cínico, una familia insoportable y un crimen por resolver: con estos elementos de base, Entre Navajas y Secretos se organiza como homenaje y parodia a los policiales estilo Agatha Christie.
Tal como en la secuela, el lugar donde ocurren los hechos es clave. La casa en sí misma es otro personaje y un puzzle con pistas que se descubren en sus laberínticos salones y habitaciones. Allí vive un magnate editorial, Harlan Thrombey (Christopher Plummer), acompañado por su servidumbre y su joven asistente part-time (Ana de Armas).
Sus hijos y nietos dependen, de una manera u otra, de su fortuna. Por eso acuden solícitos a celebrar el cumpleaños número 85 del patriarca, un hombre por el que sienten más temor que afecto. Allí están sus hijos, hijas, nueras, yernos, nietos: Linda Drysdale (Jamie Lee Curtis), su marido Richard (Don Johnson) y su desparpajado hijo Ransom (Chris Evans); Joni, su nuera viuda (Toni Colette); Walt (Michael Shannon), el menor, a cargo de los negocios; sus nietos Meg (Katherine Langford) y el extraño chico que es Jacob (Jeden Martell).
Cuando se produce el crimen, aparece la policía y Benoit Blanc (Daniel Craig), el Hercules Poirot de esta intriga. Rian Johnson desparrama en su tablero personajes con su lado estrafalario y con algún secreto que ocultar (gran mérito lograr ensamblar un rutilante elenco).
Un humor ácido e incorrecto se cuela allí y en pequeños detalles.
Misterios y sorpresas hitchckokianas van apareciendo hasta el último minuto a un ritmo que no suelta. Una pieza de relojería, tal como su secuela
Entre Navajas y Secretos (Knives Out)
Entre los apuros y el desorden, un familión que parte de viaje se olvida nada menos que de uno de sus hijos pequeños, Kevin (el rol por el que se hizo famoso Macaulay Culkin). A la casa intentan entrar unos ladrones: para protegerse, Kevin inventa ingeniosos trucos. Un hit en su momento, que se quedó en la memoria.
Kevin y su familia van a viajar a Miami para pasar las vacaciones de Navidad, pero el niño se equivoca de avión y acaba en Nueva York, donde se reencuentra con unos delincuentes.
Similar a la primera película, aunque en esta ocasión por culpa de una vecina un niño de ocho años llamado Alex Pruit está solo en casa y para su mala suerte debe enfrentarse a una banda de criminales.
Después del divorcio de sus padres, Kevin decide pasar la Navidad en el hogar de Natalie, la nueva novia de su padre. Se trata de una casa equipada con la más moderna tecnología. Con la ayuda de esta tecnología y con su habitual ingenio, hará frente a unos ladrones, además de intentar conseguir que sus padres se reconcilien.
¡Siempre! les recomendaré esta película. Ingeniosa, encantadora y divertida fábula animada, de exquisita factura y cargada de humor.
El soleado, colorido y pomposo lugar donde Jesper -el personaje central- disfruta sin freno ni remordimientos su cómoda vida de ocio se abre a toda pantalla. Su poderoso padre, que dirige la Real Academia Postal, lleva meses usando sus influencias para que el patán de su hijo ingrese allí y se convierta en lo que debe ser: un cartero.
Nada que esté ni en los más remotos planes del joven millenial. Para desgracia de Jesper (voz de Jason Schwartzman), su padre cree en el esfuerzo y la disciplina: en dos minutos lo envía a un remoto y gélido lugar desde donde no podrá regresar hasta haber enviado 6 mil cartas en el plazo de un año.
La travesía hacia tierras polares incluye abordar una embarcación tenebrosa que tras cruzar una densa y grisácea neblina lo deposita en un horrible pueblo: Smeerensburg. Las casas desvencijadas y el gallinero donde debe instalarse serían lo de menos: en este lugar cubierto de nieve y frío, todos se pelean contra todos, sin necesidad de mayor provocación.
Alva (voz de Rashida Jones), la profesora que, al igual que él, maldice la mala suerte de haber sido enviada allí, se dedica a vender pescado podrido. Por cierto, los niños no van a clases.
Como en la Verona de Shakespeare, hay en este fin de mundo una antigua rivalidad entre unos Montescos y Capuletos muy poco glamorosos, que hacen de esta isla del ártico el peor lugar del mundo para vivir. Una ciudad construida con resentimiento. ¿De allí saldrán 6 mil cartas para enviar y conseguir así un pasaje de vuelta? Pero Jesper es —además de un sobreviviente— un optimista contumaz. Su desparpajo y natural imprudencia lo llevan a meter las narices donde no debe y también a descubrir a un viejo malhumorado, Mr. Klaus (voz de J.K.Simmons), que vive aislado en las afueras del pueblo.
Además de abrirnos a los recovecos de un protagonista de honduras insospechadas y finalmente muy querible, la película se prodiga en personajes cuando menos asombrosos y algunos tan inolvidables como la pequeña lapona Márgu.
Con Klaus , Sergio Pablos decidió imaginar la prehistoria del Viejo Pascuero, pero en lo que se concentra la película es en el singular viaje personal de Jesper. Un antihéroe por definición, en su afán por alcanzar la meta que lo sacará de allí Jesper consigue, a través de su propia búsqueda de sentido vital, destrabar a una comunidad enredada en rencores infinitos. Todo bajo un lema de improbable resultado en tal contexto: “un acto sincero de bondad siempre provoca otro”.
Klaus
Otra de mis favoritas ¡ever! La técnica del stop-motion tuvo su cumbre en este poema ilustrado que Tim Burton dibujó y creó, bajo el alero de la compañía Disney, cuando trabajaba allí.
La música de Danny Elfman, creada en la más fina sintonía con el espíritu y la atmósfera de la historia, ha sido clave en esta verdadera devoción que despierta el filme que, mal que mal, es… un musical.
Cada secuencia narrativa ofrece todas las lecturas posibles porque deja un generoso espacio a la imaginación de cada quien. Y aunque a ese respecto la libertad es total, lo que sí hay que advertir es que esta historia NO es Halloween vs. Navidad. En este universo los seres no se dividen en buenos y malos, en normales y anormales, o en ganadores y perdedores. Y eso la hace más real y cercana.
¡Grandiosa!
El extraño mundo de Jack (The nightmare before Christmas)
Un clásico, esta es de esas películas que uno se repite las veces que sea (como Notting Hill). Un primer ministro, una vieja estrella del rock, una asistenta portuguesa que sólo habla su idioma y muchos otros personajes que se encuentran por trabajo, lazos sanguíneos o casualidad, viven el amor y el desamor, sus aspectos más divertidos, tristes, ingenuos o torpes, cada uno a su manera.
En la víspera de Navidad, en Londres, estas vidas van a cruzarse. La película, que termina en un aeropuerto, se hizo post 11S, como una manera de decir: no todo es peligro, también existe el amor. Y está en todas partes.
Love Actually
Esta es una joyita. Sean Baker marcó un punto de inflexión en el cine independiente con El Proyecto Florida. Eso fue en 2017. Pero en 2015 había estrenado Tangerine, una película filmada íntegramente con celulares. Y aquí también pone su atención en seres que se ubican en los márgenes de una sociedad del Primer Mundo.
En este caso, dos prostitutas transgénero que circulan por los barrios menos glamorosos de Hollywood. La historia es aparentemente sencilla y transcurre en vísperas de Navidad. Sin-Dee Rella acaba de salir de prisión y se entera por su amiga Alexandra que su novio la ha engañado. Es un diálogo cómico: en primer lugar porque la revelación no es sencilla, pero sobre todo porque las protagonistas tienen una peculiar manera de desenvolverse en la vida.
Y es que contrariamente a lo que podría pensarse, la película está lejos de ser una historia triste o truculenta. Tangerine es una comedia dramática que exuda humanidad. Ello tiene que ver principalmente con el trato que Sean Baker le da a sus personajes: su mirada no es ni condescendiente ni compasiva. Es mucho más que respetuosa: lo que hace el ojo de la cámara es descubrir en ambas una admirable manera de abordar su realidad, en una vida que ciertamente no es fácil.
Porque al fin de cuentas lo que pone es escena Tangerine es el más conmovedor y emocionante relato sobre lo que es una amistad verdadera.
Tangerine
La Navidad reúne a distintas generaciones de una familia en la casa que se yergue en lo alto de una pequeña playa, frente a la inmensidad del mar.
Eva, la abuela; su hija Sonja, la oveja negra de la familia; y las hijas de ésta, Vivi y Lara, para bien o para mal, han llevado los hilos de este matriarcado, en una casa repleta de secretos, los que han determinado la vida de todo el clan.
“Las mujeres de esta familia son como las olas: se atraen y se repelen”. Hay que dejarse llevar por este devenir caótico: los dolorosos secretos guardados por años verán la luz, destrabando las relaciones que finalmente podrán fluir con alguna normalidad.
Temporada de secretos (Zeit der Geheimnisseaka)
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