Rechazo de la plurinacionalidad. Por Sergio Muñoz Riveros

Ex-Ante
Crédito: Agencia Uno.

Son muchos los motivos de desazón frente al proyecto de la Convención, pero el más inquietante es la plurinacionalidad, pues constituye el germen de la división de Chile. Es, además, un injerto tomado de la Constitución boliviana. Cómo las cosas no pasan casualmente, ahora se entiende el papel de Elisa Loncón, que anunció la refundación de Chile hace un año: uno de sus asesores fue Rudy Alí López González, cientista político venezolano, hijo de una exembajadora chavista en Bolivia. Y muy cercano a Álvaro García Linera, el ideólogo de la plurinacionalidad, y a Evo Morales.


El proyecto de la Convención parte así: “Nosotras y nosotros, el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones…etc.”. Bastaría con ese enunciado para que cualquier ciudadano atento encendiera las alarmas, pero ello no inquietó a la asociación de colectivos que funcionó como aplanadora en la Convención, que lo aprobó sin arrugarse. Tampoco le preocupó lo establecido en el artículo 4: “Chile es un Estado Plurinacional e Intercultural que reconoce la coexistencia de diversas naciones en el marco de la unidad del Estado”. Y sucede que allí está configurada la más grave amenaza a la integridad de la única nación que existe, y a la continuidad de su expresión política, que es el Estado unitario.

Si la plurinacionalidad llegara a materializarse, junto a la pluriterritorialidad, el país se asomaría a un conflicto de una envergadura que no alcanzamos a visualizar. El establecimiento de enclaves territoriales que tendrían autonomía política, administrativa y financiera, construidos a partir de la homogeneidad racial, con su propio sistema de justicia y apoyados en “la restitución” de tierras en las que hoy viven miles de personas y en las que funcionan escuelas, empresas, múltiples actividades, provocaría dolorosas pugnas y laceraciones. ¡Cuánto delirio y cuánta desaprensión por la suerte del país se concentraron en la malhadada Convención!

¿Cómo se llegó a esto? El punto de partida fue el acuerdo del Congreso anterior que, luego de regalar su potestad constituyente, estableció escaños de raza en la Convención con el propósito de armar una correlación de fuerzas con ventajas para la izquierda. Hasta la elección de convencionales, en mayo de 2021, existía un registro electoral único, construido sobre el principio de ciudadanía. Nadie había propuesto hasta entonces separar en una categoría distinta a quienes tuvieran ascendencia indígena. Pues bien, el Congreso lo hizo, y estableció un registro electoral étnico. Era, en los hechos, un sistema que buscaba… ¡que los indígenas no se mezclaran con el resto de la población! Fue la consagración de un apartheid falsamente progresista, en realidad tan reaccionario como cualquier otro diseño racista. No sabemos si los senadores que inventaron esto con la calculadora en la mano duermen tranquilos a la vista del resultado. Creyeron ser astutos, y el proyecto incluye la eliminación del Senado.

La definición del “Estado plurinacional” fue el resultado de los negocios políticos cruzados entre el indigenismo, el octubrismo, el PC (cuya verdadera ideología es el pragmatismo) y ese bloque con ínfulas, pero inmaduro, que es el Frente Amplio, en el que domina el feminismo de trinchera. Para esta última tendencia, lo verdaderamente importante era conseguir la paridad en todos los órganos de poder, incluidas la dirección de las empresas del Estado. Y para imponerlo, ese feminismo estrecho de miras aceptó la plurinacionalidad sin vacilar. Lo único que le importó fue la exaltación del género, conseguir la mitad de todo, aunque ello no correspondiera a la realidad, u obligara, como en la elección de convencionales, a “corregir” la votación de los ciudadanos.

Otros refundadores, con el fin de conseguir votos para eliminar el Senado y concentrar los poderes en la Cámara de Diputados (paritaria y con escaños de raza, por supuesto), aceptaron el diseño plurinacional y, por lo tanto, la balcanización del territorio nacional. Otros, para sumar votos contra el Poder Judicial, apoyaron la existencia de “diversas naciones”. Y así, cada colectivo actuó preocupado de su propio ombligo, de sus consignas identitarias, sin asomo de inquietud por las consecuencias para el país, el mismo país, hay que decirlo, que financió abundantemente la fiesta constituyente.

Son muchos los motivos de desazón frente al proyecto de la Convención, pero el más inquietante es la plurinacionalidad, pues constituye el germen de la división de Chile. Es, además, un injerto tomado de la Constitución boliviana. Cómo las cosas no pasan casualmente, ahora se entiende el papel de Elisa Loncón, que anunció la refundación de Chile hace un año: uno de sus asesores fue Rudy Alí López González, cientista político venezolano, hijo de una exembajadora chavista en Bolivia. Y muy cercano a Álvaro García Linera, el ideólogo de la plurinacionalidad, y a Evo Morales. Nada, pues, ha sido accidental, salvo la ingenuidad de quienes celebraron a Loncón como adalid de una nueva era.

En este período de turbulencias demagógicas, corresponde reconocer la lucidez y el coraje de quienes han alzado la voz para alertar sobre la amenaza plurinacional, en primer lugar, el abogado y periodista José Rodríguez Elizondo, premio nacional de humanidades 2021, profesor de la Facultad de Derecho de la U. de Chile, quien ha sido un ejemplo de responsabilidad cívica al advertir sobre los riesgos planteados incluso para la seguridad nacional. La historiadora Sofía Correa Sutil, académica también de la Facultad de Derecho de la U. de Chile, ha descrito crudamente lo que significa la plurinacionalidad: “el fin de la nación”. El profesor Lautaro Ríos, profesor emérito de la Universidad de Valparaíso, denunció con todas sus letras que el proyecto de la Convención es, en este punto, una copia servil de la Constitución boliviana.

Hace apenas un año, no imaginábamos que el proceso constituyente iba a poner en riesgo la unidad de la nación y los fundamentos de la República que nos legaron los fundadores, pero así ha sido. Llegó el momento de rechazar resueltamente el desquiciado proyecto que podría llevar a Chile a una crisis catastrófica. Es hora de reaccionar.

Publicaciones relacionadas

Profesor Adjunto, Columbia University Law School

Noviembre 29, 2023

Nueva Constitución y política exterior. Por Benjamín Salas

Benjamín Salas, uno de los asesores más influyentes en el plano internacional del segundo gobierno de Piñera, aborda el capítulo de política exterior del texto constitucional que se plebiscitará el 17 de diciembre. “Con sus luces, sombras y vacíos que se perpetúan, la propuesta de Nueva Constitución nos deja con una sensación amarga pero cuyas […]

Directora Ejecutiva de Chile Transparente y presidenta de la Comisión de Probidad

Noviembre 28, 2023

Algo-rrobo. Por María Jaraquemada

El alcalde de Algarrobo, José Luis Yáñez (UDI), durante la audiencia en que el juez determinó prisión preventiva. Crédito: Agencia Uno.

Se ha dicho hasta el cansancio que alcaldes y alcaldesas tienen, en ocasiones, mucho poder para tomar ciertas decisiones con poco contrapeso interno y externo, así como déficit de transparencia. Intentando mirar el vaso medio lleno, la Cámara de Diputadas y Diputados está pronta a votar en sala un proyecto de ley de integridad municipal […]

Profesor MBA para la Industria Minera. Ingeniería Industrial, Universidad de Chile

Noviembre 27, 2023

“Es la política, estúpido”. Por Marcos Lima

Crédito: Senado

Es cierto, hemos perdido el rumbo, pero si en los años 90 los políticos con su actitud colaborativa levantaron el país, hoy -cuando las confianzas entre ellos no existen, el espíritu de revancha se enseñorea y quién tiene el poder trata de aplastar al adversario- son las empresas y los empresarios los que deben abordar […]

Cientista Político. Libertad y Desarrollo.

Noviembre 26, 2023

Tohá y la temporada de secuestros. Por Jorge Ramírez

La ministra del Interior, Carolina Tohá. (Agencia Uno).

En 1968 el posterior Premio Nobel de Economía, Gary Becker, demostró en un brillante paper titulado Crime and Punishment: An Economic Approach (Crimen y Castigo: una aproximación económica) que la actividad criminal opera con sujetos racionales que evalúan costos y beneficios potenciales, maximizando su utilidad. Si el beneficio supera el costo, se da rienda suelta […]

Director de Criteria

Noviembre 26, 2023

¿Un estallido social en las urnas? Por Cristián Valdivieso

Ejemplar de la nueva propuesta constitucional a la venta en Santiago. Imagen: Agencia UNO.

Un nuevo fracaso no será la derrota solo de la derecha republicana, será de todos los que, negándose a acordar, a buscar el encuentro de largo plazo antes que el triunfo pequeño del cortoplacismo, optaron por polarizar. En mayor o menor medida, serán cómplices de los Frankesteins de la seguridad en versión Bukele, o de […]