Es enorme la felicidad de descubrir una nueva voz, libre, dulce, con sentido del humor y sentido de lo trascendente. Es el caso de Ali Smith, nacida en Escocia de madre irlandesa y padre inglés, autora de una tetralogía que comienza deliciosamente (la palabra se queda corta) con OTOÑO y del cual INVIERNO ya está por llegar traducida.
- “Era el peor de los tiempos, era el peor de los tiempos. Otra vez. Es lo que tienen las cosas. Se descomponen, siempre lo han hecho y siempre lo harán, Forma parte de su naturaleza”.
- La relación entre la joven Elisabeth y el muy mayor Daniel Glück (sí, como la poeta premio Nobel) atraviesa la novela, esa estación triste y melancólica donde Elisabeth vive una suerte de iniciación espiritual e intelectual, la que otorga la agonía y el otoño.
- “¿Qué prefieres? Le había dicho Daniel una vez. ¿Le cuento la prosaica verdad? (…) La mentira, dijo Elisabeth. Pero piensa qué ocurriría en tal caso, dijo Daniel. Sería genial, dijo Elisabeth. Sería realmente divertido”.
- La historia privada de Daniel se va entretejiendo con la de Elisabeth cruzando realidad y fabulación, con una prosa notable, jugada, que construye ese momento de la vida, el otoño de Daniel, la energía de Elisabeth.
- “Anoche no pude dormir. Vaya por Dios, dijo su madre. Bueno, pues esta noche dormirás bien (…) No he podido dormir porque me he dado cuenta de que no puedo recordar absolutamente nada de la cara de mi padre. Pues es una suerte, dijo su madre desde detrás del periódico”.
- Melancolía dulce, ironía y sentido del humor son las fuerzas de la escritura de Ali Smith, cuya calidad y transparencia hacen que concluir OTOÑO solo sea un empujón para conseguir INVIERNO (que ya encargué) y esperar ansioso PRIMAVERA y por supuesto VERANO hasta completar la tetralogía, una de las obras más interesantes de la literatura inglesa contemporánea. Una belleza.
- De la colombiana Pilar Quintana habíamos comentado en esas páginas LA PERRA, una ruda novela de intensidad inusual, parte del batallón de autoras del boom literario femenino iberoamericano. Con LOS ABISMOS obtiene el disputado y muy bien dotado Premio Alfaguara de Novela 2021.
- “En el apartamento había tantas plantas que le decíamos la selva” abre la niña que conduce la historia, su historia, la de sus padres, la de Colombia, de Cali con más precisión, donde, entre la infancia y las revistas HOLA, VANIDADES y COSMOPOLITAN y las noticias de la prensa del corazón, se urde la trama dolorosa que destapa las brechas de una familia y una clase media que vivirá tragedias mezcladas con sonrisas.
- “Le contaba a mi papá las cosas que me pasaban en el colegio. El escuchaba y se reía cuando había que hacerlo (…) Los muertos de mi papá, empecé a pensar, vivían en sus silencios, como ahogados en un mar de calma”.
- Con un estilo impecable, una prosa espléndida, un relato que captura y conmueve y sacude y estremece y hace reír a ratos y aprieta el corazón en otros, Pilar Quintana, una de las autoras más importantes del momento, nos hace entrar en esa infancia que es testigo del mundo adulto con todo lo que significaron esos momentos históricos.
- Verá a su padre y a su madre trastabillar, equivocarse, perderse.
- “La voz le salía torcida, de borracha. Tenía un vaso en la mano. Se tambaleó . Adelanté un paso y la cogí por el antebrazo, tan flaco que casi lo rodeé: Karen Carpenter”.
- Las citas del mundo pop, la muerte de las estrellas de las revistas, van sirviendo de telón de fondo y cortinaje para abrir y cerrar el dolor de una infancia tejida entre abismos y precipicios, en que la voz de Claudia, impecablemente diseñada en su tono por Pilar Quintana, relatará el quiebre de una familia.
- En poco más de 200 páginas, la autora despliega todos sus recursos estilísticos, diáfanos, limpios, para saber ser dulce e implacable.
- La velocidad con que se lee es engañosa. Como Ali Smith, el trote dulce de Pilar Quintana oculta su ferocidad. En este caso no tan rabiosa como LA PERRA pero igualmente eficaz.
- Uno quisiera aquí también una tetralogía y correr a buscar el segundo tomo. Una bella novela, LOS ABISMOS.