Octubre de 2019 sólo le puso el punto final a una narrativa hegemónica centrada en el crecimiento económico, la meritocracia y la focalización, que venía desacreditándose hacía mucho y que los propios narradores no quisieron aceptar. Prefirieron desentenderse del relato emergente y seguir mirando el coeficiente Gini.
El relato meritocrático. Según el coeficiente Gini, herramienta utilizada para medir la concentración de las rentas dentro de un país, en los últimos 30 años la desigualdad de ingresos se ha reducido en Chile. De acuerdo al Banco Mundial, si en 1990 la transición partió con un Gini en torno a los 0,57 puntos, la tendencia a la baja se mantuvo hasta 2017, llegando a los 0,44 puntos (0 es total igualdad y uno desigualdad máxima), estabilizándose por debajo de 0,47, al menos hasta 2019.
Movilidad en reversa. Pero la tendencia se detuvo. Por más que la clase política siguió ofreciendo crecimiento por votos, la burbuja del crecimiento alto y sostenido estalló dejando a una clase media desamparada, sin derechos universales ni garantías estatales, y con una economía incapaz de proveérsela. En el intertanto, quienes habían salido adultos de la pobreza se encontraron de frente con la llegada de una vejez en la que tendrían que sobrevivir con pensiones de hambre, de vuelta a la experiencia de la pobreza. Una movilidad social en reversa.
La medida apunta contra migrantes de Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua que habían sido acogidos en Estados Unidos bajo un programa implementado durante el gobierno de Joe Biden. Desde el próximo 24 de abril, estos inmigrantes pueden ser arrestados y deportados.
Luis Eduardo Thayer atribuyó a temas logísticos, como la falta de impresoras en Colchane, la tardanza en la implementación del acuerdo de reconducción de migrantes irregulares que el Gobierno suscribió en diciembre con Bolivia. En el Ejecutivo dan por hecho que el proceso comenzaría esta semana, pese a la demora de más de 2 meses.
Según informa The New York Times, el borrador divide a los países en tres grupos para controlar el ingreso de sus ciudadanos: Rojo, naranjo y amarillo. A 11 países -entre ellos, Cuba y Venezuela- la propuesta es que haya una suspensión total de visas.
El condenado, un hombre de 69 años que cometió un doble asesinato en 2001, prefirió ese método, que no se había usado desde 2010 en el país, en vez de la silla eléctrica o la inyección letal. Solo cinco de los 50 estados de ese país permiten el fusilamiento como forma de ejecución.
El incidente, que ha desatado alarma en Estados Unidos, ocurrió esta madrugada a solo una cuadra de la sede presidencial norteamericana y terminó con el hombre herido y trasladado a un hospital. Al momento del tiroteo, el Presidente Donald Trump se encontraba en su casa de Mar-a-Lago en el estado de Florida.