-Trabajaste 10 años en Nueva York y luego aterrizaste en Chile en el Comité de Inversiones Extranjeras, cuando el ministro era Juan Andrés Fontaine. ¿Cómo fue tu experiencia en el Estado?
-Fue una experiencia muy atractiva y novedosa. Lo central era atraer inversión extranjera y a nivel local tratar de resolver las preguntas de los inversionistas extranjeros establecidos. Además, una labor adicional era la defensa de los juicios en contra de Chile por diferendos de inversión extranjera. Recuerdo que tuvimos que hacer el ajuste de la ley del royalty: fue abrumador, pero muy entretenido.
Eso sí, me di cuenta que existe una brecha en el Estado, que se ha acentuado en la administración actual. Todos quieren estar a a cargo del tema de la inversión extranjera: ministerio de Hacienda, RREE y Economía, a quien le corresponde.
-¿Existen roces entre los ministerios en esta materia?
-Ha habido una pelea histórica entre RREE, que tiene sus argumentos para decir que está en una mejor posición para atraer inversión extranjera, y Economía, que tiene la propia agencia a cargo de eso. Idealmente, esto debiese estar a nivel de la Presidencia, pero si uno tiene que elegir una cartera es Economía y no RREE.
-¿Por qué?
-La razón es que los diferendos económicos o comerciales pueden ser adversos a la política internacional que establezca un presidente. Está dinámica de rivalidades intra ministeriales que han existido siempre, en el último tiempo se han visto totalmente exacerbadas.
-¿Crees que el ministro Grau no ha tomado un liderazgo?
-Tenemos un ministerio de Economía que no se pronuncia en materia de inversión extranjera, que ha tenido desaciertos bastante seguidos. Errores que generan impacto en el mercado. Y luego tenemos a un funcionario de segundo nivel dentro de la Cancillería que entra en curso de colisión público con los dichos del ministro de Hacienda, ni más ni menos.
-¿De qué manera eso afecta a Marcel?
-El subsecretario Ahumada opaca cualquier promesa y le resta credibilidad a cualquier asunto que el ministro de Hacienda formule en torno a inversión extranjera. Es decir, el ministro Marcel va a EEUU, va a Los Angeles, y promete un catálogo de garantías mínimas, que deben ser respetadas. Y de manera simultánea este funcionario Ahumada, manifiesta su opinión contraria a lo que dice el ministro de Hacienda. Entonces, todas estas diferencias, que son anómalas en la estructura de un gobierno, producen efectos negativos en el mercado.
-El borrador de constitución pone énfasis en América Latina y el Caribe. ¿Va contra la estrategia comercial chilena de loa últimos 30 años?
-El artículo 14 número 3 dice que América Latina y el Caribe son una zona prioritaria de Chile en sus relaciones internacionales. Esta norma nos pone en un problema: el principal comprador de productos chilenos es China. Si dices que Latinoamérica va a ser la zona prioritaria y le das rango constitucional a dicho estándar, vas a creer muchas dudas de los importadores y los inversionistas de Asia, Europa, Norteamérica, etc.
El sistema económico internacional no funciona de esa manera, sino con normas bastante igualitarias de trato. Y existen distintos compromisos internacionales que ya están adquiridos.
-A propósito de eso, el subsecretario Ahumada ha insistido en el tema de la consulta ciudadana sobre los TLC.
-Todos estos desaciertos son de la mayor gravedad. Tenemos un ministro de Hacienda que tuvo que volver a reiterar que Chile es una economía abierta al mundo, lo cual me parece bastante anómalo y detrimental para la credibilidad que tenía el ministro Marcel. No se debe olvidar que Marcel fue el economista que tenía mayor credibilidad a nivel de mercado. Pues bien, atendido a los propios desaciertos y a las distintas almas que cohabitan en el Gobierno, estamos viendo que la credibilidad del ministro Marcel cada día cae, cae y cae.
-Pero es el ministro mejor evaluado.
-Sucede que ha tenido que reiterar aquello que es obvio, y en varias oportunidades ha tenido que desdecir a otros miembros del gabinete. Eso lo desgasta. Cada vez que el ministro tiene que dar explicaciones respecto de lo que dicen otros compañeros del gabinete, que no les corresponde pronunciarse sobre temas de macroeconomía, se produce un deterioro y claramente se afecta la credibilidad del Gobierno y se afecta la credibilidad del ministro Marcel. Es muy peligroso, porque tiene efectos en el mercado, no es inocuo.
-¿La imagen de Chile se ha deteriorado?
-Las reputaciones internacionales de los países cuesta años construirlas, y toma muy poco tiempo destruirlas. Esta política de revisión de los tratados de inversión y la no accesión al TPP11, me parece que es muy compleja para un país que ha construido su política económica en base a la incorporación de inversión extranjera. Y el borrador constitucional enciende muchas alertas.
-¿Cuáles, en esta materia?
-Ha habido otros países que han labrado la senda plurinacionalista de Chile, como Bolivia. En 2008 ellos promulgaron una constitución plurinacional, que en ciertas partes es similar a la plurinacionalidad que se establece en el borrador de constitución que va a ser sometido a plebiscito. La pregunta relevante es cuál fue el efecto de esa constitución plurinacional en materia económica. El año 2008, Bolivia tenía un flujo de inversión extranjera de 3,1 puntos del PIB.
-Poco. ¿Y Chile?
-En nuestro caso, el 2008 ingresaron 10.3 puntos del PIB, tres veces más. Doce años después, con la aplicación de las leyes de la constitución, en Bolivia la inversión extranjera llegó a -3.1 puntos del PIB. Esto significa que salieron 3.1 puntos del PIB fuera del país andino. Ya no es un ingreso positivo, sino que la plata va saliendo.
-¿No son suficientes las promesas del oficialismo sobre limitar los alcances de la plurinacionalidad?
-Cuando tienes un borrador de constitución que produce tanta incertidumbre normativa, se da la situación de que si un privado le pregunta a un abogado qué pasa con el sistema de justicia indígena, la respuesta honesta sería: no tengo idea. Porque nadie sabe cómo estos sistemas van a funcionar, cuál es la ley Kawéskar sobre la propiedad, cuál es la ley diaguita sobre la tenencia territorial, nadie sabe. Y esas dudas no han sido resueltas.
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