No hay mejor política social que el crecimiento.
Luego, en lo que se refiere a aquella parte de los ingresos de todos los chilenos que el Estado recauda con fines redistributivos (que, en todo caso, en Chile resulta menos efectiva como política social que el progreso), nunca debe perderse de vista que no cabe sino usar esos recursos en forma eficiente, priorizada y con apego al marco jurídico vigente, teniendo como objetivo el interés general y el bien común.
En estos días, un grupo transversal de economistas se abocó a la tarea de deliberar y proponer sustantivas iniciativas para impulsar el crecimiento, la educación, el desarrollo de capital humano, una política social más efectiva y un mejor Estado, al servicio de las personas, a través de “El Puente: Uniendo visiones para retomar la ruta del crecimiento para Chile”.
La iniciativa, impulsada por Rolf Lüders, es muy valiosa, y solo cabe celebrarla, así como la gran vocación de servicio público y disposición de quienes participaron en generar esta propuesta, que solo agrega valor y pone el dedo en la llaga: en el progreso, materia que penosamente dejó de ser prioritaria para el país, desatendiéndose así la principal herramienta de política social con la que contamos.
El documento evidencia lo inevitable: el estancamiento y el deficiente crecimiento económico chileno en la última década. Es importante ser claros en el punto de partida si se quiere cambiar radicalmente el rumbo, pues solo así podremos orientarnos a resolver los problemas estructurales que aquejan a Chile. Las complacencias respecto de avances marginales no ayudan pues terminan por ocultar la mediocre realidad en la que se encuentran los chilenos.
Solo a partir de un diagnóstico sincero podremos aspirar a que las personas tengan una mejor calidad de vida mediante la multiplicación de sus fuentes de ingresos y del ingreso per cápita, que a este ritmo solo lograríamos duplicar recién en 100 años, conforme da cuenta el documento.
Aun cuando el bajo nivel de crecimiento de los países sea un fenómeno global, en el caso chileno el problema se acentúa más pues, conforme da cuenta el trabajo referido, la proyección de reducción crecimiento para nuestro país es superior al de otras naciones, lo que da luces de los severos problemas internos que debemos resolver.
La productividad total de factores y su dinamismo juegan, en el caso chileno, un rol clave, y aparece como una de las variables que potenciaron los países que, alcanzando cierto nivel de desarrollo, lograron saltar hacia un estadio de crecimiento superior o al menos sostenido. Otro tanto ocurre con las tasas de inversión y con la tarea de abocarse a que el empleo formal crezca.
Y para ello se ofrece un camino que comienza por reducir la tasa de impuesto de primera categoría. Hoy la competencia entre países por atraer proyectos de inversión es intensa y Chile no es competitivo tributariamente no solo porque tiene una tasa de impuesto corporativo promedio más alta que la OCDE, sino porque, además, los constantes y profundos cambios a la legislación tributaria chilena no ofrecen certeza a las inversiones de largo plazo.
Una menor tasa contribuye, además, y como bien señala la publicación, a aumentar el ahorro de las empresas, tan necesario para continuar generando inversión adicional que permite modernizar a nuestras industrias y ofrecer más y mejores oportunidades a sus colaboradores. Por cierto, el informe añade medidas de compensación (en aras de la responsabilidad fiscal), pero se trata de iniciativas pensadas de manera inteligente para no alterar el objetivo final, que es retomar la senda del progreso.
El documento también explora propuestas para potenciar la inversión pública y el ahorro privado, instrumentos que resultan especialmente valiosos considerando que el mayor ahorro es otra de las variables potenciadas por las naciones que se mantuvieron en ese estadio superior de crecimiento o dieron un salto aún más grande.
Tras años en que primó un discurso donde el decrecimiento era el invitado estrella, volver a poner el crecimiento en el centro de la discusión pública y mantenerlo es un imperativo moral, así como desterrar la monserga de que el progreso es para unos pocos, como insisten aquellos que vienen con aquello de que la economía es una torta de tamaño fijo.
Más crecimiento allega, además, más recursos al Fisco, los que pueden ser destinados a la política social. De ahí la importancia de dar buen uso a los recursos de todos los chilenos y que se rinda cuenta de aquello a la ciudadanía.
Por estos días, autoridades que están haciendo su trabajo, se abocan intensamente a la tarea de fiscalizar y monitorear el destino de estos recursos, develando, lamentablemente, una serie de eventuales irregularidades en varios niveles de gobierno.
Penosamente, lo que va saliendo a flote es que mientras los tributos subían y subían, de la mano de un relato de mayor justicia social al que todos se plegaron, y haciendo más exigente y engorroso el cumplimiento tributario, solo bajaban y se aflojaban los estándares y controles respecto del correcto destino de lo recaudado por el aparato público.
El Estado crecía y crecía, mientras la economía y los controles decrecían y se debilitaban. Un mal cocktail que terminó siendo inmanejable, y con una parte no despreciable de los recursos de todos los chilenos, redistribuida, pero no a los más vulnerables, sino a los amigos, cercanos y parientes de autoridades, que vieron crecer su patrimonio sin poseer experiencia alguna en las tareas para los cuales se les transferían cuantiosos dineros y con el privilegio de no competir por ellos con otros interesados.
Por ello modernizar el Estado, hacerlo eficiente y de un tamaño susceptible de ser controlado eficazmente, es una prioridad, tal y como evidencia también la publicación El Puente, de manera muy oportuna.
Ante la disyuntiva de decrecimiento y despilfarro versus progreso y uso eficiente y priorizado de los recursos públicos, sujeto a controles ¡No hay donde perderse!
Ver esta publicación en Instagram
Las elecciones presidenciales de este año serán las primeras con voto obligatorio, incorporando unos 5 millones de nuevos electores, que no obedecen a referentes ideológicos. A eso se suma una fuerte diferencia en el contexto social. En 2021 predominaban las demandas de igualdad y redistribución; hoy son la seguridad y crecimiento económico. ¿Cómo eso podría […]
Con Trump en el poder, conviene desde ya identificar los focos de mayor sensibilidad: comercio exterior, tipo de cambio, seguridad global, energía, política fiscal y tensiones geopolíticas. No se trata de reaccionar a cada titular, sino de construir escenarios, monitorear variables clave y evaluar, con anticipación, posibles coberturas o estrategias de reposicionamiento.
La hipotética continuidad de la actual coalición de gobierno solo agravaría los problemas nacionales. Más allá de los cambios de ropaje y las escenificaciones de campaña, proponer que Jara suceda a Boric equivale a creer que, dado que la medicina que se le dio al enfermo no dio buenos resultados, hay que aumentar la dosis. […]
Suponer que el electorado de Kast, Matthei y Kaiser -cuyas intenciones de voto agregadas y llevadas a una base de votos válidos se alinean de manera nítida con el 60% de desaprobadores del Presidente Boric- constituye un cuerpo ideológico monolítico, articulado en torno al ideario de lo que se ha llamado “ultraderecha”, es no solo […]
Combatir de modo eficaz el crimen organizado requiere de la colaboración activa de todos los poderes del Estado, así como políticas de mediano y largo plazo que superen los ciclos electorales y tengan un apoyo transversal y que no tenga la calculadora electoral de este año en la mano. También de un Estado eficaz e […]