BCI: “Señales de estabilidad y seguridad jurídica son claves para recuperar la inversión y el crecimiento”
Jaime Troncoso R.
El departamento de Estudios de BCI, que encabeza el economista Sergio Lehmann, sostiene que la economía chilena ya habría corregido en lo grueso los desequilibrios macro incubados en la pandemia. En un informe sobre la economía chilena dice que la inversión volverá a dar cuenta de una contracción, en torno a 1%, entendiendo que los altos costos, tiempos y discrecionalidades asociadas a la tramitación de permisos, no se ha resuelto.
Qué esperar. La corrección de los desequilibrios macroeconómicos incubados en la pandemia ha permitido, a juicio del departamento de Estudios de BCI, a que el Banco Central iniciara en julio pasado un ciclo de recortes de su tasa de política, apuntando a la normalización monetaria.
Sin embargo, sostienen, optó sorpresivamente por reducir el ritmo que había imprimido al comienzo, dando cuenta de una marcada preocupación por el tipo de cambio. En esa misma línea, suspendió su programa de acumulación de reservas, iniciado hace unos meses atrás con el propósito de tener una economía mejor preparada para enfrentar futuros shocks.
Del lado de la actividad, prevé que el PIB de este año anote una caída de 0,3%, para repuntar a 1,7% en 2024, apoyado por exportaciones y consumo, especialmente de durables, que comenzará a mostrar un mejor desempeño frente a las bajas previstas en las tasas de interés.
La inversión, sostienen, volverá a dar cuenta de una contracción, en torno a 1%, entendiendo que los altos costos, tiempos y discrecionalidades asociadas a la tramitación de permisos, no se ha resuelto. Se advierte además que la confianza empresarial se mantiene deprimida, entendiendo que la incertidumbre política y las dificultades para alcanzar acuerdos en el mundo político se sostienen.
Lo que viene. BCI asegura que la economía parece haber esquivado la recesión técnica en 2023 (dos trimestres consecutivos, con variación trimestral negativa). Sin embargo, aún no reconoce “brotes verdes que avizoren un repunte de la demanda interna”.
“Se espera sí que hacia adelante, la velocidad de crecimiento mejore, de la mano dela minería y las bajas previstas en la tasa de política monetaria. La economía ya recobró los equilibrios macroeconómicos que extraviamos en la pandemia”, dice.
Y agrega que la economía habría recuperado las holguras de capacidad, “por lo que estaríamos en condiciones de evolucionar de acuerdo a la tendencia o potencial del PIB, en torno a 2%, de la mano con la normalización monetaria, pero recién mirando hacia la segunda mitad del 2024”.
La inflación ha continuado bajando según lo esperado en los últimos meses, y su trayectoria para el futuro no se ha visto afectada, y “ésta se ubicaría en la meta de 3% anual a comienzo de 2025”. “A pesar de los mayores riesgos ante un tipo de cambio más elevado y un conflicto geopolítico que podría presionar los precios de los commodities, nuestra trayectoria no se ve afectada mayormente. Para este año la inflación terminará sobre un 4% anual, para luego terminar el próximo año levemente sobre un 3% y en 2025 ya mantenerse fluctuando en torno al 3% anual, la meta del Banco Central”, dice.
Factor político. A juicio del departamento de estudios de BCI se mantiene una dinámica en el ámbito político poco favorable que no ayuda a tener una mirada de largo plazo respecto a cómo el país debe avanzar para mejorar la senda de crecimiento potencial hacia adelante.
“Las diferencias fundamentales entre el gobierno y oposición respecto a la forma de avanzar en reformas claves -las reforma tributaria y de pensiones, se encuentran prácticamente paralizadas y no hay consenso respecto a la Ley Corta de Isapres y su impacto sobre el sistema de salud-, así como escándalos de corrupción que han sacudido al Gobierno, y el plebiscito de diciembre de una nueva carta Magna, tienen impacto sobre las confianzas de los actores económicos”, asegura.
Manifiesta que “es necesario que desde la clase política se llegue a un acuerdo transversal respecto a cuál es el país que se quiere construir de cara al futuro, para de esta forma trazar el camino a seguir para alcanzar un mayor desarrollo. Las señales de estabilidad y seguridad jurídica son claves para recuperar la inversión y el crecimiento económico”.
Tasa de política Monetaria. Para diciembre, los analistas de BCI tienen la visión de consenso que se observa en la Encuesta de Expectativas Económicas de noviembre, previendo un ajuste de 75 puntos bases en la última reunión del 19 de diciembre, alcanzando un nivel de 8,25%. “Esta magnitud de recortes se mantendría dentro de la primera parte de 2024, y estimamos que hacia el segundo semestre, la autoridad monetaria podría reducir la magnitud de los recortes, de forma de ir ajustando su convergencia hacia niveles más cercanos a la tasa neutral. Con ello, vemos un nivel de TPM que alcanzaría un 4,75% a fines de 2024, mientras que nuestra estimación de tasa neutral se ubica en torno a 4,5%”, aseguran.
El escenario base de Bci Estudios contempla un tipo de cambio en torno a $ 890 hacia fin de año, incorporando menores presiones desde el escenario externo, pero también reconociendo un diferencial de tasa de interés frente a Estados Unidos que se mantendrá amplio. “Hacia 2024, proyectamos un tipo de cambio que va cediendo gradualmente hacia $ 850 por dólar, en la medida que se descompriman las tasas de interés externas y que disminuyan las presiones sobre la inflación en las principales economías”, asegura.
Materias primas. Las expectativas de BCI para las materias primas apuntan a que estas retrocederán debido a que la demanda global se debilita.
El precio del petróleo ha bajado de los US$ 80 el barril en medio de preocupaciones por la demanda global y oferta abundante. “Las perspectivas de consumo de petróleo de China han ido empeorando, al tiempo que las expectativas manufactureras en los principales bloques económicos apuntan a una contracción de la actividad económica los próximos meses, en un contexto de altas tasas de interés en las economías desarrolladas”, dice y agrega que se prevé que la oferta mundial de petróleo aumentará en 1 millón de barriles por día en 2024.
No obstante, los riesgos asociados a la guerra entre Israel y Hamas, que amenaza los suministros de Medio Oriente, han mantenido una volatilidad en el último mes.
A su juicio, el precio del cobre ha recogido las perspectivas de un crecimiento económico global que comenzaría a ralentizarse durante el 2024. La oferta de cobre también ha aumentado los últimos meses contribuyendo negativamente en su precio. “En esta línea, el mercado mantiene una posición especulativa en contra del precio del cobre. Nuestras proyecciones apuntan a un precio del cobre en US$ 3,6 la libra a fin de año, mientras que para el 2024 proyectamos US$ 3,8 la libra”, sostiene.
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