Cristóbal Bellolio y carta de la UDI a Boric: “Fue mal recibida por mucha gente de derecha”

El cientista político y académico de la UAI Cristóbal Bellolio aborda la controversia que generó la carta que enviaron la semana pasada 23 diputados de la UDI al Presidente Boric exigiendo la salida del ministro Giorgio Jackson del gabinete, tras el robo en Desarrollo Social. Bellolio, que ha estudiado largamente fenómenos como el populismo, el recambio de los liderazgos y el liberalismo, analiza en esta entrevista el estado de la derecha. “Evelyn Matthei es la mejor opción”, dice sobre la próxima presidencial.

-La derecha tiene una posibilidad de llegar a La Moneda, pero no parece tener un diseño estratégico sólido, como ha dicho Pepe Auth. ¿Compartes esa visión?

-Claramente no tiene un diseño estratégico. Parte importante de la derecha se compró el cuento de que el escenario de voto obligatorio, les iba a ser favorable casi siempre. Tanto Pepe Auth como Ascanio Cavallo, pero principalmente Longueira, plantearon esta tesis de que el voto obligatorio habría revelado a un Chile profundamente de derecha o más moderado y conservador.

-¿Hay un exitismo de cierta derecha?

-A mí me da la impresión de que cuando tú sientes que las cosas son así de favorables, te relajas y tus estrategias no son muy aceitadas. Quizás la derecha está confiada de que es difícil que alguien les arrebate la llegada a La Moneda. Sobre todo porque además el gobierno les hace favores; sus errores no forzados se multiplican. Algunos creen que pueden esperar sencillamente que pase el tiempo y la Presidencia les debería caer más o menos en bandeja.

-¿Es una estrategia arriesgada?

-Absolutamente, porque no estoy tan seguro de que lo que haya ocurrido el año pasado haya sido una manifestación indesmentible de que Chile es un país de derecha. Puede que nos encontremos con un escenario de voto negativo. Es decir que la gente vota contra cualquier cosa que se parezca al establishment. La derecha no puede sencillamente echarse atrás en el sillón como espectadora.

-Por un lado hay una disputa por la hegemonía entre Chile Vamos y Republicanos. Pero ¿hay también una crisis ideológica?

-Sí, pero no para Republicanos. Si yo fuese de ese partido vería el asunto más claro que el agua. Chile quiere autoridad. Lo que en este caso se expresa en orden público. Chile quiere crecimiento, lo que en este caso se traduce en una menor carga impositiva y en mayores incentivos a la actividad empresarial. Más neoliberalismo. Chile se aferra a sus tradiciones, a sus costumbres. Eso significa moderar el progresismo, en materia cultural, lingüística, sexual.

-¿Y la derecha tradicional?

-Mi pregunta es si acaso la otra derecha, la de Chile Vamos, tendría que mimetizarse con Republicanos, para tratar de rentabilizar este momento reaccionario. ¿Debiese hacer eso Chile Vamos o debiese generar una identidad propia, que se distinga de Republicanos? La tentación debe ser enorme para parlamentarios y dirigentes locales de RN y la UDI por parecerse a Republicanos. No me gustaría estar en los zapatos de la plana mayor de la UDI y RN, porque deben estar sintiendo la presión por derechizarse.

-Quizá como reflejo de esta disyuntiva, sigue la polémica entre la UDI y Jackson. El partido mandó una carta muy dura contra el ministro, y hasta intervino el Presidente.

-Lo más extraño es que Macaya había jugado un rol importante para darle una continuidad civilizada al proceso constituyente. Yo diría que Macaya actuó la noche del plebiscito y la semana siguiente como un auténtico estadista.  La apuesta de Macaya fue correcta. Sorprende que lo tengamos ahora avalando esta carta, que fue mal recibida por mucha gente de derecha. La UDI puede entenderla como una estrategia necesaria para terminar por socavar moralmente al gobierno de Boric y asegurarse de llegar a La Moneda en unos años más. Pero no es sustentable.

-¿Dónde sitúas a Kast?

-Republicanos califica bastante bien dentro de lo que los estudiosos llaman una derecha populista radical, porque su discurso moraliza el espectro político entre buenos y malos. Se le llama autoritaria, porque está dispuesta a relajar ciertas garantías liberales y promueve expulsar a los inmigrantes. Y también se le llama nacionalista porque está dispuesta a inflar una narrativa respecto de ciertos valores patrios, que serían superiores a otros.

En ese sentido me parece que encaja con lo que podríamos llamar una derecha populista radical. De hecho, el trabajo académico de Cristóbal Rovira con Lisa Zanotti, publicado en revistas internacionales, ubica al Partido Republicano dentro de esa categoría. Es decir: no es extrema derecha, en el sentido de que sí participa de las reglas de una democracia liberal, pero todavía no estamos muy claros de con cuánta lealtad.

No estoy siendo peyorativo. El concepto de populismo tiene una carga, pero cuando escuchas el discurso de Republicanos, hay una crítica moral respecto de la izquierda, parecida a los discursos populistas de Bolsonaro, Trump. No es una comparación tan descabellada.

-¿Crees que Chile Vamos debería aliarse con el Partido Republicano?

-La UDI y RN son dos culturas políticas, pero ideológicamente muy parecidos. Si le echas un vistazo a cómo votó en el Parlamento el congresista de la UDI y el de RN desde 1990 a la fecha, te vas a dar cuenta que prácticamente siempre votaron juntos. No así en la Concertación, dividida entre autoflagelantes y los autocomplacientes.

Más que con RN y la UDI, donde está la verdadera tensión ideológica es, por así decirlo, entre Ignacio Briones y José Antonio Kast. Esa es la tensión interesante, porque ahí hay dos visiones políticas distintas y se nota mucho en los jóvenes, en las universidades.

RN y la UDI están viviendo lo que les pasa a los grandes partidos. Después de mucho tiempo viven con una cierta inercia, con más stock que flujo.

-Aunque faltan tres años, ¿cómo vislumbras la próxima elección presidencial? ¿La derecha corre con ventaja?

-Óscar Godoy, mi viejo mentor que murió hace poco, fue el primero en decir el año 2001 o 2002, que Lavín no tenía la carrera corrida. El gobierno de Lagos, que había ganado apenas, se estaba desmoronando. El 2000, Lavín había sido electo alcalde de Santiago con una buena votación. Y pasa el tiempo y se empieza a desinflar. Aparece Piñera que le corre por los palos y termina incluso dejándolo fuera de la segunda vuelta.

Va a ser difícil hoy día clavar la rueda de la fortuna, a un candidato o candidata. Si tú me apuras, José Antonio Kast es el que tiene la primera opción, pero depende en parte de lo que ocurra en el Consejo Constitucional.

-Si gana el Rechazo, ¿Kast se debilita?

-Algunos piensan que a Republicanos le da lo mismo que gane el Rechazo, porque se queda la Constitución de Pinochet. Yo no creo que sea tan sencillo. Si Republicanos no es capaz de estar a la altura, la gente le va a cobrar la cuenta.

Si Republicanos, en cambio, logra llevar este barco a buen término, muchos nos tendríamos que morder la lengua. Imagínate a final de año a Boric firmando una Constitución que reemplace a la de Pinochet hecha en democracia y liderada por José Antonio Kast. O sea, esa noche celebran el Gobierno y celebran los Republicanos.

-De todos modos, ¿Kast lleva la delantera?

-Probablemente Boric jamás habría ganado si se hubiera enfrentado a una figura de derecha más moderada. Ya sabemos que Kast tiene techo. En este caso la figura de Evelyn Matthei es obviamente la mejor opción.

-¿Por qué?

-Porque nunca se le ha permitido correr en condiciones favorables. Ahora tiene una posición interesante. Dice las cosas que piensa y no le tiene miedo a nada. Pero también empalma con las sensibilidades culturales de las nuevas generaciones.

-¿Y por el otro lado?

-Hay dos figuras ministeriales, Carolina Tohá y Camila Vallejo. Tohá es una representante de la generación que no está en el banquillo de los acusados. No es millennial. Ella representa la generación perdida de la Concertación.

-¿Para Vallejo ser del PC puede ser una carga?

-Vallejo pareciera trascender la etiqueta comunista. Daniel Jadue estuvo cerca, no nos olvidemos. En política hoy en día sobrevive no el que hace muchos goles, sino el que es capaz de atajarlos. Ojo que si ninguna figura del establishment avanza, tendrá que aparecer un Bukele chileno.

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