Matías Asún, director de Greenpeace Chile desde 2012, se ha convertido en una de las figuras más influyentes del ecologismo en el país. Desde su llegada a la organización, ha liderado campañas contra proyectos multimillonarios como la expansión de Los Bronces y la salmonicultura en el sur del país. Su declaración en el Congreso, donde aseguró poder extender cualquier evaluación ambiental por 2.000 días gracias al respaldo de sus 56 mil socios donantes, genera tensiones con el sector privado y parlamentarios.
Qué observar. En el último tiempo se ha visto cómo diversas ONGs en Chile han intensificado su oposición a proyectos de inversión en sectores clave como la minería, la salmonicultura y la energía. Argumentan que estas iniciativas generan un impacto negativo en los ecosistemas y comunidades locales.
- A través de demandas legales, recursos de protección y campañas públicas, los grupos ambientalistas han logrado detener, retrasar o judicializar importantes proyectos, lo que ha generado tensiones con el sector privado y el gobierno, que buscan equilibrar el desarrollo económico con la protección ambiental.
- Una de las voces más influyentes en el mundo de estas organizaciones es Matías Asún, director de Greenpeace Chile desde 2012.
- Este año, en una sesión de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara dijo que “yo al menos tengo 56 mil socios donantes, lo que me garantiza judicializar cualquier cosa que me parezca que destruya el Medio Ambiente”.
- “Garantizo que puedo agregar unos 2 mil días a cualquier proceso de evaluación ambiental que no cumpla con requerimientos de contaminación”, agregó en el Congreso hace unos meses.
- Otro de los puntos que preocupa entre parlamentarios y sectores productivos tiene que ver con el financiamiento de estas organizaciones, el que en algunos casos llega a varios millones de dólares.
- Actualmente no hay ley que obligue a las ONGs a transparentar el financiamiento que tienen. Aunque hay un proyecto que se encuentra estancado en el Senado que busca cambiar esa realidad.
Quién es. Matías Asún (45) es psicólogo de la Universidad Diego Portales (UDP) y ha dedicado gran parte de su carrera al activismo ambiental y social. Durante sus años universitarios, participó en voluntariados enfocados en comunidades vulnerables.
- Fue director social de la Fundación Trabajo en la Calle y asesor en el Ministerio de Vivienda, donde lideró estudios habitacionales y urbanos. En esta etapa, destacó por su capacidad de articular proyectos de ayuda, como la iniciativa “Chileayuda.cl” tras el terremoto de 2010.
- También fue fundador del Observatorio en Vivienda y Ciudad, coordinador de la Red Nacional de Investigación en Vivienda, Barrio y Ciudad, y miembro de la directiva de la Corporación para la educación y el desarrollo El Canelo de Nos.
- También fue académico en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.
Su llegada a Greenpeace. En mayo de 2012, Asún arribó a Greenpeace para asumir como su director en Chile. En ese momento, el psicólogo se definió como “desarrollista”; es decir, no era un animalista ni un radical verde, según publicó la “Red de líderes jóvenes”. Lo que a él le interesaba -decía- era combatir la desigualdad a través del medio ambiente.
- Uno de sus primeros logros fue ese mismo año, cuando Greenpeace pudo reunir cerca de 115 mil firmas para la campaña “Salvemos el Ártico”. Esa sería una de las cifras más altas que se han conseguido en estas iniciativas.
- En ese momento, consideraba que la justicia ambiental era una herramienta clave para desafiar los modelos de desarrollo que perpetúan la inequidad. Enfatizó que, en América Latina, la cuestión ambiental es una plataforma efectiva para generar cambios sociales profundos.
- Desde marzo de 2021, es además director de campañas para Chile, Argentina y Colombia de Greenpeace.
“La globalización como la conocemos es nefasta”. En 2016, escribió un manifiesto en La Tercera donde reconoció: “Somos hippies. Ahí está la gracia. Soy bastante hippie e intento serlo lo más posible. No en términos estéticos, pero sí en términos de convicción”.
- Acotó que “medir el grado de enganche de un movimiento social en relación al tamaño de una marcha es un sinsentido. El tamaño de las marchas a veces correlaciona mejor con lo divertida que es, con la temperatura del día, el horario y día en que se hace y quién toca al final de la marcha. Después del tema educacional, los temas medioambientales son los que más atención generan”.
- Señaló también que hay una minoría muy desinformada que cree que los ecologistas son personas que se oponen al avance de la industria.
- “Ser no supone decir que el capitalismo es malo, aunque sin lugar a dudas la globalización como la conocemos es nefasta. La gente que se opone al ecologismo son personas que durante toda su vida le han tenido miedo al cambio. Los señores gerentes que dicen que nosotros nos oponemos a que haya más electricidad, finalmente yo creo que ni ellos se creen lo que dicen”, dijo.
- Contó que desde niño fue activista, que todo lo que implicara desigualdad era tema en su familia. “La pobreza, la desigualdad y lo que hoy se llama vulnerabilidad eran temáticas habituales de mis padres”.
- “Antes, con los grupos de amigos hacíamos celebraciones con asados normales, pero hoy estamos dedicados a calentar pescadito. También a comer hamburguesas de soya, longanizas de hierba, ese tipo de cosas. Efectivamente, se puede reducir la huella de carbón, el impacto que uno tiene. Lo mejor es que la sensación posterior a eso no es ni de culpa ni de malestar estomacal”, cerró aquel manifiesto.
Algunas de sus protestas. Hoy Asún lidera distintas campañas en contra de proyectos de inversión. Por ejemplo, es conocida su oposición a la expansión del proyecto minero de Los Bronces de Anglo American. En la web de la organización, figura en la portada un titular que llama a firmar para oponerse a la iniciativa cuprífera.
- “Dile NO a la expansión del proyecto minero Los Bronces Integrado! Tu ayuda es fundamental para detener su avance y proteger el agua y el aire de toda la ciudad de Santiago”, sentencian.
- En agosto, los activistas de la organización se colgaron sobre el puente Nueva Tobalaba y desplegaron un cartel de 25 metros sobre el río Mapocho con el mensaje: “Más minería en glaciares, menos agua para Santiago”, con el objetivo de alertar sobre el potencial impacto los glaciares de los Andes Centrales en el marco de la expansión de la mina.
- En la portada de su web también figura el titular: “Freno a la expansión Salmonera”.
- “Ya hay más de 1.300 proyectos salmoneros aprobados entre las regiones de Los Lagos y Magallanes ¡y van por más! No podemos permitirlo. El avance de la industria salmonera hacia el extremo sur de Chile ha significado el daño de valiosos ecosistemas de fiordos y canales que han sido sustento de comunidades costeras desde hace siglos”, detallan.