El testigo clave para formalizar a Monsalve por violación

La declaración del conductor del taxi entregó antecedentes cruciales para establecer que la denunciante pidió ir a su departamento apenas subió al vehículo. Sólo cuando llegaron a éste, en el centro de Santiago, Monsalve la habría tomado, haciéndola volver al taxi y ordenado cambiar el recorrido hacia el hotel Panamericano donde se hospedaba. Un segundo elemento es que ella habría vomitado en el taxi, lo que puso en tela de juicio su capacidad de discernimiento para poder consentir a una relación sexual. Según denunció la funcionaria de Interior, no tiene recuerdos de lo ocurrido en esas horas.

Qué observar. El testimonio del taxista que el domingo 22 de septiembre transportó en el centro de Santiago al entonces subsecretario del Interior Manuel Monsalve (ex PS) y a la funcionaria de la cartera que lo denunciaría por violación, se transformó en un testimonio clave de la investigación que lleva adelante el Fiscal Metropolitano Centro Norte, Xavier Armendáriz.

• Conocedores de las diligencias explicaron que se trata de un testigo creíble, que aportó antecedentes relevantes para mostrar que la denunciante no estaba en condiciones de consentir a una relación sexual y que habría explicitado su intención de que la fueran a dejar a su departamento en el centro.
• Se trata de elementos ausentes en el relato de la funcionaria de 32 años de la Subsecretaría del Interior, que el 14 de octubre denunció haber sido violada por Monsalve, de 59, en el Hotel Panamericano, entre el 22 y 23 de septiembre.
• Según testificó la funcionaria, fue citada por Monsalve a un restaurante peruano, donde tomaron varios pisco-sours. Relató que despertó en la cama del subsecretario con signos de haber sido ultrajada y sin recuerdo de lo ocurrido la noche anterior.
• Este hecho volvió clave el testimonio del taxista, ya que permitió reconstruir la historia de esa noche.
• Monsalve anunció su renuncia el jueves 17 de octubre, en una conferencia dada en los patios de La Moneda donde dijo que demostraría judicialmente su inocencia. Su salida —comunicada sólo después de que la denuncia en su contra se filtrara ese mediodía en la prensa— generó una serie de versiones contradictorias en el gobierno respecto de cuándo se enteraron de la denuncia, por qué vía y por qué tardaron tres días en que dejara el cargo.
• La fiscalía abrió una investigación por violación a cargo del fiscal Armendáriz, otra por las filtraciones en la prensa y una tercera por infracción a la ley de inteligencia, dadas la revisión de las cámaras del hotel y de su recorrido en las horas del presunto delito, realizadas por oficiales de inteligencia a petición de Monsalve.
• A esto se suma que el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago admitió a tramitación una querella del diputado RN Andrés Celis por obstrucción a la justicia contra Monsalve, la ministra del Interior Carolina Tohá y otras autoridades.
• En este contexto es que el fiscal Armendáriz prepararía la formalización de cargos a Monsalve por delitos sexuales.
• Según publicó La Tercera, sería imputado por abuso sexual (por un beso forzado que le habría dado a la denunciante el 1 de septiembre); por violación consumada (por los hechos supuestamente ocurridos la noche del 22 de septiembre), y por violación tentada (la mañana del 23 de septiembre).

El testimonio. La declaración del conductor entregó antecedentes cruciales para establecer que la denunciante pidió ir a su departamento apenas de subió al vehículo, lo que habría reiterado en el trayecto.

• Sólo cuando llegaron al departamento, en el centro de Santiago, Monsalve la habría tomado, haciéndola volver al taxi y ordenado cambiar el recorrido hacia el hotel Panamericano donde se hospedaba.
• Según publicó La Segunda, imágenes de las cámaras del lugar mostraron que el vehículo se detuvo unos segundos y la joven intentó bajar, sin conseguirlo.
• Un segundo elemento es que ella habría vomitado en el taxi, lo que puso en tela de juicio su capacidad de discernimiento para poder consentir a una relación sexual.
• El Liberó detalló que pese a que el trayecto debía costar unos $3.000, Monsalve le pagó $20.000.
• Fuentes consultadas por este medio relataron que el taxista no reconoció, al menos inicialmente, a Monsalve, ya que éste llevaba un jockey, mismo accesorio que usó cuando habló en Viña del Mar y se reunió con sus abogados en Santiago.

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