El último apaga la luz. Por Alejandro Fernández Beroš

Gerente de estudios de Gemines Consultores
Crétito: Diego Ibacache / Flickr

Los proyectos de inversión privados, para recuperar rentabilidad y acortar los tiempos hasta su puesta en marcha requieren que se revise desde cero la normativa de evaluación y permisos y que haga posible acortar los plazos de aprobación promedio a no más de 3 años desde los 10 o más actuales. Guerra a muerte a la burocracia debiera ser un lema de campaña en las próximas presidenciales.


Desgraciadamente lo que señala el título de esta columna sucedió involuntariamente. El gigantesco apagón de cobertura casi nacional del 25-F es un recuerdo más de las consecuencias de tener una infraestructura cada vez más precaria. Sin descartar que haya parte o mucha responsabilidad de la empresa encargada de la transmisión, es obvio que el extraordinario incremento en la producción de electricidad en el norte del país, que en su momento llevó a conectar el SING y el SIC con el tramo Cardones-Polpaico, pero con una demanda concentrada en la zona central, hace necesario reforzar la transmisión eléctrica.

La línea Kimal–Lo Aguirre, que resolvería este problema, estaría terminada con (mucha) suerte en 2029, con un atraso de muchos años desde que comenzó a incluirse en el Plan de Expansión de la Transmisión en 2018 y que enfrenta la dantesca tarea de obtener casi 5.000 permisos (nadie en su sano juicio puede decir que esto es razonable).

Este es nada más que el último ejemplo de muchos en que como consecuencia de la legislación o el entusiasmo militante de los funcionarios encargados de la aprobación medio ambiental retrasa proyectos eternamente, o directamente los obliga a ser retirados. Es el caso del sector salmonero, proyectos mineros (tierras raras, Dominga) y de hidrógeno verde, entre otros, con la aprobación cómplice de muchos funcionarios del gobierno actual que pretendió, en la Convención Constituyente, instalar una constitución que elevaba a virtud la pobreza y el decrecimiento.

Más allá de los proyectos productivos específicos que se ven demorados por muchos años o indefinidamente y de sectores que van en franco retroceso, como el forestal, la insuficiencia de infraestructura, de primer nivel hace 20 o 25 años, hoy está copada, obsoleta o insuficiente y que debería ser licitada para su ampliación y gestión por empresas privadas con todos los permisos aprobados.

Pero los proyectos de inversión privados, para recuperar rentabilidad y acortar los tiempos hasta su puesta en marcha requieren que se revise desde cero la normativa de evaluación y permisos y que haga posible acortar los plazos de aprobación promedio a no más de 3 años desde los 10 o más actuales. Guerra a muerte a la burocracia debiera ser un lema de campaña en las próximas presidenciales.

Todo esto se reduce, finalmente, en generar condiciones para crecer más rápido después de una década en que la acción política, desde el gobierno o desde la calle, ha buscado consciente o inadvertidamente, lo contrario, tanto por medidas específicas o por debilitamiento del edificio institucional del país cuyas bases están muy socavadas, especialmente, desde la asonada de 2019, paro también desde antes y después de esta fecha.

Crecer no solo ayudaría a resolver los problemas sociales y económicos de quienes luchan por sobrevivir y aspiran a una vida mejor para ellos y sus hijos, sino también a frenar el dramático deterioro en las cuentas fiscales, advertido desde hace mucho tiempo por el Consejo Fiscal Autónomo (CFA), pero también a partir de la simple observación de los Informes de Finanzas Públicas (IFP) que han mostrado, desde hace varios años, la gradual desaparición de las holguras existentes y, luego de conocerse el último informe y los resultados del Balance Cíclicamente Ajustado (BCA), la evaporación del prestigio del ministro Marcel.

En efecto, que tanto el déficit CA y el efectivo de 2024 hayan superado en un punto porcentual aquellos previstos por el propio gobierno según la reciente publicación del IFP del cuarto trimestre, resulta insólito toda vez que hasta poco tiempo todo parecía cuadrar. De hecho, el severo ajuste del gasto en diciembre y, por efecto de éste, en el trimestre final de 2024, permitió que el gasto creciera 3,5% real en el año, acorde con lo comprometido, pero después de desbocarse en la primera mitad del año. Sin embargo, la sobre estimación de ingresos se tradujo en una grosera subestimación del déficit fiscal.

Lo peor de todo es que, a tres meses de aprobado el presupuesto para 2025, las estimaciones de déficit efectivo (1,7% vs 1,0% del PIB) y cíclicamente ajustado (-1,6% vs 1,1% del PIB) superan largamente las previstas no obstante un ajuste en el nivel de gasto que reduciría su crecimiento real de 3,7% a 2,7%, de todas maneras muy elevado.

La estimación de ingresos (8,4% de aumento real) es completamente artificial, tal como sucediera en 2024. Además, los traspasos desde CORFO por US$3.500 millones en 2023-24 revelan que, aunque nada ilegal se hizo, se ha estado raspando la olla para evitar tener que recurrir a más endeudamiento público para financiar el gasto. A ello se agrega el uso de US$1.800 millones de los activos consolidados del Tesoro Público con el mismo objeto.

La conclusión es que la situación fiscal es un desastre a mediano plazo. Las proyecciones del IFP hasta 2029 indican que el logro de las metas de déficit cíclicamente ajustado requieren reducir el gasto respecto de los montos ya comprometidos para esos años y que, aunque existiera financiamiento suficiente para ejecutarlos, el crecimiento promedio del gasto en el período 2026-29 sería de 1,3% real, muy por debajo de la tendencia histórica.

Para decirlo más claramente: lo más probable es que el déficit fiscal en los próximos años sea mayor al proyectado, lo mismo que la deuda pública. Las opciones disponibles implican recortar gastos, adecuar la estructura tributaria para que favorezca la inversión (implica deshacer muchas de las reformas desde 2014) y, sobre todo, generar condiciones para que la economía acelere su crecimiento a 3,5%-4,0%, lo que es posible, aunque no fácil, pero que requiere un acuerdo político que involucre al 60% o 70% del espectro político. A comprar velas.

Para más contenido After Office, clic aquí.

Publicaciones relacionadas

Jaime Troncoso R.

Julio 8, 2025

Alejandro Micco (DC) y voto por Evelyn Matthei: “¿Y por qué no?”

Alejandro Micco.

El ex subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco (DC), se abrió a la posibilidad de votar por Evelyn Matthei en las próximas elecciones presidenciales. Micco se distancia de la candidatura de Jeannette Jara, calificando sus propuestas como populistas. “No he estado en este gobierno y menos estaría en uno encabezado por Jeannette Jara”, dice. 

Ex-Ante

Julio 8, 2025

El colapso del sistema de autoatención del aeropuerto para entrar y salir del país

Foto: Agencia Uno

El cierre de los dispositivos de autoatención instalados en el Aeropuerto de Santiago intensificaron las críticas al sistema, justo cuando el flujo de viajeros alcanzó uno de sus puntos más altos en el principal terminal aéreo del país. La PDI explicó que los 74 tótems (40 en el ingreso y 34 en la salida) están […]

Socia y gerente de Estudios en Aurea Group

Julio 8, 2025

Mandato incumplido: La deuda del Ministerio de Jeannette Jara. Por Natalia Aránguiz

Crédito: Agencia Uno

¿Qué ha hecho el Ministerio del Trabajo en estos tres años y medio para fomentar el empleo? Si la respuesta es el alza del salario mínimo, esta puede ser positiva para los trabajadores, pero no constituye una política de generación de empleo formal. La reducción de la jornada laboral a 40 horas, aunque relevante, tampoco […]

Trump anuncia arancel de 50% al cobre importado (y el golpe que podría significar para Chile)

Chile, que abastece el 36% del cobre que consume ese país, se podría convertir en el principal afectado por el anuncio de Trump. El mandatario estadounidense no especificó cuándo entrará en vigencia ni bajo qué mecanismos exactos se aplicará el arancel.

Vicente Browne R.

Julio 8, 2025

Las extravagantes observaciones de organismos públicos que debió responder el nuevo Instituto del Cáncer en 683 páginas

En la foto, el actual Instituto Nacional del Cáncer.

Mientras la infraestructura oncológica del país se mantiene en estado crítico, el proyecto del nuevo Instituto Nacional del Cáncer debió responder una serie de observaciones ambientales de entidades públicas. Entre estas se exige una descripción del sistema atrapa grasas de la cocina; señaléticas de educación ambiental en los jardines internos del recinto o la elaboración […]