Francisca Jünemann, presidenta de ChileMujeres: “Debemos devolverles a las mujeres la libertad de ser madres y tener a la vez un trabajo con ingresos propios”

De acuerdo con la abogada y Magíster en Derecho de Familia, “menos mujeres pueden llegar a altos cargos, porque son mucho menos las mujeres que pueden tener un desarrollo laboral continuo que las califique de igual manera, por la deserción y las lagunas de los deberes de cuidado que deben asumir en gran medida solas”.

-Usted planteó esta semana en una columna que la caída de la natalidad en Chile (2023 tuvo el registro más bajo en una década) se puede explicar como un dilema entre la maternidad y la libertad. ¿Puede desarrollarlo?

-Las mujeres no vamos a renunciar a tener un trabajo fuera de nuestras casas además de dentro de ellas, que nos permita desarrollar todas nuestras capacidades y talentos y tener autonomía económica, porque el pleno potencial se desarrolla en las familias, en el trabajo y en la sociedad, no sólo en un espacio, sino en todos, y sin autonomía económica no hay plena libertad en las decisiones.

Y ante esta dicotomía, lo que estamos viendo es una dolorosa renuncia a la maternidad. Debemos devolverles a las mujeres la libertad de ser madres y tener a la vez un trabajo con ingresos propios.

-En este escenario, ¿cuál es el rol que debiera tener el Estado y cuál los privados en este tema?

-Antes que nada el Estado, por el poder Ejecutivo y Legislativo, debe aprobar con urgencia una ley de sala cuna para madres y padres trabajadores reformando el artículo 203 del Código del Trabajo, que entregue el derecho a madres y padres dependientes, independientes y trabajadores de casa particular. Llevamos en Chile 27 años de discusión de 26 proyectos de ley de sala cuna…desde el año 1997 durante el Gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Nuestro sistema político no puede seguir fallándoles así a las mujeres.

También llenar de contenido sustancial al Sistema Nacional de Cuidado, porque no lo tiene. En el sector privado, valorando la maternidad, no castigándola con menos salarios y con sesgos de contratación y ascenso.

Esto necesita una verdadera cultura de adaptabilidad laboral y corresponsabilidad parental. Las primeras responsables de la corresponsabilidad son las empresas, porque ella necesita tiempo y flexibilidad.

-¿Qué opinión tiene del proyecto que se debate en el Senado?

-No hay ley más importante, pero el proyecto que está en el Senado necesita reformas sustanciales mediante una indicación del Gobierno,  porque continúa vinculando el costo de sala cuna a la contratación de mujeres en mayor o menor medida según el tamaño de empresa y excluye la corresponsabilidad parental al no considerar al padre.

-¿Es partidaria o no de la discriminación positiva para enfrentar este tema?

-Los cambios no se producen sin acciones dirigidas, los espacios no se han abierto solos porque las estructuras laborales, económicas, educacionales y políticas tienen en su origen una fisonomía masculina.

Pero lo que se debe hacer o no depende mucho de la materia. Por ejemplo, en derechos maternales y paternales, lo que se necesita son acciones afirmativas, pero para los hombres padres, para equilibrar los derechos y los deberes.

Las acciones afirmativas se deben dejar de ver como una solución sólo para las mujeres, porque los hombres son discriminados en sus  derechos paternales naturales y familiares, lo que los afecta a ellos, a las mujeres, a los niños y a la sociedad.

-¿Qué opina específicamente de aplicar cuotas de género en directorios, gerencias y plantas estatales y privadas? ¿Por qué?

-Siendo específica en lo que está en debate que es el Proyecto de Ley Más Mujeres en Directorios del Gobierno, nos gusta la idea del Ejecutivo de presentar una indicación -que debería ser este mes de marzo- para que el modelo de diversidad sea el de cuota recomendada con información pública, conocido como Comply or Explain, con una evaluación por parte de la CMF del comportamiento de las empresas después de seis años.

Esta evaluación sería mediante un indicador compuesto por la cantidad de mujeres en directorios y por la cantidad de empresas cero, es decir, aquellas que no tienen una mujer en el principal órgano del gobierno corporativo.

Esta fórmula debiese ser bien recibida por el sector empresarial, lo que es muy importante para que no se afecte la validación de las capacidades y competencias de las mujeres que sean nombradas directoras. También, porque se adapta mejor a nuestra realidad laboral.

-¿En empresas de qué tamaño podría aplicarse? ¿En qué sectores?

-El Proyecto de Ley Más Mujeres en Directorios afecta a las sociedades anónimas abiertas y a las anónimas especiales de todos los sectores.

-¿Y el proyecto de ley de teletrabajo? ¿Cuál es su posición sobre la iniciativa que, según plantea el ejecutivo, busca mejorar la compatibilización del tiempo de los padres?

-Lo que nos preocupa es que el teletrabajo se limite en la práctica al grupo regulado por la que es conocida como ley de conciliación, que son madres y padres de niños menores de 14 años o con el cuidado de personas con discapacidad o dependencia porque, por ejemplo, se puede tener una hija de 13 años y mucho apoyo y facilidades o bien un hijo de 15, pero largos trayectos al trabajo y una vida en barrios poco seguros. Entonces, lo que queremos, es que se continúe usando la también vigente ley de teletrabajo del año 2020, por la cual trabajamos mucho, para que se acojan todas las necesidades y realidades de manera inclusiva y no excluyente.

Esperamos también que la aplicación de esta nueva ley que vuelve a regular el teletrabajo, no desincentive la contratación si se tiene hijos de determinadas edades. Importante es entonces que las empresas la apliquen con el mejor de los espíritus.

-El Presidente Boric asumió definiendo su administración como el primer gobierno feminista de la historia. ¿Lo comparte? ¿Por qué?

-Yo creo que este Gobierno sí tiene una concepción y convicción sobre los derechos y oportunidades de las mujeres, pero aún tiene mucho por hacer. Los cambios más importantes, que son la ley de sala cuna, la reforma a la sociedad conyugal y un sistema nacional de cuidado no se han logrado aún.

Y son las más importantes porque, por ejemplo, la violencia no se va a acabar mientras las mujeres no tengan autonomía económica, lo que hace que otras medidas -como la ley de violencia integral aprobada- sean un aporte pero insuficientes. No logran por sí misma la libertad e independencia de las mujeres, que se alcanzan con un trabajo con ingresos propios.

Menos mujeres pueden llegar a altos cargos, porque son mucho menos las mujeres que pueden tener un desarrollo laboral continuo que las califique de igual manera, por la deserción y las lagunas de los deberes de cuidado que deben asumir en gran medida solas.

Es lo mismo que pasa en las empresas y una consecuencia lógica. Lamentable pero lógica. Por eso, sólo el 23% de las gerencias de primera línea son ocupadas por mujeres y el sector público por más que haga esfuerzos, no es indiferente a la realidad.

-¿Chile ha avanzado, retrocedido o está igual en términos de derechos de la mujer en los últimos cuatro años?

-Ha avanzado, pero no en las reformas sustantivas. Mientras tengamos un Código Civil que prohíbe a la mujer casada en el régimen legal matrimonial, administrar la sociedad conyugal y sus bienes propios por ser mujer y no se reforme la ley de sala cuna. El avance sustantivo se logrará cuando las mujeres tengamos igualdad de derechos.

-¿Cuál es su evaluación del rol de la ministra Orellana en esto?

-La ministra Antonia Orellana ha estado trabajando en la ley de violencia integral, en la sociedad conyugal, en la transversalización de género y en otras materias que no son laborales. El Reporte de Indicadores de Género en las Empresas en Chile, que en el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera hacíamos con el Ministerio de la Mujer, lo estamos haciendo en este Gobierno con los ministerios de Hacienda y de Economía y la OIT.

Como en ChileMujeres trabajamos políticas públicas y empresariales para alcanzar la igualdad de derechos y oportunidades laborales, bajo esta estructura no hemos trabajado tanto -salvo la sociedad conyugal- con la ministra de la Mujer. Nuestro trabajo ha sido en mayor medida con el ministro Mario Marcel y la ministra Jeannette Jara.

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