Sergio Urzúa y bajo crecimiento: “Hemos vivido de una política del autogol”

El cuándo se jodió Chile -una pregunta que hizo Mario Vargas Llosa respecto de Perú en su libro Conversación en la Catedral- se instaló en el discurso de los panelistas del seminario de LarrainVial Asset Management “Retomando la Ruta del Crecimiento”. Esta vez, Sergio Urzúa, profesor de la Universidad de Maryland e investigador del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Universidad Católica (ClapesUC), habló de “la farra de Chile” en los últimos años.

Una mirada al Chile actual. Para Sergio Urzúa, los datos muestran que luego de sorprender por 30 años con un dinamismo que llevó a la economía chilena a ser considerada el jaguar de América Latina, hoy genera perplejidad su estancamiento y podría ser considerada un oso polar “con un cambio de mentalidad gigantesco”.

• “Entre el 2004 y el 2013, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de Chile creció en total un 37%. Desde ahí hasta el 2025, vamos haber crecido solamente un 8,9% el ingreso per cápita”, señaló el profesor de la Universidad de Maryland.
• Urzúa destacó que en los últimos años se ha visto un exceso de feriados, un ausentismo laboral que se une a los fraudes de licencias médicas y la situación que atraviesa el sector público, una improvisación, con mala gestión, e ingenuidad cuando se cree que el crecimiento está asegurado.
• A su juicio se ve un “golpe al crecimiento potencial y una generación de desigualdad, que era la que se decía combatir” y que aquello pasa por un impuesto al capital humano a través de paros, tomas y violencia. También el cierre de colegios -en donde Chile fue récord de la pandemia- que trajo como consecuencia una apatía, que se muestra en el fuerte ausentismo escolar que están sufriendo las escuelas y liceos, y el impacto que trae la improvisación, la mala gestión en las reformas necesarias.
• “Hemos vivido de una política del autogol, en donde todo lo que hemos vivido ha sido a raíz de decisiones políticas”, dijo.
• El economista sostuvo que otro “impuesto” que hoy se está pagando es el crimen organizado. “Es una industria rentable en Chile y su tamaño se estima en torno al 5% del PIB”, dijo.
• También resaltó el 35% de personas de entre 25 y 35 años que aún viven con sus padres o suegros, lo que ha sido consecuencia de la dificultad de comprar una vivienda. “El valor de un departamento en Santiago Centro ha tenido una variación real de 140%”, sostuvo.
• Bajo su mirada se acabó el tiempo para “hacer la pérdida” por el bajo crecimiento y que se requiere de una agenda de futuro centrada en metas, para revertir una década de desilusión y mediocridad, dijo.
• “Aquí hay una responsabilidad política evidente. Esto no es circunstancial. Esto no fue espontáneo. Esto fue a raíz de decisiones políticas. No le echen la culpa al modelo”, sostuvo Urzúa, añadiendo que se requiere fijar metas que hoy están ausentes en la economía chilena y enfrentar el conformismo de crecer al 2%.

Volver a poner los patines. Urzúa en su presentación fue crítico con lo efectuado con la ley de inclusión en educación. “No pueden venir a decir que no les advertimos. Que no iba a funcionar y veamos cómo estamos hoy”, indicó.

• Más tarde, en conversación con Ex-Ante, profundizó en algunos de sus conceptos.

-¿Por qué señalaste en tu presentación que el impacto que vemos hoy en la educación tiene responsables?

-Las alertas se hicieron. Se discutió durante más de un año el impacto o no. Se hicieron las advertencias del impacto negativo que podían tener algunas de las medidas que se estaban tomando. Se hicieron seminarios y se discutió. Me parece que a 10 años de esos cambios no se debe seguir esperando para reconocer que hubo errores.

-El economista Dante Contreras señalaba que la matrícula en la universidad de los niños más vulnerables no ha bajado. 

-Con Dante tenemos un diagnóstico que es común. Ante de la ley de inclusión teníamos un problema de desigualdad. Pero lo que se hizo no eran las medidas correctas. Ahora no están los recursos y tenemos un cambio tecnológico gigantesco que va a acelerar la desigualdad. Lo que se debe hacer ahora son cambios efectivos. Eso no se hizo. Por el contrario, se vistió con una camisa de fuerza a los colegios, cayó la burocracia del Estado sobre el aula y hoy eso nos está costando caro y nos costará más hacia adelante.

-Para algunos la crisis en la educación partió con la municipalización, en 1986, ¿Coincides con ese análisis? 

-No quiero decir que pre ley de inclusión no era necesario hacer cambios al sistema educacional. Por el contrario, venía escribiendo de los problemas de desigualdad, de la falta de oportunidades, antes de eso. Pero lo realizado no era lo que había que hacer. Este es un tratamiento de conducto en la muela equivocada. Aquí se atacó el problema equivocado y ha llegado la hora de ser sinceros y tener un debate distinto. La gente que está enamorada de sus ideas que trate de abrir su corazón y escuche otras ideas porque el impacto que va a tener sobre la desigualdad va a ser gigantesco.

– ¿Qué problemas tenemos hoy en educación?

-Hoy en día tú tienes problemas de atracción de profesores, de disciplina, de ausentismo. Nada de lo que se hizo nos ayudó a resolver el problema. Se advirtió que la gratuidad en educación superior no era la solución adecuada. Puede haber tenido rédito político, pero nos cuesta miles de millones de dólares. Hay mejores formas de gastar ese dinero. En educación tenemos muchas necesidades de atacar problemas en primera infancia, donde los niños tienen retrasos de socialización, de comunicación. Después, en la básica, retrasos de lectura, problemas de salud mental, y eso cuesta mucho dinero.

-¿Cuál fue el resultado de sacar los patines? 

-Creo que estamos en ese proceso todavía. Seguimos y hay mucha gente que sigue negando que aquí se cometieron errores. Mientras no seamos sinceros respecto de lo que ocurrió, esto no va a cambiar. Fue un proceso lento que ha significado en la práctica menos libertad de enseñanza, no con mejor gestión, sino con mayores recursos públicos, y no con un sistema educacional mejor. Cuando vemos las estadísticas en materia de inclusión, la segregación sigue igual.

-¿Qué se puede hacer?

-Hay que volver a encantar a las familias con la educación. Es una cuestión básica, pero las familias producto ya sea de la delincuencia, de la violencia, de la indisciplina, después de lo absurdo que fue el cierre del colegio en pandemia, -Chile con récord mundial-, dijeron voy a estar distante del colegio. Eso explica el ausentismo escolar, la inasistencia, que los niños de primero básico no vayan al colegio. Eso no pasaba en Chile antes. Hay que tener un sistema educativo que vuelva a convencer a las familias de que es importante que se eduquen. Y no, seguimos defendiendo las cosas, pero estamos en otra parada. A mí me parece que eso es central.

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