La sensación que queda al leer el IPoM de septiembre es que vivimos en una economía mediocre y sin expectativas de mejora. Una inercia que ni siquiera alcanza para un desempeño regular, porque nuestra realidad está –incluso – por debajo de esa calificación. Aun cuando el Banco Central se esforzó en decir lo anterior de la forma más elegante que pudo. A saber:
Por lo anterior, cuando mencionan que la inflación tendrá un descenso más rápido que lo previsto en junio producto de la demanda interna. Nos está diciendo que, en vista que la economía continuará muy fría y sin indicios de mejoras en el empleo, no existirá consumo ni inversión que presionen los precios al alza. Porque los hogares no tienen dinero para salir a comprar y las empresas para invertir.
Y si bien al finalizar la lectura del reporte, usted quedará convencido que a nuestra economía le falta mucha energía y en su futuro sólo existe desesperanza, recuerde que gran parte de las variables antes descritas son absolutamente controlables. Y es que se trata de factores plenamente gestionables por el Estado, quien cuenta con el poder y los instrumentos para cambiarlos. Es cosa de decisión, mucho coraje y colaboración del sector privado.
Lo que revela el IPoM de septiembre: Una economía enfriándose con alza en la inflación.https://t.co/XQxIofJcl8
— Ex-Ante (@exantecl) September 4, 2024
Mirando el mediano plazo, la permanencia en Chile Vamos inexorablemente lleva a la UDI a una mímesis con sus aliados centro-liberales, cuestión similar a la que le ocurrió al Socialismo Democrático con el Frente Amplio y el Partido Comunista. Si la UDI quiere seguir siendo un proyecto parecido al que ideó Jaime Guzmán, parece más […]
El Socialismo Democrático ha pagado el costo completo de un gobierno que no lidera, y no ha recibido algún beneficio institucional o político real. Solo ha logrado mimetizarse hasta perder su relevancia, dentro de la coalición política más inoperante, desordenada, incapaz y corrupta que la izquierda ha visto en cinco décadas.
Estar incómodos, implica reconocer que, aunque hemos avanzado, aún queda mucho por hacer. Es sacarnos la venda de los ojos y entender que el “verdadero progreso” no se mide solo en cifras, sino en la capacidad de construir una sociedad más justa, donde todos tengan la posibilidad de vivir con dignidad.
“Democracia Siempre” podría haber sido un acto valiente, un punto de inflexión en la defensa de valores universales. Pero, al menos por ahora, parece un ejercicio de marketing político, que predica más de lo que practica. No hay que pecar de ingenuos: esta cumbre también tiene una dimensión estratégica orientada a robustecer las credenciales democráticas […]
El futuro de Chile para los próximos 20 años depende en gran medida si la oferta electoral que tendremos a nuestra disposición será capaz de resolver -y financiar- estos desafíos estructurales que tienen a nuestro potencial de desarrollo cada vez más disminuido.