Hasta ahora mucho se ha hablado del “pacto fiscal”, que no es más que una nueva reforma tributaria para aumentar la recaudación, en un momento macroecómico más que complicado, caracterizado por el bajo crecimiento, contracción económica y una alta inflación.
Cuando hablamos de la brecha de recaudación con respecto a los países de la OCDE, se menciona que con esta reforma se espera recaudar un 4% del PIB. Un número que a varios no les dice mucho, porque la realidad es que se puede vivir tranquilamente sin saber a cuánto dinero corresponde un 4% del PIB. Por lo demás para varios de quienes sí sabemos a cuánto dinero corresponde, nos puede parecer igualmente complicado dimensionar esa cifra.
Suponer que una reforma de estas proporciones no alterará las decisiones de inversión y ahorro de los diferentes agentes o para decirlo de manera algo más elegante que los agentes se mantendrán indiferentes frente a los cambios propuestos es, a mi parecer, algo ingenuo. Los datos de las reformas anteriores, que son muchas, dejan claro que las mismas no son neutras ya que por lo general los agentes tienden a modificar sus conductas ante cambios en las condiciones o reglas de juego.
Es decir, a veces es mejor hablar en simple para que las conclusiones sean más contundentes y claras. Se persigue un aumento de la recaudación del 20% en momentos en que se crean cada vez más empleos informales, la economía se contrae y la inflación supera por lejos la meta del Banco Central. No parece un win-win para todas las partes este 20% adicional que nos reclama el socio.
El principal indicador de la Bolsa de Comercio de Santiago, el S&P IPSA, cerró este lunes prácticamente sin cambios, registrando una leve baja de 0,21% y quedando en 6.232 puntos, en una jornada en la que los montos transados estuvieron por debajo de los promedios diarios.
Las expectativas para el empleo se ven complejas con una economía que muestra claras señales de desaceleración. Así lo refleja el Índice de Avisos Laborales de Internet (IALI) durante agosto, que completó 29 meses retrocediendo al terminar en agosto con una caída de 24,4%.
El sector público y privado enfrenta retos comunes para implementar la ley, como cumplir plazos, gestionar transferencias internacionales de datos y realizar evaluaciones de impacto en protección de datos.
El índice S&P IPSA de la Bolsa de Comercio de Santiago se alineó con las caídas de los mercados globales, retrocediendo un 1,83% en la jornada de este viernes, alcanzando los 6.245,42 puntos.
Antes de decidir cómo financiar las pensiones actuales, debemos diseñar un plan detallado y realista, focalizar bien las personas y grupos que necesitan de este apoyo, y no quedarnos con el 3% como un mantra. Solo luego podremos analizar el mecanismo de financiamiento más eficiente.