Crónica desde la Plaza de Armas: Quiénes eran y qué comentaba la multitud que fue a despedir a Piñera

Este viernes frente a la Catedral, se juntó un grupo variopinto, formado por jubilados beneficiados por la PGU, jóvenes arrepentidos de votar por Boric y venezolanos agradecidos. Antes de su muerte, la aprobación de Piñera venía subiendo. Aquí lo que ocurrió en la Plaza de Armas mientras se realizaba el funeral del ex Presidente.

Hay 33 grados en el centro de Santiago, unas mil personas están en la Plaza de Armas, que tiene menos árboles que antes. La sensación de calor es bastante mayor, los asientos con sombra son codiciados. Pero todos observan y escuchan con atención las pantallas que registran el funeral del ex Presidente Sebastián Piñera en la Catedral este viernes desde las 11 AM.

El silencio es inusual en esta parte bulliciosa de la ciudad. De pronto, se siente una brisa que refresca y sorprende a muchos, aunque es normal en febrero, justo cuando habla el hijo del ex Presidente. Un gran aplauso cierra su discurso. A un costado unos tres tipos manifiestan su rechazo al ex Mandatario y son acallados por la multitud y la policía.

Es un público variopinto, formado por jubilados beneficiados por la PGU, jóvenes arrepentidos de votar por Boric, y venezolanos que le agradecen a Piñera su gestión, porque según ellos los ayudó a venir a Chile y a regularizar sus papeles.

¿Un nuevo mandato? Una chica de La Florida, de 20 años, lo resume así: “Quería honrarlo a pesar de que tuvo sus fallas en el estallido social. Si se hubiera presentado de nuevo, hubiera votado por él. La última vez voté por Boric, lamentablemente, y me arrepiento. Siempre hay que sacar una lección”.

La muchacha, que prefiere no decir su nombre, dice que el momento que más le gustó fue cuando el hijo mayor del ex Presidente, Sebastián Piñera Morel, dijo “se me parte el alma”. “Ahí corrió una brisa, que me puso la piel de gallina”, afirma.

El mercado. Como siempre en estos eventos, por muy tristes que sean, el comercio bulle. Y de todas las formas. “Pensé que vendría más gente, pero me ha ido muy bien”, dice un vendedor de retratos enmarcados de Piñera. Los vende a 5 mil pesos y lleva 40 vendidos, lo que no es poco. “No vendía tanto desde que murió Pinochet”, comenta seriamente.

“Neopiñerismo”. El caso es que Piñera, el primer mandatario de derecha desde la democracia, a quien Boric llamó demócrata de la primera hora y que votó No en el plebiscito de 1988, desde antes de su muerte estaba viviendo una revalorización de su legado. En palabras del director de Criteria, Cristián Valdivieso, ha habido una resignificación que se acelera luego de su muerte el pasado martes.

Según Pulso Ciudadano, a fines de enero, el ex Presidente Sebastián Piñera subía 3,3 puntos para llegar a 11,1% y quedar a solo 2,2 puntos de José Antonia Kast. Según Cadem, antes de su deceso, la evaluación positiva de Piñera se empinaba en un 52%, siendo la quinta figura política mejor evaluada del país.

La Plaza de duelo. “Siempre voté por Piñera, pero no soy política”, dice una señora de Pudahuel. Con sus manos sostiene una bandera chilena con la cara de Piñera, que se venden a mil pesos. “Cuando había elecciones mi esposo decía: hay que votar por el Papi. Así se refería a Piñera. Somos una familia bien humilde, pero agradecida del ex Presidente”.

A su lado hay otra señora. “No quería creerlo cuando dijeron que en el accidente de los 4 que viajaban uno había muerto. Yo dije: ‘Perdóname Dios, nuestro Señor, no quiero hacer una maldad, pero ojalá que a Piñera no le haya pasado nada”.

Reconoce que “lo hemos llorado mucho a él. Me hubiese gustado que fuera presidente de nuevo, de todas maneras. La juventud no tiene que olvidar lo que pasó con la pandemia, si ellos tienen a sus madres, a sus abuelitas vivas tienen que darle gracias a Piñera por las vacunas”.

Diversidad. No solo hay personas mayores que votan por la derecha. También hay jóvenes decepcionados del frenteamplismo. Una estudiante recién ingresada a Administración Pública, de 18 años, explica: “Creo que es importante hacer presencia en esta ocasión, porque Piñera, aunque no es mi candidato perfecto, sí hizo grandes aportes en políticas públicas en el país”.

Ella va acompañada de una cientista política egresada de la UDP, de 29 años. “La vez que pude votar por Piñera fue el 2017, pero no lo hice. Siento que en los últimos dos años se ha hecho un poco más de justicia a sus administraciones. En su primer mandato, logró impulsar la economía, pese a que recibió un país súper golpeado por el terremoto. No fue un gran estadista en ese momento, pero hizo una buena gestión”.

La cientista política resalta cómo Piñera enfrentó el estallido social. “Si bien hizo muchas cosas cuestionables, ningún presidente estaba preparado para recibir ese tipo de violencia”.

Subraya que le ha gustado el ambiente cívico del funeral. “Luego de la polarización, con dos plebiscitos, estos actos de unidad republicana se aplauden. Con la muerte de Aylwin era esperable; con Piñera no tanto. Pero si seguía a este ritmo en dos años más podía ser Presidente de Chile”.

Extranjeros. Una mujer venezolana, de Santiago Centro, sentada bajo un árbol, no quiere moverse de ahí ni conversar. Es comerciante ambulante y lleva 3 años en Chile. Finalmente acepta comentar: “Fue un muy buen presidente para los extranjeros, nos ayudó a sacar papeles y todo”.

Sobre las condolencias de Maduro por la muerte de Piñera, dice: “Por culpa de él es que estamos acá. Es una cuestión de política, porque Maduro es un tipo malo”.

Una mujer veinteañera, también de Venezuela, dice que trabaja cerca de la Plaza. “Solo quería despedir al Presidente”.

La experiencia habla. Casi al lado un jubilado de 72 años, que fue junior, mozo, se entusiasma hablando: “De la experiencia de vida aprendí que a la gente no hay que juzgarla por una primera impresión. Tenía una mala impresión de Piñera al principio, pero hizo obras como la PGU, que me cambió la vida. Yo sacaba como 280 mil pesos, que se me hacían agua en las manos”.

Y mientras un perro chihuahua lanza inofensivos ladridos, el señor sigue con sus reflexiones: “Alguien dijo que los grandes políticos permanecen vivos en la gente cuando sus reformas mejoran la vida. Piñera le dio vida a mucha gente. Pero su mérito más grande es que demostró que es posible la comunicación, el diálogo. La confianza es la que produce los cambios”.

Final. La jornada es larga pero nadie se va hasta al final. Una de las postales de la tarde fue cuando el féretro del Presidente Piñera comenzaba a salir de la catedral. Dos niñas pequeñas, de trajes azules, con banderas chilenas, hacían una especie de baile al frente. “¡Viva la Patria!”, gritó alguien y casi todos lo siguieron.

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