Al revisar los resultados de los últimos 17 años a la pregunta ¿Cómo calificaría usted su actual situación económica? en la encuesta CEP, observamos un evidente deterioro durante el Gobierno del Presidente Gabriel Boric. El menoscabo es sólo comparable con el pesimismo percibido en Bachelet I, en plena crisis financiera. ¿Esta desmoralizada autopercepción conversa con la realidad económica de este periodo presidencial? Veamos.
Comparando las cifras promedio de los últimos periodos presidenciales, vemos que el IMACEC, los Índices Mensuales de Confianza Empresarial promedio y de la Construcción son los menores de los últimos 17 años. Además, la inflación y la depreciación del peso son las más altas de los últimos 5 periodos presidenciales. Sólo el desempleo promedio es ligeramente menor al de Piñera II, quien gobernó durante un periodo de estallido social y la pandemia. Tristemente, al pararnos en el año 2008, Chile exhibía un PIB potencial por sobre el 4%, mientras que hoy en día no llegamos ni a la mitad de aquella cifra. Es decir, la triste autopercepción económica conversa totalmente con nuestras cifras.
¿Podemos restablecer nuestras cifras macro y mejorar nuestra situación económica? Aquí sólo cabe una alternativa: Debemos revertir esta situación, no podemos permitirnos otra opción.
Esto implica empujar a nuestras autoridades a concretar de forma inmediata todo plan pro-crecimiento y pro-inversión. Es decir, requerimos que cambien las frases grandilocuentes por urgentes acciones concretas. Compromete exigir a los futuros candidatos presidenciales que divulguen de forma precisa cómo impulsarán nuestra economía, a que destinarán recursos, que nivel de deuda sobre PIB pactan no superar y en lo posible, quienes los acompañaran en Hacienda, Economía, Obras Públicas y Medio Ambiente.
A reglón seguido y no menos importante, ciudadanos y electores tendremos que contribuir a esto. Y no me refiero a como todos los días, cada uno de nosotros se levanta temprano a estudiar o trabajar fuera o dentro de casa. Esto es un paso más allá del sacrificio que hacemos diariamente. Tendremos que castigar con nuestro voto a todo parlamentario o autoridad que potencie retiros previsionales hoy, en un año más o en el momento que sea (Por dolorosa que sea la opción para las finanzas personales en el corto plazo).
Somos los electores los únicos que podemos impedir que desfachatados y codiciosos políticos costeen sus campañas de reelección a expensas del futuro económico de nuestras familias.
Cuando el ministro mario Marcel dijo esta semana que un retiro desde los fondos de pensiones llevaría nuevamente a la inflación a dos dígitos, paralizaría el mercado de renta fija, empujaría el dólar sobre los 1.000 pesos entre otras tragedias, no está “autoproclamándose serio” para hacer parecer a los que opinan distinto como “populistas”, tampoco está “pronosticando tormenta cuando hay días soleados” como aseguraba un famoso periodista en 2020 al escribir sobre los retiros.
El ministro le está diciendo a todo Chile que 1 + 1 = 2.
Con un nuevo retiro quedaríamos fuera de combate. De forma irreversible y casi inmediata, terminaríamos por sepultar nuestro mercado de capitales. ¿Qué consecuencia tiene esto para nuestras familias? Que tanto usted, como sus hijos y sus nietos tendrían que olvidarse de acceder a un hipotecario a tasas razonables, también sería muy difícil pagar un crédito de consumo ya que el Banco Central se vería obligado a subir su tasa de política monetaria para intentar contener la inflación. De esta forma, un nuevo retiro nos convertiría eternamente un país de arrendatarios. Invertir en Chile sería una locura, es decir, nuestras expectativas de más y mejores empleos no serían más que una linda ilusión, tanto para nosotros como para nuestra descendencia.
En suma, para responder ¿Cómo calificaría usted su actual situación económica? De una mejor manera que hoy en día, tendremos que ejercer el poder que nos da la democracia de forma responsable y sacrificada.
Ajuste en el crecimiento y aumento del empleo informal reflejan fragilidad de la economía chilena.https://t.co/3D79JzoKZD
— Ex-Ante (@exantecl) July 31, 2024
Modernizar el Estado, hacerlo eficiente y de un tamaño susceptible de ser controlado eficazmente, es una prioridad, tal y como evidencia también la publicación El Puente, de manera muy oportuna. Ante la disyuntiva de decrecimiento y despilfarro versus progreso y uso eficiente y priorizado de los recursos públicos, sujeto a controles ¡No hay donde perderse!
La ley que limitó la reelección de parlamentarios se tramitó con premura en el contexto de la crisis social de 2019. Fue una respuesta a la presión ciudadana, pero sin un análisis serio de sus consecuencias. En la práctica, ha contribuido a una política menos profesional y con menor experiencia legislativa.
Incrementar la asignación a Activos Alternativos al 20% en los próximos años podría añadir un 1% anual a las rentabilidades, elevando las pensiones autofinanciadas hasta un 25% más. Esto crearía un círculo virtuoso: mayores ahorros financian el desarrollo, generando empleos y fortaleciendo el sistema.
Seguir generando puentes de confianza es uno de los elementos clave para que avancemos en una dirección más positiva de mayor crecimiento, empleos formales, aumento de salarios y mejores políticas públicas en materias tan fundamentales como la seguridad, educación, salud, entre otras.
La gran norma anticorrupción (FCPA) no está muerta y la gran noticia es que se ha retomado su aplicación. Aunque la ruta es algo distinta, será importante estar especialmente atentos a su aplicación en los próximos meses.