Diciembre 27, 2022

La inmigración en Chile: amenazas y oportunidades. Por Mario Waissbluth

Ex-Ante

Si el Estado hace bien las cosas, la inmigración será una fuente de perfeccionamiento de la oferta laboral y rejuvenecimiento de la población, en un Chile con tendencia al decrecimiento demográfico. Por otro lado, recibir a los migrantes tiene una ineludible componente ética y de compromisos internacionales. Pero si el Estado no hace bien las cosas, lo que habremos logrado, y ya está ocurriendo aceleradamente, es convertir el Norte en un paraíso del narcotráfico y la delincuencia.


Una oportunidad. Como en el resto del mundo, la ola migratoria chilena no tiene parangón en su historia: en 2006 los migrantes eran 150 mil, hoy superan 1.4 millones, más del 7% de la población. Este crecimiento ha sido exponencial: su población se duplicó del 2017 a la fecha. Ellos constituyen la fuente más rápida de crecimiento demográfico, por lejos, y eso es bueno.

  • Chile se encuentra en una etapa avanzada de envejecimiento poblacional, con una baja fecundidad, situándose bajo la tasa de reemplazo (es decir, con una Tasa Global de Fecundidad menor a 2,1) desde inicios de la década del 2000 y con un bajo nivel de mortalidad, lo cual se refleja en un aumento sostenido de la esperanza de vida al nacer.
  • La concentración es eminentemente en la tres Regiones de la Macrozona Norte, donde hay más inmigrantes que en todo el resto del país sumado, incluyendo Santiago. La mitología asociada es mucha: “están llegando puros delincuentes” es la frase habitual. Sin embargo, el informe de 2020 “Inmigración en Chile: una mirada multidimensional” del Centro de Estudios Públicos (CEP) sostiene que la participación de extranjeros en delitos es más baja que la de los nacionales.

Mitos y cifras. La coautora del estudio del CEP, Loreto Cox, declaró en CNN Chile: “Existe el mito de que la gente asocia delincuencia con migración. En Chile esa asociación la hace al menos el 40% de la población y eso es algo que ha venido, según la encuesta CEP, aumentando en el último tiempo, junto con el aumento de los migrantes en Chile. Los datos muestran que no existe relación entre migración y delincuencia. Eso es puramente un mito y de hecho los extranjeros participan muchísimo menos que los nacionales en delitos, y eso ha venido bajando en el tiempo”. Sin embargo, tal estudio revela que efectivamente existe una sobrerrepresentación de extranjeros en delitos asociados al tráfico de drogas.

  • Lamentablemente, no hay cifras oficiales disponibles para 2021 y 2022, y en una de esas, la situación podría haber empeorado, tanto en delincuencia como en escolaridad, pero por ahora, no se ve que haya sustento para afirmaciones que tienen más bien un tinte xenofóbico que realista.
  • Mientras no se diga otra cosa, y no tengamos nuevos datos, se ve en realidad una oportunidad de rejuvenecer a nuestra población y mejorar la oferta laboral del país antes que una amenaza delictiva, aunque por cierto lo que está ocurriendo en el Norte es una amenaza muy preocupante, particularmente cuando la Policía, la Fiscalía, los Tribunales y el recientemente creado Servicio Nacional de Migraciones no parecen estar haciendo bien su trabajo, es decir revisar bien quiénes son los extranjeros que están ingresando, parar la inmigración ilegal e indocumentada, y expulsar a aquellos ilegales que más encima estén condenados por la comisión de delitos graves.

La visión de Insulza. A continuación y para finalizar, reproduzco una entrevista sobre esta materia que le hice al Senador José Miguel Insulza, de la Región de Arica Parinacota, donde se aclaran muchos de estos temas.

La población migrante se casi duplicó de 2017 a 2022, extremadamente concentrada en la Macrozona Norte. Según el CEP, “la representación de extranjeros en delitos es comparativamente baja, y además ha venido cayendo, excepto en delitos de drogas”. En suma, parece que el problema nacional no es tanto ni tan delictivo como se lo suele pintar en los medios… excepto en el Norte. ¿Es correcta esa percepción?

Efectivamente, el problema es mucho más severo en el Norte, donde hay 1100 km. de frontera completamente porosa. Es absurdo que, en total, haya 29 Carabineros para vigilar la frontera de toda la Región Arica-Parinacota. Claramente se han generado severos problemas de criminalidad y tráfico de drogas en esta Región y en todo el norte.

Recientemente, se legisló para crear el Servicio Nacional de Migraciones, en lugar del Depto. de Extranjería, supuestamente para robustecer esa institucionalidad y darle más recursos. ¿Se logró el propósito? ¿Cuenta ese Servicio con los recursos necesarios como para abordar la avalancha reciente de migrantes?

Con esto pasó lo mismo que con las Concesiones en su momento. Ante el enorme aumento de proyectos que hubo, se decidió crear la Coordinación de Concesiones… pero el presupuesto se mantuvo. Este fue el verdadero origen del MOP Gate. Con Migraciones se ha hecho lo mismo, se convirtió ese departamento en un Servicio, pero el incremento presupuestal fue mínimo en comparación con la triplicación de los flujos migratorios. La crisis ya está con nosotros.

Supuestamente, los migrantes ilegales e indocumentados que cometen delitos deben ser expulsados. Sin embargo, da la impresión (por los medios) de que ni la Fiscalía ni los Tribunales hacen cumplir la ley en esta materia. ¿Es así? ¿Cuáles serían sus recomendaciones?

La ley dice que hay que expulsar a los indocumentados, que son una enorme cantidad, pero hoy no hay forma de hacerse cargo de esos volúmenes. Creo que la Fiscalía ha hecho una buena tarea, al menos en mi Región, con un buen manejo de datos digitales, lo que llevó por ejemplo al éxito de capturar al grupo narco Tren de Aragua. Pero con los Tribunales las cosas no andan bien y las expulsiones son mínimas. Habría que proceder a la brevedad posible a empadronar a todos los extranjeros indocumentados, con datos biométricos, para poder comenzar a regularizar las situaciones que lo ameriten. Asimismo, hay que mejorar la cooperación internacional para pedir antecedentes en los países de origen. Por ejemplo, ya está obsoleto permitir que los colombianos puedan ingresar sin visa, solo con su cédula de identidad.

Usted ha propuesto que el control de migraciones en el Norte sea llevado a cabo con la participación del Ejército, como ocurre por ejemplo en otros ámbitos con la Marina. ¿Podría darnos sus razones? ¿Por qué el gobierno rehúsa hacerlo, si sus razones son las correctas?

He propuesto que sea el Ejército quien la controle, como lo hace hoy la Marina en los puertos y la costa. El gobierno lo aceptó recientemente, han recomendado decretar la frontera norte y sus caminos de acceso como infraestructura crítica, permitiendo así la actuación de las FFAA por medio de decretos temporales. Pero en el largo plazo, habría que dar este permiso de manera permanente. No veo razón para no hacerlo.

Por último, y en suma, a la vista de esta creciente “marea migratoria”, ¿cuáles serían sus proposiciones fundamentales en materia de política migratoria y más en general, de trato con los inmigrantes en Chile.?

Como ya dije, son varias: a) empadronar a todos los extranjeros indocumentados, b) dar los recursos necesarios a todas las instituciones involucradas, de manera realista por el enorme volumen de trámites requeridos, c) activar la colaboración internacional, pidiendo certificados de antecedentes a los países de origen si no los trae el migrante, y d) darle al Ejército, ojalá de manera permanente, la vigilancia de la frontera en la macrozona Norte.

  • Hasta aquí la entrevista. En suma, si el Estado hace bien las cosas, como las que propone el Senador Insulza, la inmigración será una fuente de perfeccionamiento de la oferta laboral y rejuvenecimiento de la población, en un Chile con tendencia al decrecimiento demográfico. Por otro lado, recibir a los migrantes tiene una ineludible componente ética y de compromisos internacionales. Pero… si el Estado no hace bien las cosas, lo que habremos logrado, y ya está ocurriendo aceleradamente, es convertir el Norte en un paraíso del narcotráfico y la delincuencia.

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