Las confesiones inéditas de Miguel Piñera tras la muerte de su hermano

Miguel Piñera, el hermano menor del ex Presidente Sebastián Piñera conversó en CHV sobre episodios inéditos de su relación con el ex Mandatario que falleció el pasado 6 de febrero en un accidente mientras volaba su helicóptero en lago Ranco. A continuación sus íntimas confesiones.

“Me llamó un amigo que estaba en Lago Ranco y me dijo “Negro, ¿tu hermano tiene un helicóptero blanco?” Yo le dije “sipo”. Me dijo que vio que se cayó un helicóptero al lago. “Supongo que no era tu hermano”, me dice. No tengo idea, compadre, le dije. Ahí empecé averiguar, era mi hermano. Fue tan inesperado, estaba viviendo un momento tan lindo”.

Sebastián, tú tienes que hacerte cargo de Miguelito. “Mi madre agonizó, tenía muchos dolores por la artritis. Y llamó a mi hermano cuando se dio cuenta que en cualquier momento se iba. Le hizo poner la mano en la biblia y le dijo: “Sebastián, tú tienes que hacerte cargo de Miguelito”. Y la verdad es que se hizo cargo de mí. Muy cariñoso, me llamaba siempre. Fue muy tierno conmigo Sebastián”.

El mito. “Me siento totalmente huérfano. Como te digo, el era mi padre y madre. Mi viejo y mi vieja se murieron hace mucho tiempo. Me llamaba día por medio y me decía “Negro, ¿cómo estay? ¿qué necesitas?” Hay un mito que decía que Sebastián me depositaba. Kramer empezó con esos chistes. Eso es un mito porque toda la vida he trabajado. Estuve en más de 30 boliches, pubs y discotecas. Recorrimos Estados Unidos en moto hace 30 años atrás, hice una campaña senatorial, canté en las dos campañas presidenciales y recorrí todo Chile con él. Anduve en ese helicóptero y compartí mucho con mi hermano. Éramos muy cercanos”.

Sebastián y la defensa del bullying. “Desde chiquititos compartíamos la pieza en la casa, él era mi compañero de habitación. Y toda la vida me cuidó. Me protegía, por ejemplo, cuando estábamos en Estados Unidos o cuando mi padre fue embajador en Bélgica. Ahí sufrí mucho bullying porque yo no hablaba francés. Entonces en el colegio en ese tiempo tenía 10 años y Sebastián era el que me defendía del bullying. Yo era el regalón de Sebastián, no tengo palabras para contar todo el dolor que tengo dentro del corazón”.

Vende el Robinson. “Mi padre era muy austero, la familia entera. Podría haber tenido el mejor helicóptero del mundo y andaba en un Robinson. Le decía siempre: “hermanito vende ese helicóptero, véndelo, véndelo”. Siempre tuve una tincada de que algo iba a pasar. Las veces que viajé con él, cuando había turbulencias y le decía “hermano concéntrate”.

Las rancheras. “En el año 89 nadie conocía a Sebastián, entonces se los presentaba a mis amigos y amigas. Les decía: “Ahí viene mi hermano Sebastián, que viene de candidato a senador más joven”. Y a él no le gustaba mucho la gente. Porque acuérdate que en el año 89 fueron años difíciles, cuando volvimos a la democracia. Y Sebastián llegaba a cantar y le gustaba cantar rancheras, cantábamos un par de cuecas.

Cuando tenía mis boliches el “Entrenegros”, el “Tutix” y en Cancún lo hacía cantar. Y mi hermanito una vez que se subía, no había como bajarlo. Era el Luis Dimas dos”.

-Pregunta de CHV: ¿Alguna vez hablaste de la muerte con él? “Muchas veces hablamos de la muerte. En el último viaje que hicimos, fuimos a Punta Cana, República Dominicana. Fuimos a pasar año nuevo todos los Piñera Morel, con todos los nietos. 14 nietos, más los cuatros hijos, éramos como no sé cuántos Piñera.

Le gustaban mucho los cruceros. Hicimos varios mares, el mar Báltico, el Adriático, hicimos Alaska, el mediterráneo muchas veces. Bueno, El Caribe, bajamos el río Nilo. Y todos los Piñera. Somos hartos, somos una familia grande nosotros. Íbamos 30 Piñera y Sebastián se ponía…”

Con Marc Anthony hasta la hora del loly. “Nos invitó a una fiesta en su casa el Presidente de República Dominicana, en Punta Cana y llegamos y estaba cantando Marc Anthony…“Voy a vivir, voy a vivir mi vida la la la…”. Cantamos juntos, nos tomamos unas copitas y enganchamos, Sebastián enganchó y terminamos con Marc Anthony hasta la hora del loly.

En ese viaje compartí mucho con él. Se iba a meter a mi pieza porque de repente como estaban todos los niños y todos los hijos, me tocaba la puerta y me decía: “Quiero estar tranquilo negro”. Acuéstate le decía y veíamos noticias y él con el celular todo el rato trabajando y ahí aprovechábamos de conversar”.

Los viajes eran terribles. “Yo siempre le tuve medio a ese helicóptero. Nadie quería subirse. Viajamos harto en ese helicóptero y cada viaje era terrible. Una vez le pedí que por favor me quería bajar. Íbamos para el norte y justo había un cerro bajito. Y le dije: Hermano, sabí que más, déjame en la punta de ese cerro. “Estai seguro negro”, me dijo. Porque no había nada. Iba Allamand y Espina. “¿Te quería bajar?”, y aterrizó. Y miré bien y le dije sabí que más, sigamos no más. No había nada alrededor”.

Competitivo. “Era competitivo a muerte. Los partidos de tenis eran a todo… y éramos parejitos. Le gustaba mucho jugar a la pelota, era comilón… yo también. Hacía todos los deportes extremos: parapente, buceando, de piloto, bueno para el caballo hombre, bueno para andar en moto, salíamos en bicicleta. Hacía todos los deportes. Era una persona de otro mundo”.

El dolor del estallido. “A mí me dolió mucho el estallido. Creo que fueron muy crueles con mi hermano. Bueno, el Presidente Boric hizo un mea culpa ahora en el congreso. Yo se lo agradezco mucho, pero me hubiera gustado que hubiese sido en vida. Pero le agradecí al Presidente porque tuvo lindas palabras para Sebastián”.

Sin rencor. “Una de las virtudes de mi hermano es que no tenía ningún rencor. Todo lo que le dijeron y él siguió en comunicación con todos. Llamaba mucho al Presidente Boric, al Presidente Frei, a la Sra. Bachelet. Nunca hubo rencor”.

El adiós final. “Lo que agradezco mucho a todo el país, a la gente… todo el cariño y reconocimiento que le dieron en el ex congreso. Toda esa gente haciendo colas de 5 horas con el calor… ahí lo lloré todo y saludé a todo el mundo. El cariño de la gente era impresionante. Nunca pensé que mi hermano fuera tan querido.

Era muy entretenido Sebastián. Una persona tremendamente culta… Era un buen hombre, un buen hermano, un gran padre, un gran abuelo y un tremendo presidente que Chile finalmente se lo reconoció al final”.