De una belleza para quedar extasiados, los directores (y animadores) polacos Dorota Kobiela (DK Welchman) y Hugh Welchman trabajaron durante 10 años para llevar a la pantalla este drama, de un colorido rotundo, que se organiza en torno a las cuatro estaciones del año y sus diferentes tonalidades.
Primero filmaron a los actores, que trabajaron en sets especialmente construidos para simular las locaciones reales, o utilizando cromas que luego se sustituyeron por pinturas al óleo para ser animadas digitalmente. Porque cada cuadro filmado fue intervenido posteriormente en un trabajo de joyería por pintores y artistas plásticos.
La historia se ambienta en una aldea rural de la Polonia de fines del siglo XIX, donde conviven familias que siguen reglamentos y protocolos que parecen sacados de la Edad Media. Jagna (la bellísima Kamila Urzedowska) es una artista y una mujer liberal a pesar suyo y del lugar y época en que le tocó vivir. Ciertamente su sino será la tragedia, pero con la frente en alto hasta el final.
Visualmente la película es más rica que Loving Vincent, por motivos obvios: en la de Van Gogh se trataba de acotar las imágenes y colores a los elementos que están en la obra del pintor. Por lo mismo, en términos de elementos dramáticos, La Vida de Jagna suma variados conflictos y filma coloridas y singulares tradiciones (bailes, bodas, cosechas, ritos católicos).
Pero este encomiable logro visual no se condice con una estructura narrativa que, teniendo muchos elementos para ser una película intensa, no consigue del todo involucrar emocionalmente al espectador.
Basada en la novela “Chlopi” (“The Peasants”), de Władysław Reymont, quien recibió el Premio Nobel de Literatura por esta obra, en 1924.
Ideal para artistas y pintores.
Chlopi/ The Peasants / Los Campesinos
Dirección: Dorota Kobiela (DK Welchman)
Guion: DK Welchman, Hugh Welchman
Polonia, 2023
Duración: 1 hora 54 min.
En el extremo opuesto de la anterior, esta es una muy lograda película de entretención.
La acción trepidante, imaginativamente bien coreografeada y con un montaje como para clases de cine, consiguen la atención permanente del espectador. Balaceras, peleas, carreras en auto, huidas por bosques, peligrosas maniobras en aviones y también en lanchas construyen una narrativa perfectamente engranada con situaciones hilarantes.
No cualquiera —menos a estas alturas— consigue sorprender con un género tan recurrido.
Esta comedia de acción es a la vez un thriller de suspenso y una “buddy movie”, esto es, película de “compadres”, de entre cuyas notorias diferencias emerge buena parte del humor.
Bad Boys: Hasta la Muerte es la cuarta entrega de una saga protagonizada por dos detectives de la Policía de Miami, Mike Lowrey (Will Smith) y Marcus Burnett (Martin Lawrence), pero no es necesario ni haber visto (ni acordarse) de las anteriores. Hay referencias a hechos pasados solo para insertarse en esta nueva historia. Traiciones impensadas, un complejo entramado de corrupción, extorsiones, amenazas y enemigos (realmente) de temer se cruzan con el cotidiano familiar y laboral del par de amigos.
Muy entretenida.
Dato. Las películas de la saga son Bad Boys (1995), Bad Boys II (2003), Bad Boys for Life (2020).
Bad Boys: Ride or Die
Dirección: Adil El Arbi, Bilall Fallah
EE.UU., 2024
Duración: 115 min.
Si bien efectivamente todo parte con un terremoto 9.5, esta película china es más bien una épica en torno a la heroica y total entrega de los bomberos a su labor. En cierto modo, es como la versión china de la (muy entretenida) serie 911 (en Star Plus), que, eso sí, como buena producción “gringa”, en sus últimas temporadas consideraba todo tipo de temas inclusivos (de esos que en China, no).
En la primera secuencia —el rescate de un camión con peligrosa carga y un auto con una niña dentro— se despliega una impresionante cantidad de recursos modernos y tecnología de punta que igualmente requiere del arrojo de los bomberos.
Lo que sigue se puede resumir en sucesivas e infernales explosiones. Porque en el parque industrial químico de Guancheng el sismo ha causado graves derrumbes y peor que eso, fugas de toda clase de elementos peligrosos desde las dañadas tuberías.
Lo que también abunda son las lágrimas (¡por Dios que lloran!, de emoción, de dolor, de susto, lo que sea): hay en la manera de relatar esta historia una evidente intención de emocionar al espectador (mucha música ad hoc).
Entretenida.
Jing tian jiu yuan
Dirección: Oxide Pang
China, 2022
Duración: 114 min.
Si el espionaje internacional siempre fue un universo sin fronteras, en el actual momento histórico los hilos de los conflictos se cruzan en una madeja imposible.
En El Velo, tras cerrar limpiamente un caso (copa de champagne en el aeropuerto incluida), la agente del MI-6 que ahora se llama Imogen (Elisabeth Moss, Mad Men, El Cuento de la Criada) parte a su nueva misión. En un campo de refugiados cerca de la frontera Siria/Turquía (con Irak un poco más allá), todo cubierto por espesas capas de nieve, se encuentra Adilah (Yumna Marwan), retenida por los encargados tras un violento incidente.
Imogen, quien está colaborando con los Servicios Secretos de Francia, debe trasladar a la mujer —que sería una agente del ISIS— a París. El “buenismo” acá no existe: hasta los chicos ONU a cargo de los refugiados tienen basuritas que esconder bajo la alfombra (¡somos humanos!). Además de su serena temeridad, Imogen cuenta con una prodigiosa intuición que le permite percibir debilidades y adivinar lo que nadie más ve.
Salir de allí no es sencillo, pero nada en su vida lo ha sido.
El largo recorrido, que parte bajando las montañas hacia Turquía y de allí a París, confronta a estas dos mujeres aparentemente muy diferentes. Imogen y Adilah, en una continua tensión en que la verdad y las máscaras se alternan y confunden sin parar, son, al fin de cuentas, un inquietante reflejo una de la otra, tanto desde lo humano/íntimo como de lo que cada una representa en este mundo áspero y convulso.
El agente francés Malik, alguna vez ¿o quizás aún? pareja de Imogen, es su contacto. Por ahí se ha ido a entrometer un cínico y prepotente agente de la CIA.
Pero quienes llevan esta madeja son las dos mujeres.
De Francia partirán a Gran Bretaña, donde Imogen irá a recoger pasaportes falsos y a terminar de entender un pasado perdido, en medio de la grandiosa campiña inglesa y un impresionante castillo.
Un intenso drama de suspenso y espionaje, de vida y muerte, tras el cual se esconden tragedias íntimas y conspiraciones multinacionales, que van develando sorpresas escena tras escena.
Magnífica construcción de personajes.
The Veil
Dirección: Damon Thomas, Daina Reid
Guion: Steven Knight (creador)
EE.UU., 2024
6 episodios de 40 min.
Para seguir leyendo recomendaciones fílmicas, clic aquí.
Ver esta publicación en Instagram
El ascenso de Kaiser puede favorecer las posibilidades de Evelyn Matthei de crecer hacia el centro y encarnar una perspectiva de estabilidad y gobernabilidad. El temor a una variante autoritaria, que le traiga al país nuevas convulsiones y traumas, puede beneficiar la opción de una centroderecha dispuesta a sumar amplias fuerzas en favor del orden […]
El gobierno es cortoplacista y estratégico. Nada malo en ello, siempre que sea en el contexto adecuado. Si tuvieran la misma visión de urgencia para resolver la crisis de seguridad, estarían siendo aplaudidos. Pero decidieron aplicar su astucia en lo único que podría haber esperado, e incluso haber rendido frutos a largo plazo. Podrían haber […]
Chile ha enfrentado muchas reformas y cambios en el sistema de pensiones a lo largo de los años, y las AFP han sabido adaptarse y responder con profesionalismo. Esta vez no será distinto.
Esta prueba evaluativa nos muestra que hay avances, pero la tarea está lejos de estar completa. La educación chilena necesita una transformación profunda que garantice un aprendizaje equitativo y de calidad para todos.
Es una paradoja que la izquierda chilena se empeñe en una ofensiva para destituir al fiscal Cooper porque estima que su labor perjudica sus intereses y que Donald Trump haga lo mismo con un juez federal por motivos similares: defender sus intereses políticos. Sin importar el daño que ese comportamiento inflinge a la democracia.