¿Qué se vota el 4 de septiembre? Por Juan Luis Ossa

Historiador e investigador del CEP

“Es probable que la mayoría de los convencionales entienda por democracia poco más que la voz del más fuerte y que, por tanto, lo verdaderamente “democrático” esté siempre supeditado a su propia concepción de la vida social y política. De ser así, me temo que estarían caminando peligrosamente por la cornisa de la arrogancia; esa que maldice a la tradición constitucional chilena y que sostiene, sin mayor base empírica, que los últimos treinta años son una sumatoria de abusos, males y atrocidades”, señala el historiador.


A estas alturas parece obvio, pero vale la pena recordarlo: el 4 de septiembre se nos preguntará si aprobamos o rechazamos el texto constitucional propuesto por los convencionales, es decir, si estamos a favor o en contra de un documento que contiene principios y conceptos pensados y defendidos por un grupo de personas en un contexto determinado.

Hay razones históricas que explican lo anterior. En el “Acuerdo” del 15 de noviembre de 2019 se fijó un itinerario que terminó en la elección de 155 constituyentes, cuyo objetivo y responsabilidad fue redactar un texto que ahora deberá ser sometido a referéndum. Siempre ha existido, en ese sentido, la posibilidad de rechazar lo que se nos ofrece, por mucho que algunos quieran hacernos creer que las únicas dos alternativas son el “Apruebo” o el caos.

Para esas personas, cualquier documento emanado de la Convención será “mejor” y más “democrático” que la Constitución actual, lo que no deja de ser curioso considerando la urgencia que tiene el país de contar con un texto que sea el resultado de una buena deliberación democrática. En efecto, uno de los principales problemas de la Convención es que ha dejado muy poco espacio a la transversalidad y el disenso, dos características inherentes a cualquier ámbito deliberativo que se precie de tal.

Por supuesto, es probable que la mayoría de los convencionales entienda por democracia poco más que la voz del más fuerte y que, por tanto, lo verdaderamente “democrático” esté siempre supeditado a su propia concepción de la vida social y política. De ser así, me temo que estarían caminando peligrosamente por la cornisa de la arrogancia; esa que maldice a la tradición constitucional chilena y que sostiene, sin mayor base empírica, que los últimos treinta años son una sumatoria de abusos, males y atrocidades.

Los que así piensan (el presidente Boric, por de pronto, para quien “cualquier resultado será mejor que una Constitución escrita por cuatro generales”) están convencidos de que la historia comienza con ellos. O, más bien, con el “estallido social”, el único evento histórico recogido y reconocido por el borrador del “Preámbulo” preparado por una comisión ad hoc. Además, creen que la elección de septiembre se trata de una contienda clásica entre la izquierda y la derecha, y que lo que tendremos que decidir es el fin o la continuidad de la “Constitución de Pinochet”.

La realidad, sin embargo, es bastante más compleja, pues en el plebiscito de entrada quedó de manifiesto que las personas no piensan ni actúan en esos términos binarios; de otra forma no se explica el 80% del “Apruebo” en 2020, como tampoco que, a pocas semanas de concluir el trabajo de los convencionales, la opción “Rechazo” siga adelante en las encuestas.

¿Cómo pasamos de un primer “Apruebo” masivo y contundente a uno aguado y tibio? La respuesta hay que buscarla en la arrogancia del texto que se nos ofrece; en la idea de que el cambio constitucional tiene nombre y apellido (bastaría cambiar a “Guzmán” por “Atria” y “Barraza”); en que el futuro del país pasa necesaria y únicamente por el texto de la Convención; en la creencia, en fin, de que la salida a la crisis sólo será posible aceptando y adoptando una visión unívoca y maniquea de lo que es y debería ser la convivencia política.

No cabe duda: las mismas encuestas demuestran que Chile necesita y merece una nueva Constitución, pero que ello no puede ser a costa de la calidad de la futura Ley Fundamental. En poco más de dos meses tendremos en nuestras manos la decisión de quedarnos con lo que nos ofrece la Convención o, por el contrario, apelar al realismo político para encontrar el camino que nos lleve a la redacción de un texto que cumpla con las expectativas originales del proceso constituyente. La decisión estará, como debe ser, en manos de la ciudadanía.

Publicaciones relacionadas

Economista especialista en minería

Marzo 24, 2025

Proveedores y su rol decisivo en la productividad minera. Por María Cristina Betancour

Imagen generada por IA

Las carencias en capital humano e innovación limitan severamente la capacidad del país para transitar hacia una economía basada en actividades de alto valor y para generar empresas de clase mundial. Se requiere un entorno de innovación más dinámico, en particular, para aprovechar las oportunidades creadas por la transición energética y la economía verde.

¿Puede Johannes Kaiser llegar a la Presidencia? Por Sergio Muñoz Riveros

El ascenso de Kaiser puede favorecer las posibilidades de Evelyn Matthei de crecer hacia el centro y encarnar una perspectiva de estabilidad y gobernabilidad. El temor a una variante autoritaria, que le traiga al país nuevas convulsiones y traumas, puede beneficiar la opción de una centroderecha dispuesta a sumar amplias fuerzas en favor del orden […]

Ex-Ante

Marzo 23, 2025

Chile Vamos y su decisión de Primarias. Por Pepe Auth

Evelyn Matthei durante la proclamación de su candidatura por parte de Evópoli este fin de semana.

Hasta ahora los partidos de Chile Vamos y su candidata han enarbolado su invitación a primarias amplias de toda la derecha, más para intentar que Kast y Kaiser paguen el costo de la división opositora que por convicción y disposición real a hacerlas. Ello, para alejar la idea de la única primaria posible para Matthei, […]

Cientista Político. Libertad y Desarrollo.

Marzo 23, 2025

72 rostros en el lucrativo negocio de las pymes políticas. Por Jorge Ramírez

Tomás Jocelyn-Holt, Zita Pessagno, Karim Bianchi, Claudio Sule y Eduardo Artés son algunos de los que han presentado sus candidaturas.

El modus operandi es el siguiente: un candidato inicia su emprendimiento electoral mediante una candidatura presidencial, la que puede salir a costo cero, porque el fisco reembolsa los gastos justificados contra factura. Pero en el fondo, esta candidatura actúa como punta de lanza para la conformación de un partido político. ¿Por qué el interés de […]

Ex-Ante

Marzo 22, 2025

El baile de Boric y Jara y el compositor José Piñera. Por Kenneth Bunker

La ministra Jeannette Jara y el diputado Eric Aedo bailando en el acto de promulgación de la reforma de pensiones. Foto: Agencia UNO.

El gobierno es cortoplacista y estratégico. Nada malo en ello, siempre que sea en el contexto adecuado. Si tuvieran la misma visión de urgencia para resolver la crisis de seguridad, estarían siendo aplaudidos. Pero decidieron aplicar su astucia en lo único que podría haber esperado, e incluso haber rendido frutos a largo plazo. Podrían haber […]