Francisco, quien falleció hoy en la madrugada, fue el primer Papa latinoamericano, el primer jesuita y el primero en siglos que convivió con su antecesor. Revolucionó el discurso y el estilo del papado, pero despertó también tensiones internas que lo llevaron, incluso, a ser acusado de hereje.
1.- Candidato en 2005. Jorge Mario Bergoglio -quien falleció hoy en la madrugada- pudo haber sido elegido Papa en 2005. Su candidatura se elevó entonces como la carta de los sectores más progresista del colegio cardenalicio para contrarrestar la llegada al pontificado de Joseph Ratzinger. Llegó a sumar 40 votos en el segundo escrutinio.
- Sin embargo, según reveló años después en una de las numerosas entrevista que dio como Papa, fue él mismo quien frenó su avance, que sólo buscaba impedir que el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe llegara a los dos tercios necesarios para ser elegido. “No embromen con mi candidatura, porque ahora mismo voy a decir que no voy a aceptar”, le habría dicho al cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos.
2.- Un hito en la historia del Vaticano. Ocho años después, tras la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI, no pudo impedir lo inevitable. Pese a que muchos lo habían descartado de la lista de papabiles -ni el prestigioso Corriere della Sera en Italia ni Le Monde en Francia ni The Guardian en Reino Unido lo incluían entre los candidatos-, esa vez sí terminó imponiéndose.
- El momento para un Papa latinoamericano que en 2005 no había llegado, como dijo el cardenal belga Godfried Danneels al salir del cónclave que eligió a Ratzinger, sí arribo en 2013. De los 115 cardenales electores, Bergoglio obtuvo 85 votos, según reveló Gerard O’Connell en su libro The election of Pope Francis. El favorito de las apuestas, el italiano Angelo Scola, sumó sólo 20 preferencias.
- La elección del cardenal argentino como líder de la Iglesia Católico marcó un hito para la historia del papado. Jorge Mario Bergoglio no sólo fue el primer pontífice latinoamericano de la historia y el primero no europeo desde que en el año 731 fuera elegido Gregorio III, nacido en Siria: fue también el primer jesuita que llegaba al trono de Pedro y el primero en llamarse Francisco.
- “El deber del cónclave era darle un obispo a Roma y siento que mis hermanos cardenales fueron a buscarlo al fin del mundo”, dijo desde el balcón de la Basilica de San Pedro en sus primeras palabras. Una aparición donde dejó claro que no sería un papado tradicional: en lugar de impartir una bendición a los fieles, pidió a la multitud que lo bendijera.
3.- Un estilo nunca visto en el Vaticano. Los cambios, al menos en las formas, del nuevo Papa quedaron claros desde el principio. No sólo se trasladó, después de ser elegido, al hotel donde se alojaba para pagar la cuenta, vestido de blanco, sino que decidió no alojarse en los aposentos papales del Palacio Apostólico, sino que optó por seguir residiendo en la Casa Santa Marta, donde se había instalado al inicio del cónclave, la residencia para cardenales levantada al interior del Vaticano por Juan Pablo II.
- Y como recuerda Gian Franco Svidercoschi en su libro Un Papa che divide?, “a quien le preguntaba entonces por esa elección respondía que era “por motivos sicológicos”. Residió allí durante todo el pontificado e impartía misa en la capilla ubicada a un costado.
- El nuevo estilo del Papa, que contrastaba con el tradicional Benedicto XVI, atrajo la atención más allá de la propia Iglesia Católica. Se convirtió en una figura pop que motivó incluso una portada de la revista Rolling Stone.
- Fue el primer Papa que comenzó a dar entrevistas con cierta frecuencia y a mantener conversaciones telefónicas recurrentes con viejos conocidos fuera de la Curia, como la llamada a su dentista en Buenos Aires, sólo días después de asumir, para cancelar su próxima cita.
- Los cambios se dieron también a nivel de discurso, como cuando en su regreso de su vuelo a Brasil respondió “quien soy yo para juzgarlos” cuando fue consultado por los homosexuales, sorprendiendo a más de alguno en la Curia.
4.- Cambiar la estructura de la Iglesia. Jorge Mario Bergoglio no era visto como un progresista hasta antes de iniciar su ascenso al trono de San Pedro. Creado cardenal por Juan Pablo II, muchos lo consideraban más bien un conservador, o al menos representante del ala más conservadora de la Compañía de Jesús.
- Detrás de su elección en 2013, más que una apuesta por una iglesia más liberal, fue la posición de Bergoglio sobre la necesidad de cambiar la estructura de la Iglesia Católica lo que lo catapultó al papado. Su ya legendario discurso en las Congregaciones Generales, la cita previa al cónclave, donde habló de reformar la Iglesia, terminar con su estilo autorreferencial y apostar por la evangelización, fue clave para su elección.
- Como recuerda Austen Ivereigh en el inicio de su biografía sobre el Papa Francisco, Bergoglio dejó claro, desde el comienzo, donde quería poner el foco de su pontificado.
- Por ello, eligió la isla italiana de Lampedusa como el destino de su primer viaje fuera de Roma. Centro de acogida de los inmigrantes que intentaban entrar al continente europeo, Lampedusa enfrentaba entonces una severa crisis humanitaria.
- Su apuesta, dice Ivereigh, era confrontar la indiferencia y “denunciar lo que llamó ‘una cultura del bienestar que nos lleva a pensar sólo en nosotros mismos, nos hace insensible al grito de los otros’”. Fue la primera señal de la importancia que le daría al tema de la inmigración durante todo su pontificado.
5.- La doctrina: un foco de tensión. Pero si el discurso social, su crítica al sistema económico, profundizada en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium y su llamado a que la Iglesia salga de los palacios y meta “sus botas en el barro”, fueron algunos de los ejes principales de su pontificado, los asuntos doctrinales se convirtieron en el principal foco de tensión con sectores conservadores.
- En ello, la exhortación apostólica Amoris Letitae, que abrió la puerta a la comunión a divorciados y vueltos a casar en la Iglesia desató una verdadero tormenta. No sólo Francisco fue acusado de hereje, sino que un grupo de cardenales liderados por el norteamericano Raymond Burke envió una “dubia” al Papa pidiendo aclarar el texto. El impasse nunca fue superado.
- Con un Papa emérito, representante del ala más tradicional de la Iglesia Católica y considerado uno de los teólogos más lúcidos de su generación, viviendo a sólo metros de distancia, era previsible que muchos lo vieran como la contracara de Francisco.
- Los prelados más conservadores, acostumbraban visitar al renunciado Pontífice para expresarle sus preocupaciones por el rumbo de la Iglesia. Ratzinger, sin embargo, se limitaba a decirles que rezaran. Según reveló el secretario de Benedicto XVI, George Gänswein, alejado luego por Francisco del Vaticano, Ratzinger siempre evitó hacer juicios sobre su sucesor, aunque reconoce que “a la sensibilidad teológica de Benedicto XVI le sonaron extrañas algunas expresiones de Francisco”.
6.- Críticas a la Curia. Si los temas doctrinarios tensionaron su relación con los sectores conservadores, su discurso contra la Curia y el carrerismo clerical desató una verdadera crisis al interior de los muros vaticanos.
- Muchos obispos y cardenales cambiaron sus hábitos para evitar ser criticados por su estilo de vida y varios se mostraban molestos por el tono de las recriminaciones del Papa.
- Francisco además comenzó a rodearse de lo que algunos denominaron como “el círculo de Santa Marta”, un grupo de leales, muchos de ellos argentinos, que se convirtieron en el verdadero centro de poder.
- “La Curia no es una estructura esencial”, dijo en 2015 el ahora cardenal Víctor Manuel Fernández, uno de los prelados más cercanos a Francisco.
- Como escribe el periodista italiano Massimo Franco, autor de Il Vaticano secondo Francesco y L’enigma Bergoglio, el Papa Francisco “se mostró resuelto a desestructurar un modelo de Iglesia que ya estaba en crisis, pero probablemente menos a construir una alternativa”.
- Y, agrega, “en el plano del poder, adversarios pero también amigos le atribuyen un modo de actuar que no siempre coincide con su imagen pública”.
- El Francisco sonriente y llano que aparecía en sus contacto con los fieles, contrastaba con el Francisco parco y duro -más similar al que varios conocían de Buenos Aires- que ejercía con dureza la autoridad. No por nada uno de los libros más polémicos de su pontificado se tituló El Papa dictador.
- Decidido a cambiar la estructura y el estilo de la Iglesia Católica, el Papa Francisco se concentró en ello en sus primeros años de pontificado. Elaboró una nueva Constitución vaticana, aprobada recién en 2022, que puso al dicasterio de la Evangelización por sobre el de la Doctrina de la Fe, en el cambio más profundo de la curia desde Pablo VI y remeció varias de las viejas prácticas de la Iglesia.
7.- Abusos sexuales dentro de la Iglesia. Sin embargo, demoró en abordar con decisión el tema de los abusos sexuales. Si bien creó la comisión pontifica para la protección de menores en 2014, el tema estuvo lejos de ser prioritario en sus discursos en los primeros cinco años de pontificado. No fue hasta el polémico viaje a Chile, el peor de su papado, que todo cambió.
- Hasta el viaje a Chile el Papa había mantenido una posición firme en contra de los denunciantes del obispo Juan Barros. “Tráiganme pruebas”, declaró en Iquique antes de dejar Chile.
- Sus dichos, sin embargo, fueron vistos como una catástrofe comunicacional en el Vaticano, que motivaron el envío de la misión Scicluna a Chile sólo días después de que Papa dejara el país.
- El Papa reconocería luego sus errores, responsabilizaría al episcopado chileno de haberlo mal informado y recibiría a las víctimas de Fernando Karadima. Ello sumado a revelaciones sobre los abusos en Pennsylvania en Estados Unidos motivaron el giro definitivo y un año después del viaje a Chile convocó a una cita en Roma para abordar los abusos en la Iglesia.
- Desde 2019, el Papa Francisco adoptó una serie de medidas para reforzar la persecución de los abusos sexuales. No sólo en un hecho inédito expulsó del clero al cardenal y arzobispo emérito de Washington Theodore McCarrick -el primer purpurado que enfrentó esa suerte- sino que además aprobó dos Motu proprio ese mismo año donde obliga a denunciar ante la justicia cualquier caso de abuso, incluyendo los casos tanto de menores como de adultos.
- Se contempla la condena no sólo al clero sino también a los laicos que dirigen organizaciones religiosas. Una de sus últimas medidas en ese sentido fue la decisión de disolver a los Sodalicios, la organización religiosa peruana cuyos líderes fueron acusados de abusos.
8.- Asegurar su legado. Los últimos años de su papado, tras la muerte de Benedicto XVI en 2022, estuvieron marcados por los esfuerzos por asegurar su legado.
- Realizó otros dos consistorios, de los 10 que realizó durante 12 años de Pontificado -uno más de los que llevó a cabo Juan Pablo II en sus 26 años de papado- y creó 38 nuevos cardenales electores.
- Con ello aseguró que el 80% del cónclave que elegirá a su sucesor esté formado por cardenales creados por él.
- Paralelamente puso en el dicasterio para la Doctrina de la Fe a su hombre más cercano, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, y avanzó en uno de los documentos más controvertidos de su pontificado, Fiducias Supplicans, que permite la bendición de parejas homosexuales.
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