Qué sucedió. La bolsa chilena cerró en terreno negativo, con una caída del 0,44%, lo que dejó al IPSA en 6.361 puntos. El mercado local siguió la tendencia de las bolsas internacionales, que también retrocedieron luego de que se conocieran los datos del ISM de servicios en Estados Unidos, los cuales superaron las expectativas de agosto. Sin embargo, las cifras de empleo del sector privado (ADP) resultaron mucho menores de lo esperado, añadiendo incertidumbre.
En el ámbito local, las acciones con mayor alza durante la jornada fueron:
Por otro lado, las principales caídas fueron:
Mercado cambiario. El tipo de cambio se cotizó a $941,80, una leve baja de $1,5 respecto a la jornada anterior, donde el dólar se había disparado $13,95 tras el comunicado de la Reunión de Política Monetaria (RPM) del Banco Central y las proyecciones del último Informe de Política Monetaria (IPoM).
El futuro de Chile para los próximos 20 años depende en gran medida si la oferta electoral que tendremos a nuestra disposición será capaz de resolver -y financiar- estos desafíos estructurales que tienen a nuestro potencial de desarrollo cada vez más disminuido.
No vemos un mercado con restricciones de oferta, sobre todo porque se prevé que la demanda se modere en lugar de fortalecerse. Dado que no existen precedentes de tales aranceles a la importación en el mercado del cobre, la volatilidad debería persistir.
Todavía no existe comunicación entre Chile y EE.UU., luego que Donald Trump informara que aplicará un arancel del 50% al cobre. Los siguientes son los impactos que se esperan en caso de que la Casa Blanca aplique este arancel.
La anticipación es clave. Y una herramienta central para ello es el mapa de riesgos: una lectura estructurada y dinámica de los factores políticos, regulatorios, fiscales, reputacionales y sociales que pueden afectar al negocio. El buen directorio no se limita a reaccionar: prevé, ordena y prepara respuestas institucionales para distintos escenarios
Un estudio sobre el comportamiento de pagos del Banco Central señala que el 44,9% de las personas paga con tarjeta de débito y un 31,4% con efectivo. Aunque el pago digital gana terreno, el 70% de los encuestados aseguró que se verían afectados si los comercios dejaran de aceptar efectivo.