Sylvia Eyzaguirre y polémicas con Gabriel Boric: “Sebastián Sichel se equivocó”

Sylvia Eyzaguirre dice no ser filósofa –y tiene razón-, aunque obtuvo sus grados académicos de licenciada (Universidad de Chile) y de doctorado (Universidad Albert-Ludwig de Freiburg, Alemania) en esa disciplina. Integra varias instancias como los consejos asesores del Ministerio de Ciencia, del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y de Chile Dual (fundación de educación técnico-profesional). Además, es investigadora del CEP y columnista semanal de La Tercera.

En esta entrevista, sostiene que la libertad de enseñanza está en peligro por culpa de la Convención; reconoce que Sebastián Sichel ha cometido errores (aunque ella es parte de su comando) y defiende a ultranza a la Concertación, pese a ser de centro derecha.

-Ha causado mucho ruido el rechazo en la Convención a incorporar en el debate el derecho preferente de los padres en la educación. ¿Crees que va contra la libertad de enseñanza?

-Absolutamente. Y yo me pregunto por qué votaron así. No sé si los convencionales entienden que la libertad de enseñanza, el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, es un derecho fundamental, que se estableció en la Carta de Derechos Humanos de 1948, después de la Segunda Guerra Mundial, por la ONU. Y que ha sido adherida  por la gran mayoría de los países. Justamente fue una respuesta al fascismo y a los regímenes comunistas, donde persiguieron a minorías por su credo, por su visión de mundo, donde se los obligó a cambiar de religión, se les prohibía hablar ciertas lenguas, se les prohibió llevar adelante sus formas de vida y sus costumbres. Parte importante de la transmisión de esta forma vida, de las culturas, es con la educación por lo tanto es un derecho fundamental del ser humano.

-¿Ves ignorancia en este tema?

-Me cuesta entender que exista un grupo mayoritario de la Convención que esté en contra de estos derechos humanos fundamentales. Esta es una convención que se dice plurinacional, que valora la pluralidad de los pueblos que existen en Chile y al mismo tiempo les niega a esos pueblos perpetuar sus formas de vida y educar a sus hijos en esas visiones de mundo. Me parece que es una contradicción en los términos y además algo horroroso. Creo que se debe más bien a la ignorancia, a no entender lo que está en juego.

-Tú misma fuiste candidata a la Convención, pero te fue mal. ¿Quedaste frustrada de la política o lo seguirás intentando?

-No soy ni quiero ser política. A mí me interesaba poder aportar  en la construcción de una nueva constitución y no fui electa, saqué muy pocos votos para ser honesta. Es una experiencia que valoro muchísimo, muy lejana de lo que a mí me gusta. El problema es que la gente que vota por ti quiere cosas que no puedes darle: son temas que dependen del alcalde o del ejecutivo no de un constituyente. Es complejo y frustrante.

-Estás en el comando de Sebastián Sichel en el área medioambiental. ¿Por qué llegaste hasta allí, siendo que tu área más conocida es la educacional?

-Coordino hace dos años un proyecto de conservación de la naturaleza en el CEP (Centro de Estudios Públicos). Me ha tocado trabajar temas de agua, que es súper importante para la biodiversidad; la institucionalidad de la conservación; políticas para el cambio climático… Entonces, como en el equipo no había alguien cercano que pudiera tomar la coordinación me la ofrecieron y la acepté feliz. Hemos trabajado intensamente, tenemos un grupo con muchos académicos, mucha gente joven, de distintas tendencias políticas. Ha sido gratificante.

-En las últimas semanas, Sichel ha estado envuelto en polémicas tal vez innecesarias, por ejemplo, cuando dijo que era padre, a diferencia de Gabriel Boric que no tiene esa experiencia vital. ¿Crees que ha cometido errores no forzados?

-Sí. Creo que en las campañas cuando estás presionado, cometes errores. Claramente eso fue un error. No es condición sine qua non para ser presidente el haber tenido hijos. Creo que hay que enfocarse en las propuestas, en darles soluciones a las personas y no concentrarse en el ataque ad hominem o a la persona del contrincante. Ahora, también es verdad que Gabriel ha atacado a Sebastián diciendo que es el candidato de los empresarios, de Piñera, de Chadwick.

-¿Dices que no es verdad lo que sostiene Boric?

-Es falso. En segundo lugar, son ad hominem porque no se abocan a criticar las propuestas de Sichel. Lamentablemente  Sebastián se equivocó, pisó el palito. Ambos candidatos han cometido errores en esa línea. Cuando Boric dice: “oye por favor dejémonos de atacarnos”, es como para decirle: “ya poh parte por casa entonces”. Los dos se han equivocado en ese aspecto y es importante  que dos candidatos sumamente inteligentes y con dos programas contundentes,  se enfoquen en discutir ideas, principios, propuestas.

-Tienes un doctorado en Filosofía. Desde esa perspectiva, ¿cómo analizas este momento de tensión que hay en Chile?

-No soy filósofa. Ahora bien, creo que los 30 años de la Concertación fueron excelentes para Chile y estoy totalmente en contra de ese  diagnóstico que dice no son 30 pesos, fueron 30 años. No. Nunca en la historia de este país, incluso a nivel internacional, se había visto un progreso social como el que vivió Chile con la Concertación, donde redujo la pobreza del 50% al 9%, donde disminuyó la desigualdad. La Concertación mejoró la condición de vida de las personas, aumentó la esperanza de vida, redujo la mortalidad infantil, terminó con la desnutrición; es decir, acá en Chile cambió la vida social, se transformó.

-¿Fue una especie de milagro para ti?

-A nivel internacional se lo considera como “el milagro chileno”. Claro, hay gente joven que no vivió esto. Yo, que tengo 45, cuando era chica iba al colegio y en cada esquina de Santiago había una señora con una guagua pidiendo limosna, y los niños andaban a pie pelado, y el centro estaba lleno de mendigos, había muchas poblaciones callampas, la mitad de la población era pobre. Hoy es muy diferente. No me digan que aquí no ha pasado nada, o que todo sea negativo. En absoluto.

-¿Pero había también una rabia o malestar, que despertó en octubre de 2019?

-Pasó que tuvimos períodos de estancamiento de la economía, con una sociedad mucho más empoderada y una clase media que quiere surgir por sus propios medios. Coincidió con un destape de casos de corrupción del sector público y de las colusiones en el sector privado. Hubo abusos en ambos lados. Y al mismo tiempo una economía que no crece al ritmo que espera la ciudadanía y las personas ven frustradas sus proyectos de vida. Todo eso colaboró al malestar social, pero es totalmente injusto creer que se debe a los 30 años de la Concertación.