Pedro Cateriano, amigo y autor de libro sobre el Nobel: “Vargas Llosa hubiera hecho lo que hace Milei ahora en Argentina”

Gran amigo de Mario Vargas Llosa, expresidente del Consejo de Ministros de Perú en dos mandatos y exdiputado del Movimiento Libertad —agrupación con la que el escritor compitió sin suerte por la presidencia del Perú en 1990-, Pedro Cateriano ha escrito Vargas Llosa, su otra gran pasión (Planeta), un valioso volumen sobre la trayectoria política del Nobel peruano. Lo lanza en Chile el 5 de junio.

-¿Cómo conoció a Mario Vargas Llosa y qué impresión le dio? 

-Yo creo que estaba en quinto. Y mi padre me dice “acompáñame para que conozcas al escritor, que va a ser el más importante del Perú y va ser Premio Nobel”. Le acertó completamente. Pero en realidad la vinculación con él la tengo después de que él lideró el meeting en la Plaza San Martín en agosto de 1987, oponiéndose a la ley autoritaria de Alan García que pretendía confiscar la banca. Me pareció una persona de gran valentía.

-Es muy interesante la evolución que tuvo Mario Vargas Llosa: cuando era joven era marxista, y después se acercó al liberalismo, lo cual le generó mucha crítica de los intelectuales de izquierda. ¿Cómo vivió ese proceso?

-Bueno, en realidad su pensamiento guía era Jean Paul Sartre. Mario creía en el socialismo en libertad. Cuando entra a la universidad trabaja para una célula clandestina, el grupo Cahuide, en la Universidad de San Marcos, en plena dictadura del general Odría. Y es precisamente su participación política en esa célula donde él experimenta el totalitarismo del marxismo-leninismo. Por eso abandona la célula comunista.

-¿Tuvo un paso por la democracia cristiana?

-Él se inscribe en la democracia cristiana en el Perú porque él quería que el candidato a la presidencia sea precisamente José Luis Bustamante y Rivero. A propósito, parte de su familia vive en Chile. Él fue depuesto, lo sacó por un golpe de Estado, Manuel Odría. Vargas Llosa renunció a la democracia cristiana.

-¿Cómo lo impactó Fidel Castro?

-La Revolución Cubana fue el fenómeno político ideológico de mayor influencia en ese momento en América Latina. Y que lo cautiva a él, como a muchos de los intelectuales latinoamericanos que más adelante formaron lo que se llamó el boom latinoamericano.

-¿Cómo compara en términos éticos-políticos a Vargas Llosa y Neruda?

-Vargas Llosa tenía una capacidad para observar los hechos políticos y sociales. Él, por ejemplo, observa cómo Fidel Castro ordenó las detenciones de los homosexuales en campos de concentración. Publica un famoso artículo, El Socialismo y los Tanques, y se atreve a discrepar públicamente con Fidel Castro. Luego vienen una serie de hechos que también lo van a seguir impactando.

-¿Viaja a la URSS?

-Claro. Y allí aprecia lo que era la censura y la persecución a los disidentes. Y precisamente se sorprende que los soviéticos al único que le pagaban sus regalías y podía gastarlas en el extranjero era Pablo Neruda. Ahí le dijeron: “Mario, te pagamos, pero gastas el dinero en la URSS”. Cuando gana el premio Rómulo Gallego, le dicen: “declara que vas a donar el dinero a la revolución, pero te lo vamos a devolver por lo bajo”.

Yo me pregunto: ¿Por qué dos genios como Octavio Paz y Mario Vargas Llosa vieron estas violaciones a los derechos humanos? ¿Y por qué otros dos genios literarios como Pablo Neruda y García Márquez no las observaron? Por honestidad intelectual, en un caso o por falta de ella, en el otro.

-¿Qué rol jugó en esta conversión su amigo chileno Jorge Edwards? 

-Cuando Jorge publica su famoso libro Persona Non Grata, sobre el caso de Heberto Padilla, degradado por el régimen, la amistad entre ambos se estrecha. Antes, Edwards había sido la vía también para conocer a Pablo Neruda que Vargas Llosa admiraba como poeta. El gran afecto entre Edwards y Vargas Llosa fue mutuo.

-Un hito en la historia política de Vargas Llosa es su candidatura a la presidencia que dio origen al magnífico libro El Pez en el Agua. ¿Fue una derrota dura para él?

-Fue un gesto de gallardía impresionante. El país estaba amenazado por el terrorismo de Sendero Luminoso y MRTA, había zonas liberadas, controladas por el terrorismo; la hiperinflación que significó la destrucción de la economía de Perú durante el primer calamitoso gobierno de Alan García, llegó a más de un millón doscientos por ciento. Un país con desprestigio internacional.

Alan García había dejado de pagar la deuda externa Todas las empresas públicas que crearon los militares durante la dictadura de Velasco quebradas. Es decir, un Estado fallido. Y en ese contexto, Vargas Llosa se atreve a hablarle con la verdad al pueblo.

-De llegar al poder, ¿hubiera implementado un shock?

-La única manera de detener la hiperinflación era a través del ajuste o shock. Hubiera hecho lo que hace Milei ahora en Argentina. La diferencia es que Milei ganó diciéndoles la verdad a los argentinos y Vargas Llosa perdió diciéndoles la verdad. Pero lo que yo sostengo es que perdió electoralmente, pero al final se impusieron las ideas de Vargas Llosa.

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