Cuando comenzó la revolución de las tecnologías de la información y llegó internet se pensó que el acceso a múltiples redes haría más democrático e igualitario el acceso a y uso de la información y el conocimiento, además de una dilución del poder geopolítico y económico que podían ejercer las potencias globales.
En un trabajo de 2019, en International Security, Henry Farrell and Abraham L. Newman muestran que en la práctica esto no ocurrió. Por el contrario, el control de nodos críticos, por ejemplo para las finanzas, amplió el poder de usar la coerción económica para fines de seguridad nacional o implementar las sanciones a determinados países. Farrell y Newman llamaron a esto el efecto de estrangulamiento económico.
Más aún, el paso de información por esos nodos permite a los países donde se encuentran localizados acceder a la información que se transmite. A partir de estos nodos es posible vigilar la información que se genera y transmite entre terceros países sin que estos lo sepan. Se trata del efecto panóptico desarrollado inicialmente por el filósofo inglés Jeremy Bentham para un modelo de prisión: los prisioneros no pueden ver donde están los vigilantes y por lo tanto no saben si los están o no observando, por lo cual modifican su comportamiento.
Las grandes potencias que controlan nodos críticos tienen la capacidad de utilizar a su favor ambos efectos dependiendo de su institucionalidad y de la arquitectura de la infraestructura. Por ejemplo, el sistema financiero global basado en el uso del dólar estadounidense en conjunto con el mecanismo centralizado de mensajería financiera SWIFT, le permite a EE.UU. y a la UE la vigilancia del 90% de la información global relacionada con transferencias interbancarias. Esto permite a EE.UU. usar el efecto de estrangulamiento haciendo muy efectivas las sanciones financieras.
En la red global de internet también se generaron nodos críticos de tráfico de información que permiten a los gobiernos de los países acceder a un volumen enorme de información sobre comunicaciones y transacciones de comercio electrónico. Tal como lo señalan Farrell y Newman, el surgimiento de nodos críticos y de la desigualdad de poder que estos generan se debe, al menos, a dos características de la red de internet.
La primera proviene de los tradicionales beneficios de acceder a las conexiones en redes. Mientras mayor sean los participantes y el tráfico por un nodo, más incentivo hay para estar en éste. La red social Facebook es un ejemplo: mientras una alternativa no atraiga a un número considerable de usuarios, es casi imposible reducir el atractivo y poder de Facebook.
La otra característica es la infraestructura de internet basada en cables submarinos de fibra óptica intercontinentales los cuales son más eficientes para la transmisión de información que los satélites. Estos cables son geográficamente fijos de punto a punto. Estimaciones sobre el tráfico global de internet indican que más de un 95% de este fluye por cables intercontinentales. No hay múltiples opciones de transmisión. Esto hace que los países donde llega el cable intercontinental se conviertan en nodos críticos desequilibrando el poder geopolítico a su favor.
EE.UU. es un nodo crítico para el tráfico por internet. Un 70% del tráfico por internet pasa por el nodo Amazon Web Services en el estado de Virginia, EE.UU. Esto le permitió este año, por ejemplo, sancionar al fiscal jefe de Corte Penal Internacional cerrándole su cuenta de correo electrónico y congelando sus cuentas bancarias, generando un efecto panóptico que, según reporta la agencia AP, significa que los empleados estadounidenses de la CPI podrían ser arrestados a su llegada a EE.UU. y que varias ONG dejaran de contestar los correos electrónicos enviados desde la Corte.
Por ello la decisión de Chile de optar por la opción del cable transpacífico Humboldt hacia Australia, y luego acceder a través de Singapur al resto de Asia fue una decisión correcta desde el punto de vista estratégico y de la seguridad nacional y económica. Evita que nuestra información tenga que pasar por nodos en Norteamérica y en China.
La opción de cable a Shanghái hubiese implicado hacer de China el nodo crítico por el cual se transmitirían información y transacciones chilenas hacia Asia, dándole un enorme poder a China, tanto para vigilar la información generada en y transmitida desde Chile como también le habría dado la posibilidad de ejercer coerción sobre Chile al convertirse en un posible punto de estrangulación.
Por las mismas razones, el cable Humboldt evita que sigamos dependiendo exclusivamente de nodos en EE.UU., país que también puede accionar los efectos panóptico y de estrangulamiento en contra de Chile.
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Cuando más es menos: Por qué subir impuestos puede disminuir la recaudación. Por Carolina Grünwald. https://t.co/IYlX2H5fSB
— Ex-Ante (@exantecl) June 19, 2025
Con Trump en el poder, conviene desde ya identificar los focos de mayor sensibilidad: comercio exterior, tipo de cambio, seguridad global, energía, política fiscal y tensiones geopolíticas. No se trata de reaccionar a cada titular, sino de construir escenarios, monitorear variables clave y evaluar, con anticipación, posibles coberturas o estrategias de reposicionamiento.
El futuro de Chile para los próximos 20 años depende en gran medida si la oferta electoral que tendremos a nuestra disposición será capaz de resolver -y financiar- estos desafíos estructurales que tienen a nuestro potencial de desarrollo cada vez más disminuido.
No vemos un mercado con restricciones de oferta, sobre todo porque se prevé que la demanda se modere en lugar de fortalecerse. Dado que no existen precedentes de tales aranceles a la importación en el mercado del cobre, la volatilidad debería persistir.
Todavía no existe comunicación entre Chile y EE.UU., luego que Donald Trump informara que aplicará un arancel del 50% al cobre. Los siguientes son los impactos que se esperan en caso de que la Casa Blanca aplique este arancel.
La anticipación es clave. Y una herramienta central para ello es el mapa de riesgos: una lectura estructurada y dinámica de los factores políticos, regulatorios, fiscales, reputacionales y sociales que pueden afectar al negocio. El buen directorio no se limita a reaccionar: prevé, ordena y prepara respuestas institucionales para distintos escenarios