Rosario Carvajal, candidata a alcaldesa y cruel asesinato en Barrio Yungay: “La Municipalidad de Santiago fue incompetente”

La concejal Rosario Carvajal —ex aliada de la alcaldesa de Santiago Irací Hassler (PC) y hoy su rival por la alcaldía de Santiago— analiza el escenario actual para las personas que viven en las calles del barrio Yungay, tras el crimen ocurrido a seis cuadras de la casa del mandatario. Explica que la proliferación de bandas de narcotraficantes los ha puesto en una disyuntiva: ser reclutados como soldados o quedar expuestos a que los desplacen. Sobre si la situación ha mejorado con el Presidente Boric como vecino, dice: “lamentablemente, diría que está igual”.

“Jano era bien querido”. La concejal Rosario Carvajal —electa como independiente de la lista Dignidad Ahora, ex aliada de la alcaldesa de Santiago Irací Hassler (PC) y candidata a la alcaldía en un cupo de la Alianza Verde Popular— participó este lunes por la tarde de una velatón por el asesinato de Luis Alejandro Zamora Herrera, ocurrido en la esquina de Catedral con García Reyes, a seis cuadras de la casa del Presidente Gabriel Boric.

• El hombre de 48 años, conocido en el barrio Yungay como ‘Jano’, vivía en la calle. Este lunes por la madrugada pernoctaba en su colchón cuando le prendieron fuego. Murió en la ex Posta Central producto de las quemaduras.
• Este martes se informó de la detención de un ciudadano chileno como presunto autor del crimen ocurrido, aparentemente, tras una discusión. La Fiscalía Metropolitana Centro Norte formalizó cargos en su contra por homicidio simple y el tribunal lo dejó en prisión preventiva.
• De acuerdo con cifras del Ministerio de Desarrollo Social, 8.780 personas viven en la calle en la Región Metropolitana, de acuerdo con autorreportes.

¿Quién era Luis Alejandro Zamora?

Hace unos cuatro años que lo ubicaba acá en el barrio (…). Siempre se usa el eufemismo de gente en situación de calle, pero la verdad es que es gente que sobrevive en la calle, en la plaza Yungay. Él participaba en el comedor popular que tiene la parroquia San Saturnino, pero también de otras actividades e iniciativas sociales e incluso culturales como (el conversatorio) Literatura en Casa (…). Era muy activo, tenía mucha opinión. Era muy amable y cordial. Jano era bien querido.

¿Sabe por qué vivía en la calle?

Como muchas personas que están en calle, había temas de salud. Sabíamos de su tema de consumo de alcohol (…), pero tenía voluntad para superarlo.

¿Cómo reaccionó la comunidad frente al crimen?

Acá en el barrio Yungay siempre hemos tenido gente de calle. Yo recuerdo desde la historia del ‘loco Falabella’ en los 80, que era casi un mito urbano. Yo me crie cerca del Parque Portales y ahí había hospederías y era constante el flujo de personas de calle. Entonces esta es una situación social que ha estado siempre presente en el barrio Yungay. Lo nuevo es lo expuesto a la violencia que está esta población. Eso no lo veíamos en los ochentas, en los noventas. No había situaciones tan extremas como la del caso de Jano.

¿Cuál es la diferencia hoy para la gente que vive en la calle en el barrio Yungay?

Lo que hemos constatado a partir de los testimonios de los vecinos y organizaciones es que las bandas criminales están ocupando casas abandonadas y también van ocupando el espacio público, principalmente las áreas verdes, que se convierten en puntos de consumo, venta de drogas y otros ilícitos también.

Se ha constatado que han llegado con carpas a instalarse en rucos, desplazando a los (ocupantes) históricos y todos a quienes no entren como parte de sus redes, como soldados, en temas de tráfico.

Usted menciona a los soldados, ¿dice que estas bandas reclutan a personas que viven en la calle?

La forma de operar de las bandas criminales es a través del reclutamiento en los sectores más vulnerables de la sociedad (…). Los jóvenes desertores del sistema escolar, como también, por supuesto, la gente en situación de calle. Esa es justamente nuestra preocupación, porque este hecho grave de quema de rucos no es la primera vez que ocurre. Tenemos antecedentes de 2021 y también de antes del estallido. Entonces, en la disputa por el espacio público para operar, ellos son la primera barrera que pueden encontrar estas bandas criminales.

¿Dice que la disyuntiva de la gente que vive en la calle es elegir entre volverse soldados de narcotraficantes o ser desplazados?

Yo diría que (la gente que vive en la calle) está expuesta a esa situación, porque la calle es violenta.

¿Se refiere a bandas criminales chilenas o extranjeras?

Hay de todo. Lo que se ha constatado es que hay bandas criminales de extranjeros con participación de chilenos, entonces no lo podríamos adjudicar a una nacionalidad.

¿Qué opina de la gestión de la alcaldesa Hassler en el tema?

Es absolutamente insuficiente y eso es lo que hemos reclamado todos estos años: la necesidad de mayor cobertura, de más cupos, de más residencias que se tienen que ubicar en el entorno de donde ellos viven.

La última residencia que se logró (implementar este año) acá en el barrio Yungay está en calle Bulnes, que está a cuatro cuadras de donde asesinaron a Jano. ¿Por qué Jano no estaba en esa residencia? (…). Si hay una persona asesinada hoy es porque la municipalidad (de Santiago) fue incompetente en sacar a Jano de la calle.

En eso también tiene participación el gobierno central…

Tuvimos una reunión con el Ministerio de Vivienda por Ley de lobby como concejalía, que están en un plan muy interesante de arriendo protegido para personas de calle, incluso con construcción de viviendas provisorias.

Pero lo único que ha hecho este municipio y las anteriores administraciones son operativos de limpieza. Les sacan las carpas a las 8 am y al mediodía nuevamente están instaladas.

El Presidente vive a seis cuadras de dónde ocurrió el crimen. ¿Ha variado la situación con él como vecino?

Lamentablemente, diría que está igual, que no hay ningún cambio. Y la situación de Jano constata justamente eso, porque si bien el municipio tiene que disponer recursos y lo ha hecho en casos muy puntuales, como el de Bulnes y también una residencia que pasó de abierta a recibirlos de noche, con más cupos, y se ha mantenido otra de Portugal que viene de la época de Carolina Tohá, todo sigue siendo insuficiente.