La economía sumergida o economía en las sombras, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es toda producción de bienes y servicios económicos que se oculta deliberadamente a las autoridades públicas para evitar el pago de impuestos, contribuciones a la seguridad social, cumplir con ciertas normas laborales o procesos administrativos. Es por tanto la suma de actividades económicas no declaradas que escapa al control de la administración fiscal y en general a las estadísticas oficiales, comprende tanto la economía informal y la economía ilegal, como el narcotráfico, contrabando y lavado de activos.
Considerando el contexto de falta de regulación y control en que opera, la economía sumergida implica un grave problema para el correcto funcionamiento de la economía. Pues afecta la sana competencia de los agentes económicos, aumenta indebidamente la presión fiscal sobre el sector formal que si paga sus impuestos e influye negativamente en la recaudación tributaria.
En relación a este fenómeno que opera en la informalidad e ilegalidad debe señalarse que en nuestro país, se constata un nivel que es al menos el doble que en la OCDE y varias veces más que en países líderes, y explica en forma importante la evasión al no aportar con impuestos.
En línea con esta brecha la estrategia planteada por el actual director de SII, Javier Etcheverry, en orden a atacar las mafias y comercio informal, parece del todo razonable y va en el sentido correcto. Sin embargo, esta convicción personal del actual director de SII no nace de estudios oficiales de la autoridad fiscal pues aún no conocemos los detalles del informe de brecha de cumplimiento tributario, que debiera contener en su desagregación el impacto de la economía sumergida y su incidencia en la menor recaudación fiscal.
De esta manera queda claro que medir y combatir dicho sector oculto de la economía no ha sido prioridad en las últimas reformas tributarias, sino más bien aumentar la presión fiscal con más impuestos al sector que ya cumple.
Consecuentemente existe una gran capacidad de recaudación fiscal al profundizar una estrategia de combate a la economía en las sombras, reduciéndola al menos al promedio de la OCDE. Sin embargo, contradictoriamente, las medidas y estrategia de cumplimiento tributario que propone el ministro de Hacienda a nivel del Pacto Fiscal, apuntan justamente al sector formal de altos ingresos y no a atacar la informalidad, es más el actual plan de cumplimiento tributario año 2024, no tiene foco en el combate a la economía sumergida.
Pues bien, revisando la propuesta de recaudación del proyecto de cumplimiento tributario, que fija medidas contra la evasión y la elusión de los 1,5% del PIB de meta a recaudar, solo 0,28 puntos es mayor recaudación por combate al comercio informal. Esto representa un 18,6% de la meta de recaudación focalizada en el sector donde se supone está concentrada la evasión. Lo anterior evidencia una estrategia poco efectiva al no focalizar los esfuerzos donde se genera mayoritariamente la menor recaudación fiscal y perseverar en una estrategia que en periodos anteriores no ha dado los resultados esperados.
Se constata a su vez que esta estrategia no es nueva, al menos desde el año 2014, el foco ha estado en establecer una mayor carga tributaria al sector formal, aumentando los impuestos, dotando de mayores facultades y recursos a la autoridad fiscal para obtener más recursos de los contribuyentes formalizados. Sin embargo, en términos de recaudación fiscal este camino ha fallado, pues la recaudación de impuestos respecto al PIB se encuentra estancada en la última década.
Considerando lo expuesto es necesario subrayar que no podemos cambiar el estancamiento en la recaudación fiscal con estrategias fracasadas y, en este sentido, el reto debe ser reducir la economía sumergida el enemigo oculto de la recaudación fiscal. Esto pasa tanto por mejorar la eficiencia en la lucha contra la evasión, como por establecer sistemas tributarios más simples y competitivos para que los contribuyentes tengan incentivos de incorporarse a la economía formal, pues cuanto mayores son las tasas impositivas, surge mayor riesgo de aparición de la economía sumergida, especialmente en momento de debilidad económica como la que vive nuestro país.
Finalmente, el combate al enemigo oculto de la recaudación fiscal implica una acción coordinada a nivel fiscal favoreciendo la creación de nuevos empleos formales, gestando la reducción de la economía sumergida con medidas específicas , aumentando el tamaño del sector de contribuyentes formales con un sistema tributario competitivo y poniendo como prioridad volver a crecer, pues a mayor crecimiento económico existe más probabilidades que aquellos que operan en las sombras, busquen subirse al carro de la economía formal.
La oposición y el secreto bancario. Por Natalia González (@natigonzalez_b).https://t.co/wwOAAdrZab
— Ex-Ante (@exantecl) July 2, 2024
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