La irrupción de Yasna Provoste abre un nuevo escenario a la ex Concertación al convertirse en una carta competitiva tanto para la izquierda representada por Daniel Jadue como para la derecha encarnada por Joaquín Lavín. Un escenario que retrotrae a lo ocurrido en el sector el 2005, cuando Michelle Bachelet se cruzó en el camino de Soledad Alvear. Solo que ahora las candidatas de la DC y el PS están en posiciones distintas.
Un escenario inesperado. Hace algunas semanas, pocos hubiesen imaginado que la largamente ninguneada ex Concertación, recién derrotada en la elección de constituyentes, volvería a respirar en la arena presidencial. Menos factible parecía una eventual recomposición concertacionista cuando, luego del estallido social, oliendo la derrota cultural de su narrativa sobre la política de los acuerdos a manos de la izquierda comunista y frenteamplista, muchos de sus líderes renegaron culposamente de su historia, abrazando el cuento aquel de “no que eran 30 pesos, sino 30 años”.
¿La repetición del 2005? Este escenario esperanzador para la centro izquierda, que ahora cuenta con dos candidatas -Provoste y Narváez- de seguro retrotrae al sector al año 2005, cuando en las postrimerías del gobierno de Ricardo Lagos la entonces Concertación debatía su proyección en el gobierno entre dos opciones. También esa vez se trataba de dos mujeres, una Soledad Alvear, militante DC, la otra PS, Michelle Bachelet.
En “Los inocentes al poder” (Editorial Taurus, 221 páginas), el académico Daniel Mansuy diseca la trayectoria de la generación del FA desde sus inicios hasta la llegada al poder. El también escritor atribuye los grandes tropiezos del FA a su inocencia, que se funde y confunde con un narcisismo moral que todavía no han logrado […]
En medio de críticas a la gestión de su campaña, Matthei optó por disolver el grupo de 11 voceros que anunció a fines de abril. Alcaldes y parlamentarios dejarán las vocerías y el comando evalúa un nuevo modelo post primarias, más centralizado y estructurado.
Siempre habrá movilizaciones y protestas -no sólo si gobierna la derecha-, y estará latente la posibilidad de que en algún momento converjan en algo masivo. Pero apostaría que difícilmente se darán las condiciones para excesos de violencia, por el descenso vertiginoso del apoyo social a todo lo que signifique desafiar el orden público.
La ex ministra del Trabajo ha intentado imprimir un sello de mayor moderación a su campaña, ante lo cual fichó a la senadora Alejandra Sepúlveda y la ex ministra Laura Albornoz, ex militantes de la DC, mientras abrocha apoyos en sectores vinculados al FA, como el alcalde de Puente Alto y el gobernador por Valparaíso. […]
Gonzalo Müller, director del Centro de Políticas Públicas de la UDD, sostiene que en las primarias se ha visto polarización. “La primaria instaló el resurgimiento del discurso de la izquierda del tiempo del estallido y de la convención. Un tufillo a octubrismo volvió a dominar la escena”, dice.