Jorge Schaulsohn: “Si Boric no empieza a manejar las expectativas, puede haber una tremenda frustración”

El abogado Jorge Schaulsohn, expresidente de la Cámara de Diputados, dice que ha visto pasar muchos gobiernos, pero nunca uno que haya despertado tanto entusiasmo como el de Boric. Que está convertido en  un fenómeno  y que debiera bajar las expectativas: “El de Apruebo Dignidad es un programa que Chile no puede pagar. Tendría que subir los impuestos de tal manera que terminaríamos en una recesión económica, en una crisis de inversión, fuga de capitales, inflación desatada”.

-¿Te ha sorprendido la faceta de Boric como presidente electo?

-Sí. Me sorprende la rapidez con la que él se ha transformado  y ha sido capaz de asumir con bastante naturalidad el rol de presidente electo. La conversación que tuvo con Sebastián Piñera es un ejemplo: él se puso en una postura muy correcta, asumiendo su papel sin hacer concesiones políticas, pero manteniendo un ambiente de fraternidad. Demostró una enorme madurez. A pesar de ser joven, se ha manejado muy bien, lo que demuestra que está donde está porque tiene un talento especial, no es una persona común y corriente.

-Las señales que ha dado, ¿te parece que hablan de una moderación real?

-Hay una confusión en este punto. Boric no es un político de centroizquierda, él forma parte de una izquierda radical. En el sentido de que es una izquierda que está a la izquierda de la socialdemocracia. Por mucho que manifieste un apego y un respeto al estado de derecho, que esté cumpliendo con todos los rituales republicanos, no significa que ha dejado de ser lo que siempre ha sido. Y eso no va a cambiar.

-¿La clave es si logra ampliar su base de gobierno?

-Claro. Podríamos vernos abocados a un escenario donde habría una coalición ampliada, si se materializa lo que se está conversando con los partidos de la vilipendiada exConcertación. Y ese es un animal muy distinto al de la primera vuelta.

-¿Habría un cambio fundamental?

-Sería un gobierno de cooperación con otros partidos, no un gobierno de una coalición. Para el PC su cuota de poder se haría más líquida, porque tendría que compartirla con otros partidos que son igualmente históricos y que tienen su tradición,  como  es el PS. Entonces, si eso llegara a materializarse podríamos decir que hay un cambio de escenario. Que sería mucho más promisorio para el país que si fuera solamente el gobierno de Apruebo Dignidad (AD).

-¿Eso debería expresarse en el gabinete?

-Naturalmente. Hay dos posibilidades: una cosa es incorporar figuras históricas que representan al PS, como Carlos Montes, Paula Narváez. Pero no se produce un cambio cualitativo. La coalición sigue siendo Apruebo Dignidad. Otra cosa muy diferente es si los partidos políticos, algunos o todos lo que fueron parte de la Nueva Mayoría y de la Concertación, se incorporan al gobierno.

-El de Boric se ha comparado con un gobierno de transición.

-Este es un gobierno que va a hacer una transición entre la actual constitución y la nueva. En una primera fase el gobierno necesita administrar  el poder bajo la actual constitución vigente, que le impone muchas limitaciones. Pero va a haber una segunda fase bajo el imperio de la nueva constitución, en el entendido que se aprueba, en que  el gobierno va a tener mucha manija para poder implementar su programa, lo que yo llamaría el programa original.

-¿Por qué? ¿Depende de lo que decida la Convención?

-Porque hay mayoría de izquierda  y van a desaparecer los quórums calificados, lo que se facilitaría enormemente la posibilidad de construir mayorías simples en el Congreso para aprobar sus proyectos de ley. Porque  supuestamente se va a modificar el concepto de propiedad y del rol sacrosanto que la actual constitución le da al sector privado, se van a levantar las restricciones para que el estado pueda incursionar en actividades empresariales. Se va a terminar con el derecho a elegir entre un sistema público o privado de salud. Se va a terminar con el  control preventivo de constitucionalidad del TC,  si es que sobrevive el TC.

-¿Qué consecuencias política tendría?

-Todas estas cosas van a cambiar la cancha en la cual va a jugar el gobierno. Va a tener muchas más posibilidades de hacer lo que el gobierno se ha planeado hacer desde el principio. Hay una transición entre una etapa de administración a una segunda fase en que la legalidad está del lado del programa de Boric. Porque la Constitución se va a hacer a la medida de Boric.

-¿Qué consejo le darías al presidente electo? ¿En qué debe enfocarse?

-En este momento él es un rock star, es un fenómeno nunca visto en Chile. Donde va, la gente le pide fotos,  se aglomera para saludarlo, es como un artista de cine. El entusiasmo que he observado en la calle, las esperanzas que ha desatado, son extraordinarios. Entonces, si Boric y sus colaboradores no empiezan a manejar las expectativas, en unos años más puede haber una tremenda  frustración. Y entonces  cambiará la forma  de transitar en la calle, porque la gente no se juntaría para saludarlo sino para insultarlo, por no cumplir las expectativas. Ese es el gran desafío del gobierno de Boric, manejar las expectativas. Y no ha empezado a hacerlo todavía.

-Aparte de eso, ¿el principal foco de su gestión debería ser la economía?

-Por supuesto. Hay una cosa que hay que poner sobre la mesa. El programa de AD es un programa que la República de Chile no puede pagar. Tendría que subir los impuestos de tal manera que terminaríamos en una recesión económica, en una crisis de inversión, fuga de capitales, inflación desatada. Cuando uno va al cajero automático y quiere un millón, pero tienes 200 mil, no puedes sacar un millón. Ese es un dato de la causa.

-Una señal relevante es el ministro de Hacienda. ¿Qué perfil debería tener?

– Cualquiera que sea va a terminar siendo el enemigo público número uno, porque todo el mundo le va a echar la culpa de que no se puedan hacer las cosas. Le va a pasar lo que a Velasco en el gobierno de Bachelet 1, que lo terminó criticando la propia Nueva Mayoría. Era el fusible. El ministro de Hacienda es un tacaño, porque está atornillado al revés, era lo más suave que decían.

-La economía no es una ciencia exacta, pero requiere de un alto rigor técnico. ¿Eso lo tienen internalizado en AD?

-No creo. El PC y el FA tienen una convicción muy profunda de que todo se puede resolver por la política. Y el propio Boric lo dejó ver cuando hizo declaraciones, de las cuales pienso que se arrepintió, a raíz de la caída en la bolsa: dijo que no puede haber presiones.

-¿No entiende cómo funcionan los mercados?

-Eso refleja no entender nada  de economía.  Hay un sector de la izquierda que cree que todo es político: que los empresarios sabotean, que el mercado  está formado por personas de ultraderecha, que pueden hacer perder valor a sus acciones para crearle problemas a un gobierno que no les guste.

-¿Eso es populismo?

-Uno puede decir que lo que propone Apruebo Dignidad es populismo, es cierto, porque lo que proponen no se pueden llevar a la práctica. Pero el aspecto central, a mi juicio, es que la extrema izquierda piensa que la economía también es política, cuando en realidad corre por un carril separado y tiene sus reglas que son implacables.

-Salvo las tensiones con el PC por el ingreso o no del PS al gobierno, ¿la coalición se ha mantenido ordenada?

-Creo que sí. Están muy asustados, porque este monstruo que han creado se los puede fagocitar el día de mañana. En el fondo su éxito les tiene que preocupar: no pueden defraudar a la gente.

-¿Quién es el monstruo?

-El nuevo gobierno, que  es un fenómeno. Pero tiene que consolidarse en el poder. Hay un compás de espera hasta que se dicte la nueva constitución. Hasta eso, deben mantener controladas las expectativas, y el fervor popular volcarlo en una presión política ante la Convención que garantice que se va a aprobar en el plebiscito de salida. Esa es la llave maestra.