Una opinión mayoritaria y bastante estable en el tiempo en favor de las restricciones sanitarias que, a la luz de otros datos de la investigación, pareciera un juicio débil, posiblemente afirmado en el deber ser y la falsa dicotomía entre salud y mercado, pero que no se refleja en las conductas, como observamos el reciente fin de semana largo.
Baile de máscaras. Cuenta la leyenda que, durante la transición, las autoridades encargadas de la relación con las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, enfrentadas a las críticas por la autonomía con que actuaban señalaban medio en broma, medio en serio: “nosotros hacemos como que mandamos, ellos hacen como que obedecen”.
Pandemia y polarización. Para entender esta dinámica debemos remontarnos a los inicios de la pandemia, cuando la clase política, buscando un argumento más para polarizar, decidió confrontarse instalando una dicotomía artificial entre la protección de la salud o el resguardo de la economía.
Respuestas contradictorias. El estudio de Criteria muestra que, por ejemplo, la mitad de la población encuestada (50%) frente a una pregunta proyectiva – hechas para que hablemos de nosotros apelando a las conductas de otros- responde que “quienes respetan las cuarentenas lo hacen más por temor al control de los carabineros que por temor al Covid”. Y, entre la mayoría promotora de las cuarentenas, el 44% proyecta lo mismo.
El presidente Boric repite discursos sobre la seguridad, pero son mucho más las palabras que las acciones. Nada lo ilustra mejor que el santuario de Temucuicui, donde terroristas y delincuentes encuentran refugio seguro. Allí no rigen las leyes chilenas, la policía no entra -cuando lo intentó terminó retirándose humillada- y la entrada de las FFAA […]
Nuestro país se ha convertido en un foco circular de la violencia, un pasaje por donde ingresa y luego sale a otros países y ésta debe ser asumida como una tarea urgente de Cancillería. El centro de nuestros problemas es la dictadura de Maduro y la crisis humanitaria que ha generado y forzado la migración […]
El Estado ha quedado corto en materia de fiscalización, control y sanción sobre los recursos que son de todos los chilenos. Al mismo tiempo, la política ha estado al debe al no hacerse cargo de estas malas prácticas. Creemos en la presunción de inocencia, pero también en las señales políticas que permitan a la ciudadanía […]
Un país gobernable es un país también donde el Presidente de la República tiene una mayoría sólida en el Congreso Nacional que, escuchando a la minoría, avanza en su programa de gobierno aprobando las leyes que se necesitan.
Es importante seguir avanzando en el involucramiento de los directorios para que no sólo se avance en la entrega de información, sino que también en una mejor gestión de los riesgos y oportunidades asociados a los factores sociales y ambientales.