Esta semana, el gobierno dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana o ENUSC, como es más conocida. Se trata del estudio más importante que tiene nuestro país para medir evolución de la delincuencia, con una muestra de más de 50.000 viviendas. Además de medir la victimización -es decir, cuántas personas dicen haber sido víctimas de un delito de mayor connotación social- pregunta también por percepción de inseguridad, lo que es importante ya que el temor y la preocupación que sentimos por la delincuencia en Chile es un dato que nos acompaña desde hace ya mucho tiempo. La CEP también lo decía: la delincuencia, robos y asaltos son la mayor preocupación de las personas y a lo que consideran que el gobierno debería abocarse con mayor prioridad.
La ENUSC es una herramienta de gran valor y ha probado ser una política de Estado. Salvo alguna polémica que existió el año pasado por el atraso del trabajo de campo y modificación de varias preguntas, ha sobrevivido a diversos gobiernos y su elaboración está a cargo del INE, lo que da ciertas garantías de una metodología sólida. La encuesta entrega información sobre cómo cambia el fenómeno de la victimización y este año, además, pone luz sobre qué está pasando en las comunas. En 2023 también se recabó información sobre delitos emergentes.
Pero las noticias no son buenas. La victimización se mantiene estable respecto del año anterior, con 21,7% de los hogares víctimas de un delito de mayor connotación social, y el 16,5% ha sufrido algún tipo de robo con y sin violencia, intimidación, robo de vehículos y por sorpresa. Este dato, dada la nueva agrupación de delitos que trajo el cambio metodológico, no es comparable con el 2023.
La encuesta parece confirmar con sus resultados que además de la victimización, los chilenos y chilenas se dan cuenta de que lo que está pasando es serio. Aunque baja levemente, casi 9 de cada 10 personas creen que la delincuencia aumentó en los últimos 12 meses. Al hacer un zoom geográfico los datos son más alarmantes: 76,4% cree que la delincuencia aumentó en su comuna y 5 de cada 10 encuestados estima que la situación está peor en su barrio.
Siempre se ha dicho que el temor puede estar intervenido por múltiples factores -desde los matinales hasta la experiencia de ser víctima de un delito- pero ciertamente, está influido directamente por lo que se ve. Este dato lo que dice es que las personas sienten que su entorno directo, sus calles, sus plazas y paraderos, son más peligrosos que hace un año. Es más, tan importante es esta cifra que el 65% dice haber cambiado sus hábitos en razón del temor que sienten.
La llamada cifra negra, o delitos que no son denunciados son otra cosa que hay que mirar con atención. Aunque siempre ha existido, hoy es muy alta en delitos violentos: más del 52,5% no denunció un hecho de este tipo. Podría ser desconfianza en el sistema de justicia, como han dicho algunos expertos, pero también podría ser temor a represalias o amenazas que reciben de parte de los autores de estos delitos violentos, práctica muy común en la delincuencia organizada.
Lo grave es que no lo sabemos y nos debería preocupar. No estamos hablando de la decisión de no denunciar el hurto de una bicicleta del patio de una casa sino omitir la denuncia, aunque el delito del que fui víctima haya sido violento.
Cabe preguntarse, finalmente, qué nos indican todos estos datos mirados en su conjunto. Nos dicen que en Chile tenemos una alta victimización por delitos serios y violentos, pero también por delitos menos graves como hurtos, que vivimos atemorizados al nivel de sacrificar nuestra forma de vida por miedo y, que percibimos en nuestro entorno más cercano los estragos de la delincuencia. Que no denunciamos una parte importante de los delitos que somos víctimas y que el sistema no sabe bien por qué. Que, pese a los esfuerzos y relevancia del tema en los últimos dos años, las leyes, la mano dura, los recursos gastados e invertidos seguimos estancados con cifras preocupantes de delitos y más temor, y que todos estamos más dispuestos a cambiar nuestras vidas por seguridad, porque nada parece resultar.
Pero que existan todos estos datos es relevante a la hora de tomar decisiones legislativas, ejecutivas y de política pública y deben ser usados para ello, como evidencia que oriente la toma de decisión. Sólo así, podremos esperar en un plazo razonable, que las cifras que entreguen la ENUSC sean datos positivos de comentar.
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Opinión | “Respecto de las ECOH, que han sido recientemente implementadas, también cabe preguntarse si han sido efectivas en revertir condiciones concretas que sabemos que dificultan la gestión investigativa”. Por Francisca Werth Wainer.https://t.co/TtWj8NFWyQ
— Ex-Ante (@exantecl) July 18, 2024
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