Con esta lista me hago cargo de esa gran verdad. Aunque la abro con la película que debiésemos ver en estas fechas:
Esta belleza de filme apunta al ancho concepto de maternidad y la dibuja en tres (o más) dimensiones. Y lo hace no solo en aquella cadena vital en que conviven abuela, madre, hija sino que desde un delicado juego fantástico de pasado, presente y futuro.
Nelly tiene 8 años y está en un hogar de ancianos asomándose a las distintas habitaciones hasta dar con una vacía: la que ocupaba su abuela. La niña está allí porque ha acompañado a su acongojada madre, que acaba de ver morir a la suya (es decir, la abuela de Nelly).
Esta relación de cuidado amoroso de ascendencia/descendencia ida y vuelta ya se asoma en una sencilla y emocionante secuencia, que sigue a la de apertura. Mientras la mujer, conteniendo apenas las lágrimas, conduce el auto por la campiña en dirección a la casa de la recién fallecida —que es el hogar en el que ella misma se crió— Nelly, desde el el asiento trasero, le acaricia el rostro con sus manitos, le pasa golosinas.
En esa casa en medio del bosque permanecerán algunos días, los necesarios para desocuparla y de paso encontrarse con fotos, cuadernos, recuerdos, que han permanecido allí y que son como una ráfaga emocional que abre pequeñas heridas, pero necesaria para completar el puzzle de sus vidas.
Nelly decide salir a jugar al bosque y allí se encuentra con una niña igual a ella, Marion, con quien traban amistad. Marion la invita a su casa, al otro lado del bosque. Nelly nota enseguida que es idéntica a la de su abuela.
Nelly y Marion son aquello que suele ocurrir en relaciones sanas: las madres cuidan de sus hijas, pero también las hijas cuidan a sus madres. Algo más o menos habitual cuando llegamos a la adultez. Pero Petite Maman nos dice que en realidad este cuidado amoroso no tiene edad ni tiempo, porque los dolores de la vida nos asaltan en cualquier momento.
(Las pequeñas actrices son hermanas gemelas. Para que las distingamos, la directora y su equipo se preocuparon de definirlas a través de sus muy diferentes vestuarios).
Petite maman
Dirección y guion: Céline Sciamma.
Música: Para One.
Fotografía: Claire Mathon.
Reparto: Joséphine Sanz, Gabrielle Sanz, Margot Abascal, Stephane Varupenne, Nina Meurisse.
Francia, 2021.
Duración: 72 min.
Esta comedía agridulce —con diálogos ¡geniales!— tiene como protagonistas a tres veteranos (gente grande, como le llaman en Argentina a quienes nosotros descalificamos como viejos) que alguna vez fueron muy unidos. Que tocaron el cielo de la gloria como bailarines de tango.
La “pareja de oro” estaba conformada por Carlos (Darío Grandinetti) y Margarita (Mercedes Morán), y quien los acompañaba en sus giras, “Pichuquito” (J. Barrales), el músico del bandoneón. Pero eso ocurrió hace 30 años. Carlos vive muy bien en Madrid como estrella de series de TV, casado y con una hija, una adolescente que es un puente diplomático entre sus padres. No es que Carlos se lleve mal con su mujer: es que ella tiene claro que por más años que hayan pasado sin verse ni hablarse, Margarita sigue omnipresente en la vida de su marido.
Por eso, cuando Jorge Barrales lo llama para avisarle que Margarita ha muerto, toma sus maletas y viaja solo a Buenos Aires, aunque su mujer insiste en acompañarlo. Ahí las aventuras y sorpresas se van sucediendo como en cascada porque nada es lo que parece y a cada paso se van develando verdades, cada una más epatante que la otra. El tango, la milonga y también por ahí la bailanta están en el centro de esta road movie, que nos lleva, en una Van del siglo antepasado, desde Buenos Aires hasta Mendoza.
Empieza el baile
Dirección y guion: Marina Seresesky.
Música: Nicolás Guerschberg.
Fotografía: Federico Rivares.
Reparto: Darío Grandinetti, Mercedes Morán, Jorge Marrale, Pastora Vega, Agostina Pozzi, Lautaro Zera.
Argentina, 2023.
Duración: 98 min.
Esta ¡loquísima! película que arrasó con los Oscar 2023 y con la crítica, ha tenido una recepción encontrada entre el público. Es verdad: en términos de género, es como un cajón de sastre, cine fantástico incluido, aunque sin planetas ni naves full tech; en vez de ello, una destartalada Van donde se maneja tecnología harto demodé.
Es parte de su singular humor. Pero al final de cuentas, la película tiene al centro a Evelyn Wang (la gran Michelle Yeoh), una inmigrante china en EE.UU., completamente superada entre el manejo de la lavandería, una hija adolescente ¡insoportable! y un padre que da por hecho que su hija está para servirle chasqueando los dedos.
En este muy especial multiverso, todo y todos se transforman, y de paso resitúa a nuestra “heroína” en instantes del pasado enfrentándola a cómo sería su vida si hubiese tomado otras opciones.
Everything Everywhere All at Once
Dirección y guión: Dan Kwan, Daniel Scheinert.
Música: Son Lux.
Fotografía: Larkin Seiple.
Reparto: Michelle Yeoh, Jamie Lee Curtis, Jonathan Ke Quan, James Hong, Anthony Molinari, Audrey Wasilewski.
EE.UU.2022.
Duración: 139 min.
Esa edad de las definiciones complejas e íntimas, ese momento vital elusivo, que no resiste descripción categórica acerca de uno mismo, es por donde transitan Leo y Rémi. Tienen 13 años y han crecido como los amigos inseparables que son y la vida es divertida y hermosa bajo el sol del verano que cae sobre las grandes extensiones de flores, plantaciones y bosques que separan las casas de sus respectivas familias.
Hasta que llega el momento de entrar al colegio. Una vez allí, el encuentro con sus compañeros y las relaciones cruzadas que se forjan, “resetean” esta amistad que parecía indestructible, hasta cruzar límites impensados. Desde la mirada algo desconcertada y las frágiles intuiciones de Leo, el director Lukas Dhont narra con una delicadeza exquisita una historia que desgarra el alma.
No hay nada explícito porque Leo no es capaz de verbalizar ni lo que ha ocurrido ni porqué, ni tampoco cómo es exactamente que sucedieron los hechos que de golpe trastocaron todo. Sus sentimientos son un amasijo de desconcierto, dolor y culpa, esa atenazante pulsión que nos declara responsables de algo impreciso, sin serlos.
Tanto Leo como Rémi tienen madres cercanas y cariñosas. Pero hay un momento en la vida, precisamente cuando se ha abandonado la niñez, en que ese tan necesario cobijo es desechado.
La delicadeza y profundidad con que Dhont aborda esta dramática historia está dentro de lo más sensible que nos ha regalado el cine en estos últimos meses.
Close
Dirección: Lukas Dhont.
Guion: Lukas Dhont, Angelo Tijssens.
Música: Valentín Hadjadj.
Fotografía: Frank van den Eeden.
Reparto: Eden Dambrine, Gustav De Waele, Émilie Dequenne, Léa Drucker, Igor van Dessel, Kevin Janssens, Marc Weiss.
Bélgica, 2022.
Duración: 104 min.
Gran Premio de Cannes 2022.
Nominada al Oscar Mejor Película Internacional.
Anthony (Anthony Hopkins), anciano y viudo, vive en su cómodo y amplio departamento. Su hija Anne (Olivia Colman) lo visita a menudo. Pero su apacible cotidiano comienza a alterarse: confunde a algunas personas, se desconcierta cuando descubre que falta algo en el living o ha variado el color de una pared.
Junto con él, el espectador experimenta su desorientación, su desconcierto y también la rabia, esa mezcla de emociones y sentimientos que asaltan a mansalva a alguien que no logra comprender qué es lo que está ocurriendo a su alrededor.
La película pone en relieve la compleja y dolorosa situación que viven, por un lado, Anthony, y por otro, Anne, en ese rol tan ingrato que es el de la cuidadora. Esa que no sabe qué es lo que va a recibir de vuelta cada día que pasa, la que debe tomar las decisiones difíciles.
El dramaturgo francés Florian Zeller adaptó al cine su propia obra de teatro tras un clamoroso éxito en su patria (en cartelera desde 2012 a 2015), Inglaterra y en un total de 50 países. En Chile, la protagonizaron Tito y Amparo Noguera. Zeller creó esta historia inspirándose en una vivencia personal: su abuela, que lo crió, tuvo demencia senil. Por eso, para él, esta es una experiencia catártica, una exploración, un compartir emociones.
Oscar 2021 a Mejor Guion Adaptado y a Mejor actor principal (A. Hopkins).
El Padre (The Father)
Dirección: Florian Zeller.
Guión: Florian Zeller, Christopher Hampton.
Reparto: Anthony Hopkins, Olivia Colman, Imogen Poots.
Reino Unido, 2020.
Duración: 97 min.
Tan intensa y seductora como si fuera un thriller de suspenso, esta verdadera épica del marketing abunda en humanidad, sentimientos auténticos y mucho sentido del humor. Sonny Vaccaro (Matt Damon) es del departamento de básquetbol en la compañía que levantó desde la nada su amigo Phil Knight (Affleck): Nike.
Es 1984 y la cosa en EE.UU. con respecto a las zapatillas se define según sus ventas en el básquetbol. Y la situación está así: Converse, Adidas y en un tercer lugar, con un 17% de participación, Nike.
Vaccaro sabe que la única manera de salir de allí es atraer a Michael Jordan. Todo está en contra. Pero Sonny está convencido, su pasión es contagiosa, su imaginación es desbordante y rápida y cree en el trabajo en equipo. En su entusiasmo caben la modestia, el respeto y la admiración por lo que otros saben y también la resiliencia.
Esta carrera fascinante está regada de personajes secundarios que no tienen desperdicio: ojo con la madre de Jordan (Viola Davis), ¡que sí que la lleva!; ¡el diseñador y su patineta!; el equipo que trabaja con Sonny en la oficina (Chris Tucker ¡genial!); el petulante Rob (Jason Bateman).
Plagada de situaciones y diálogos filudos o francamente divertidos, escenas desbordantes de tensión o francamente inolvidables y una banda sonora que se teje sólida con el guion. ¡Muy buena!
AIR: la historia detrás del logo
Dirección: Ben Affleck.
Guion: Alex Convery, Ben Affleck, Matt Damon.
Fotografía: Robert Richardson.
Reparto: Matt Damon, Ben Affleck, Viola Davis, Chris Messina, Marlon Wayans, Chris Tucker.
EE.UU., 2023.
Duración: 112 min.
Acá no hay nada heroico ni optimista como en Air. En El Menú, un retorcido y muy sofisticado chef reúne a un grupo de seres privilegiados para desplegar un juego macabro, con un suspenso y tensión que van subiendo en intensidad. Estos comensales son convocados a la exclusiva isla de Hawthorne a una sofisticada (y carísima) cena.
Al yate subirán una pareja de millonarios, una crítica gastronómica, un actor de cierta fama y su pareja, también actriz. En el muelle también esperan los más jóvenes del grupo: Tyler (Nicholas Hout) y Margot (Anya Taylor-Joy).
En la isla, que se divisa desde allí mismo, son recibidos por el ejército de cocineros y empleados que comanda el chef Slowik (Ralph Fiennes).
Slowik les anuncia que se trata de una cena de 4 horas y 25 minutos. Por cierto, hay reglas: esto no es restorán de comida rápida.
Aunque desde el comienzo se advierten ciertos elementos disruptivos e inquietantes y se instala un suspenso de tono bajo, lo siniestro empieza a abrirse paso muy de a poco. Slowik es más que un chef maniático y perfeccionista. Y sabe todo de sus comensales, a quienes le empezarán a reventar sus secretos en la cara.
Pronto verán que eso es lo de menos. Que la exclusiva y bella isla es poco más que un campo de concentración y Slowik es un sicópata muy controlado. ¿Estará alguno de ellos en condiciones de saber que “el oprimido debe exigir la libertad”?
Terror, violencia y misterio servido cruel y finamente. (El director es el creador de la muy elogiada serie Succession).
El Menú
Más allá de que será un deleite para sus fans, Moonage Daydream, la sorprendente aproximación al singular genio de David Bowie, entrega relevante información sobre quien fuera algo mucho más que un rockero performático. El director Brett Morgan contó para ello con la colaboración de la familia de Bowie.
En un bombardeo lisérgico de imágenes y en un montaje vertiginoso, no solo se recopilan entrevistas y conciertos de Bowie. La pantalla es inundada de grandiosas pinturas, ciertos planos de películas clásicas e icónicas, escenas de teatro, ballet. La pantalla cambia de colores —intensos, tenues, pálidos, blancos y negros— se satura y se intercala con trozos de momentos documentales.
David Bowie fue un artista integral —actuó en Broadway, en dos filmes y pintó numerosos cuadros—, que admite influencias como la del teatro kabuki. El caos y la fragmentación son conceptos con que se define y describe la mente humana y así lo sigue la cámara.
Para él, el arte es acerca de la búsqueda, es decir, no llegar a alguna parte. Por eso, afirma, la suya es una existencia “laberíntica”. Y así evoluciona. De pronto decide ir a Los Angeles, luego estaría en Berlín (Muro mediante), donde recurriría a Brian Eno para seguir evolucionando; luego Nueva York. Y de ahí, no para más.
Muy agudo —se ve en sus respuestas en entrevistas— revela pocos pero relevantes aspectos de su infancia y origen. Como que su medio hermano (ex piloto de la Fuerza Aérea Británica, diagnosticado posteriormente con esquizofrenia) lo introdujo en la escritura de Jack Kerouac y la música de John Coltrane.
Lo suyo fue la permanente búsqueda de nuevas formas de lenguaje. Y la película va también en ese tono. Morgan se tomó cinco años en hacer este vanguardista docubiopic. Esta película es una experiencia. Y es emocionante.
Moonage Daydream
Dirección y guión: Brett Morgen.
Documental de David Bowie.
EE.UU., 2022.
Duración: 140 min.
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