“El niño y la niña no pueden esperar. A él, a ella, no se les puede responder mañana, ustedes se llaman ahora”, dijo el presidente Boric desde México, parafraseando a Gabriela Mistral, tras semanas de alarma en torno a la deserción y rezago educacional.
Días más tarde, en el corazón de la capital, dos niños exhiben desafiantes sus cuchillos. Defienden el trabajo de su madre, pero, sobre todo, exponen que la crisis es tanto más profunda. Al día siguiente, en su última cuenta pública, la defensora de la niñez no hace más que confirmarlo: si arrastrábamos una vergonzosa desidia con las y los niños vulnerables, hoy es toda una generación la que atraviesa por una crisis multidimensional.
Es bueno recordar que la infancia fue lo que primero reveló al presidente que hoy conocemos. El 2018, el entonces “niño terrible” de la política – junto a la exdiputada Natalia Castillo- en contra de los propios en el Frente Amplio, aceptaron la invitación del presidente Piñera a formar parte de la Comisión por la Infancia.
En ese momento no era fácil predecir que se trataba de un político genuinamente rebelde, capaz de tender y cruzar puentes, que no se ata a lo que alguna vez dijo o hizo, que es tan fiel a sus convicciones como a las dudas que las resguardan. Y en medio de los vaivenes y símbolos que el presidente maneja con destreza, quizás el más permanente ha sido su genuina conexión con la niñez. Y es que, como quizás muchas veces hizo con sus hermanos pasajeros, cuando el presidente se inclina para mirar de frente a las y los niños, sus ojos denotan la ternura que la sociedad les debe.
Es tiempo de pasar de la mística a la práctica. La niñez y el gobierno lo necesitan.
Como pocos desafíos actuales, éste no requiere entrar con algo nuevo al pantano del congreso. En parte porque las reformas ya presentadas- tributaria y de pensiones- así como los anuncios sobre Sistema Nacional de Cuidados, incorporan una perspectiva de infancia y, sobre todo, porque ya se hicieron importantes reformas en torno a la niñez, cuya implementación cabal está pendiente. Por eso, más allá de las reformas por venir, en materia de infancia hoy se trata de voluntad política, de prioridades presupuestarias, de capacidad de gestión, de innovación pública para crear soluciones y, sobre todo, de un abordaje interinstitucional que ordene al conjunto del gobierno, entre otros:
Acometer estos desafíos es una urgencia, un deber moral y también, una oportunidad. El presidente sabe que necesita resultados para generar un legado y que ello exige escoger las batallas que le permitan aunar voluntades políticas diversas.
Transformar este gobierno en el gobierno de la niñez permitiría armonizar las almas y agendas del ejecutivo en torno a una misión y narrativa común, también reforzar a una derecha liberal que está bajo amenaza y cuya sobrevivencia le hace bien a nuestra democracia, pero, sobre todo, supone conectar los dolores y urgencias más profundas de Chile con los atributos más genuino de quien nos lidera. Así se construyen los legados.
Nieto de un ex canciller de Frei Ruiz-Tagle, entró a la política cuando cursaba filosofía en la UC. Fue elegido consejero por el Nau el mismo año en que Giorgio Jackson llegó a la presidencia de la Feuc. Con él cofundó Revolución Democrática, partido con el que perdió las primarias del Frente Amplio para correr […]
Lo más grave de la grabación no es la grabación, es que esto sea lo más importante o noticioso que hayamos recibido de la cancillería. Una cancillería que, como se oye en la grabación, está dedicada a responder ofensas, a calmar crisis, a evitar declaraciones equívocas y equivocadas como la que el presidente Boric lanzó […]
Lo que el Socialismo Democrático en realidad quiere son más cargos en el Estado; y ojalá los obtuvieran porque tienen más gente preparada y con experiencia que es justamente por donde hace agua el gobierno. Pero una eventual hegemonía del Socialismo Democrático no significaría necesariamente un cambio en la impronta del gobierno, ni menos un […]
Cuando un grupo de profesionales puestos al mando de las relaciones exteriores de un país, prioriza consideraciones personales, y demuestra ignorar que la defensa de la soberanía nacional y el cuidado del territorio es preocupación primaria del Estado, la seguridad nacional obliga a su reemplazo inmediato.
Gonzalo Müller fue uno de los encargados de liderar la exitosa campaña por el Rechazo en el plebiscito del 4 de septiembre pasado y es un agudo analista de la situación de la derecha. Director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, Müller señala en esta entrevista su preocupación por la desatada […]