Lo más grave es que se cruzó un Rubicón. Las reglas electorales son el cimiento sobre los que se sostiene la democracia. Intentar alterarlas en la víspera de una elección afecta la integridad, la transparencia y la confianza en el sistema. Sobre todo cuando la motivación es exclusivamente tratar de beneficiar ilegítimamente a los candidatos del oficialismo, con lo que queda en tela de juicio el compromiso democrático de un gobierno que tuvo la osadía de manipular el sistema electoral.
Una maniobra al filo de la ilegalidad. Esta ha sido una de las semanas más negras para el presidente Boric. La “pillería” del gobierno respecto del voto obligatorio, donde el principal papel lo jugó el ministro Álvaro Elizalde, el fiasco del anuncio improvisado de la cárcel de alta seguridad y el recrudecimiento de la delincuencia tienen al gobierno a la defensiva.
- Hace tiempo que el oficialismo llegó a la conclusión que el voto obligatorio había sido “un mal negocio” que ya no le convenía, que los resultados electorales desde que se instauró le están siendo desfavorables. Que era necesario buscar la fórmula para “planchárselo”.
- Fue así que en la sala de la Cámara la izquierda se coordinó en secreto para votar en contra del informe unánime de la comisión mixta dejando sin sanción a los que no concurrieran a votar. Lo que para todos los efectos prácticos reestableció el voto voluntario.
- Una maniobra al filo de la ilegalidad, reminiscente de los subterfugios que se han usado para aprobar los retiros de los fondos de pensiones.
- El 4 de enero de 2022 se publicó en el diario oficial la ley 21.524 que modificó la constitución para restablecer el voto obligatorio en las elecciones populares.
- Se trató de una moción parlamentaria promovida mayoritariamente por diputados de los partidos oficialistas. En ese momento la balanza estaba muy inclinada hacia la izquierda que se solazaba con una seguidilla de triunfos electorales.
- Habían conquistado la presidencia de la república y la mayoría absoluta de los convencionales electos en la votación celebrada el 15 y 16 de mayo de 2021. Para la derecha fue una derrota humillante que la marginó del proceso de toma de decisiones en la convención.
La voltereta. Faltando siete meses para el plebiscito de salida, una izquierda eufórica, convencida de la inevitabilidad de su victoria, se jugó por restablecer el voto obligatorio con multas severas para quienes no concurrieran a las urnas.
- La tesis de la izquierda era que con voto voluntario los electores de las comunas más acomodadas saldrían a votar sí o sí (en contra de la nueva constitución); mientras que muchos en los sectores populares, que presumían estaban a favor, se quedarían en sus casas por problemas logísticos o económicos.
- Sin embargo, La realidad de hoy es totalmente diferente lo que explica, pero de ninguna manera justifica, el comportamiento antidemocrático del gobierno.
- La firme es que el gobierno tiene apenas un 17% de apoyo en los sectores populares, según la última medición de Cadem.
- Además, en varias comunas de la región metropolitana existe un importante contingente de inmigrantes residentes por más de cinco años con derecho a voto que podrían inclinar la balanza. La mayoría llego huyendo del socialismo bolivariano por lo que se puede presumir fundadamente que no votarán por la izquierda.
- Por eso, aprovechando la tramitación de la ley que permite efectuar la votación de octubre próximo en dos días, el oficialismo se empeñó en sabotear el voto obligatorio.
- El ejecutor de las maniobras fue el ministro Elizalde, un jugador “lauchero”, que sabe esperar la ocasión para meter un gol. Trató de eliminar la multa a extranjeros haciendo trampa. El mismo que hace un tiempo quiso llevar al PS a participar en la primaria del Apruebo Dignidad, dejando en la estacada a la DC y a su candidata Yasna Provoste.
- Elizalde se apersonó a última hora por el congreso con una indicación mediante la cual se reemplazaba la palabra “electores” por “ciudadanos” en el texto de la ley. Una leguleyada con la que se eximía de un plumazo a los extranjeros avecindados en chile de multas.
Se cruzó un Rubicón. Bajo presión el gobierno se vio forzado a “recoger cañuela” y reponer las multas, aunque trató de meter de contrabando una eximente para los mayores de 70 años y mujeres embarazadas. Una “pillería” que fue descubierta por los diputados de oposición.
- Si bien el gobierno no logró liquidar el voto obligatorio, tuvo un éxito importante. La reducción de la multa de un máximo de $200.000 a $30.000 lo relativizó completamente transformando el voto obligatorio en una “obligación” moral. Lo que no se condice con la envergadura del bien jurídico que se buscaba proteger.
- Pero lo más grave es que se cruzó un Rubicón. Las reglas electorales son el cimiento sobre los que se sostiene la democracia. Intentar alterarlas en la víspera de una elección afecta la integridad, la transparencia y la confianza en el sistema.
- Sobre todo cuando la motivación es exclusivamente tratar de beneficiar ilegítimamente a los candidatos del oficialismo, con lo que queda en tela de juicio el compromiso democrático de un gobierno que tuvo la osadía de manipular el sistema electoral por razones bastardas.
Cárcel de seguridad. En otro ámbito, el aumento explosivo de la delincuencia en la Región Metropolitana, que produjo 17 muertos en el transcurso de cuatro días, tomó por sorpresa al gobierno que entro en estado de pánico.
- Y no es para menos, porque en un año electoral la convicción del ciudadano común y corriente de que en materia de seguridad (su principal prioridad) las cosas van de mal en peor es letal para el oficialismo.
- Ahora se corre el riesgo de que la elección se transforme en un referéndum sobre la gestión del presidente. Por eso Intentó copar la agenda, con un activismo febril de reuniones improvisadas.
- Pero necesitaba algo más potente, capaz de cambiar la conversación, propositivo que compitiera con las infaustas noticias de las balaceras.
- Entonces decidió jugar la carta de la cárcel de alta seguridad en la comuna de Santiago, adelantando el anuncio de un proyecto que aún estaba en pañales, sin presupuesto, diseño, ni terreno.
- Como era de esperar, el anuncio pilló a todos desprevenidos, incluyendo a la alcaldesa de Santiago. En vez de resolver el tema comunicacional el asunto se transformó en un “guirigay”, en una rebelión de la alcaldesa emblemática del PC.
- El gobierno se tropieza con el cordón de sus zapatos. En medio de la controversia ni los ministros se ponen de acuerdo entre sí. Para el ministro de justicia todo está zanjado pues se trata de la ampliación de un penal existente que no requiere una ley. Pero para la vocera es todo lo contrario, una cárcel nueva; y anuncia él envió de un proyecto de ley.
- Cordero además le hecha leña al fuego calificando al sector como “barrio penitenciario” lo que desató la ira de los habitantes que se sintieron estigmatizados y afectados patrimonialmente.
- Tampoco manifestó la más mínima empatía por los vecinos asegurando que “a veces hay que estar dispuesto a perder votos”. Una frase que sin duda no comparten los candidatos.
Un regalo para Hassler. ¿Como es posible que nadie en La Moneda haya considerado la reacción de los habitantes de la comuna y de su alcaldesa en plena campaña electoral; y que algo así se podría convertir en un bumerán contra el gobierno?
- La controversia no para de escalar. Ahora se metieron los diputados incluyendo la presidenta de la cámara quienes otorgaron su apoyo a las acciones judiciales que la municipalidad de Santiago anuncia contra el gobierno.
- Este desaguisado del gobierno le cayó como anillo al dedo a la alcaldesa de Santiago que tiene muy complicada su reelección.
- La torpeza del gobierno le dio una bandera de lucha que la pone en total sintonía con sus electores, que le permite mostrar que su compromiso con la comuna está por sobre sus lealtades partidistas y le garantiza una enorme presencia en los medios que ella sabrá aprovechar al máximo.
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