El punto de partida. Se remonta a fines de los años 90′, cuando, tras el final de la Guerra Fría, la OTAN -alianza militar entre Europa Occidental y EEUU, creada en 1949- empieza a expandirse hacia el este e integra a países de Europa Oriental tras el colapso de los regímenes comunistas en esos territorios y la ex Unión Soviética.
La OTAN prometió el 2008, sin dar plazos, que en el futuro Ucrania y Georgia, ex repúblicas soviéticas, serían admitidas como integrantes de la alianza militar, pese a las reticencias de Alemania y Francia, que no querían provocar reacciones hostiles de Moscú. El anuncio provocó fuerte molestia del gobierno ruso. Varios analistas estadounidenses, como Thomas Friedman, del New York Times, han señalado -sin justificar las acciones de Putin- que Estados Unidos y la OTAN fueron en extremo temerarios al expandir la alianza militar a la antigua esfera de influencia soviética.
El ascenso de Putin. La reacción rusa empezó con el ascenso al poder de Vladimir Putin en Rusia en 2000, quien inició una lenta y sostenida recuperación de las capacidades militares de su país. Putin -empeñado en reconstruir el área de influencia de la ex URSS- considera la expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas como una “amenaza existencial” para su nación. En la primera década de este siglo, el Kremlin buscó desestabilizar a los gobiernos pro-occidentales en Ucrania y el Cáucaso. El 2008 realizó operaciones militares contra Georgia y el 2014 contra Ucrania con la anexión de la península de Crimea, donde está instalada la principal base naval rusa. A medida que crecía su capacidad militar, sus amenazas se hicieron mas fuertes. Putin insiste en que Ucrania y Bielorrusia, histórica y culturalmente, son parte de Rusia.
Las turbulentas relaciones Moscú-Kiev. Desde la primera década de este siglo el conflicto se ha traducido en la alternancia en el poder en Ucrania de presidentes pro occidentales y aliados de Moscú. Bajo presión de Rusia, el gobierno ucraniano se retiró el 2013 de un acuerdo que podría allanar el camino para su ingreso en la Unión Europea. Esto provocó disturbios y la caída de Viktor Yanukovych, aliado del Kremlin. La pugna se fue intensificando en los años siguientes con la anexión de Crimea, el conflicto militar entre los separatistas pro-Moscú y el ejército en el este de Ucrania; y por la retomada de la ofensiva de Kiev para ingresar en la OTAN.
El momento escogido para invadir. Hace tres meses, en noviembre, Putin concentró más de 100.000 efectivos en la frontera con Ucrania. Y en diciembre presentó a la OTAN una serie de “demandas de seguridad”, entre las cuales estaba un veto permanente al ingreso de Ucrania a la alianza. Pero aquello era solo una parte de los objetivos del país. Putin cita una promesa -hecha por el entonces secretario de Estado James Baker a principios de los 90′, tras el fin de la URRS- de que el límite de la OTAN sería la entonces Alemania recién reunificada. Washington niega que haya existido esa promesa.
Para Putin, las fuerzas de la OTAN y de EE. UU. deberían abandonar los países de Europa del Este y suspender los ejercicios cerca de las fronteras rusas. Los analistas ven en esto una forma de que Rusia haga “oficial” su condición de potencia, con el reconocimiento de que las ex repúblicas soviéticas en Europa son su área de influencia, más allá de que muchas de esas naciones estén alineadas con Occidente. La OTAN y EE.UU. respondieron en forma negativa al pliego de Putin.
Tras varios encuentros entre Putin, el estadounidense Joe Biden y líderes europeos como el francés Emmanuel Macron y el alemán Olaf Scholz, el diálogo se interrumpió el pasado lunes, cuando el Kremlin reconoció la independencia de las autoproclamadas repúblicas separatistas en el este de Ucrania, Donetsk y Lugansk. Al día siguiente, Washington y la Unión Europea anunciaron sanciones económicas contra Rusia. Hasta que este viernes vino el ataque y la invasión.
Para algunos analistas, un factor importante en el momento escogido por Putin tiene que ver con las diferencias que se venían observando entre Washington y países europeos sobre la forma de enfrentar a Moscú. Hasta ahora, sin embargo, lo que se ha visto es una reacción muy unida de EEUU con la Unión Europea.
Las opciones de Moscú tras la invasión. Según el portavoz del Kremlin, para detener la guerra se requiere que Ucrania se declare neutral, renuncie a la membresía en la OTAN y desmilitarice su territorio. Al mismo tiempo, Moscú tiene cartas bajo la manga: las sanciones económicas de Occidente pueden responderse cortando el suministro de gas natural a Europa. El Kremlin ha intensificado sus lazos con China, que también enfrenta disputas con EEUU, pero aún no está claro hasta qué punto China apoyará la ofensiva, que afecta a uno de los pilares de su discurso internacional, en línea con la defensa de la soberanía y la integridad territorial de estados.
Energía, la debilidad de Europa. Alemania depende del gas ruso, como casi todos los 27 países de la Unión Europea. Pero la suspensión de la concesión de licencias del gasoducto Nord Stream 2 -un proyecto de US$11.350 millones de dólares- mostró que Berlín está dispuesta a pagar un alto costo para contener a Putin. El Nord Stream 2, que se concluyó en septiembre, fue construido para suministrar gas ruso a Europa a través del mar Báltico. Tiene 1200 kilómetros y transporta gas desde la costa rusa cercana de San Petersburgo hasta Lubmin, en Alemania.
Los vínculos históricos entre Rusia y Ucrania. Se remontan al siglo IX, un legado que Putin suele invocar cuando argumenta que Ucrania está vinculada a Rusia. Ucrania formó parte de la ex Unión Soviética y fue un territorio estratégico de ese país, con una importante industria agrícola y puertos en el Mar Negro. “Estoy seguro de que la verdadera soberanía de Ucrania solo es posible a través de la asociación con Rusia”, escribió Putin en julio. “Juntos siempre hemos sido y siempre seremos mucho más fuertes y exitosos. Porque somos un solo pueblo”.
Según un censo de 2001, más del 50% de la población de Crimea y Donetsk identificaron el ruso como su idioma nativo (Ucrania no ha realizado ningún censo más recientemente). Putin afirma estar defendiendo los derechos de los habitantes de habla rusa de estas regiones.
En un discurso el lunes 21, Putin dijo que “Ucrania nunca ha tenido la tradición de un estado genuino”, que “fue creada en su totalidad por la Rusia comunista” y atribuyó a Lenin la “autoría” del país.
Una lección para el “patio trasero”. La ofensiva contra Ucrania también reflejaría las preocupaciones del Kremlim con lo que considera intentos occidentales de desestabilizar ex repúblicas soviéticas aliadas de Moscú. Un caso es Bielorrusia, donde se registraron multitudinarias protestas el 2021 contra el régimen de Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994 y acusado de cometer fraudes electorales sucesivos. También el año pasado ocurrieron fuertes protestas contra el gobierno de Kasajistán, encabezado por otro aliado de Rusia.
Tras el receso de vacaciones, el Partido Republicano presentará el libelo contra la ministra de Defensa por la fallida compraventa de la casa de Allende. La iniciativa será apoyada mayoritariamente por Chile Vamos y en Demócratas están abiertos a estudiarla. En el gobierno hay preocupación y han realizado un intenso lobby con los parlamentarios.
Autor de numerosas casas, oficinas, centros deportivos, capillas, edificios, Gonzalo Mardones (69 años) es uno de los arquitectos chilenos más reconocidos de su generación. En esta entrevista expresa su decepción ante el manejo de la ciudad que han hecho diferentes gobiernos. “Es la ciudad, sin duda, la solución a casi todos nuestros grandes problemas”.
En la administración Boric están conscientes de que la extradición de “El Turko”, sindicado como uno de los líderes de la operación que terminó con el homicidio de Ronald Ojeda, es altamente improbable, dado que es perseguido por delitos investigados por la justicia de Estados Unidos.
La vocera (s) Cardoch dijo que “yo no recuerdo en ningún momento que haya habido enfrentamiento directamente con Carabineros”, respecto a la relación de su sector con la policía. La afirmación es desmentida por numerosas declaraciones e imágenes sobre el rol de las actuales autoridades tras el estallido.
“No ha habido nunca una decisión de mover la estatua de Baquedano”. Así de tajante fue Felipe Gallardo, del Consejo Nacional de Monumentos, al salir de la reunión de esta mañana que se realizó para aclarar los supuestos “malentendidos” surgidos a partir de la información que entregó en febrero la propia Subsecretaría de Patrimonio en […]