-¿Por qué Boric no ha capitalizado el tema de los incendios, donde se mostró bastante activo, interrumpió sus vacaciones, pero parece que no ha tenido un repunte importante en las encuestas?
-El presidente tuvo un diciembre y un enero para el olvido. Recordemos que estaba afectado por la crisis de los indultos. Hubo un cuestionamiento fuerte a la canciller. El cambio de gabinete se veía prácticamente inminente. Los ministros estaban cuestionados. La ministra Vallejo había dicho unas frases muy complejas respecto a que si el Presidente hubiese tenido otra información, lo habría hecho de otra manera respecto de los indultos.
-Y no logró convencer de la necesidad de una sola lista de Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad en la constituyente.
-El presidente había hecho una injerencia respecto de su expectativa de tener una sola lista y terminaron habiendo dos listas. El presidente se iba de vacaciones en una contexto bien jodido para su gobierno, en términos de imagen, en términos de evaluación. Y además con un cambio de gabinete ad portas. La crisis de los incendios de alguna manera le devuelve algo el alma al gobierno porque lo vuelve a poner en acción, en primera plana y sobre todo recupera la agenda.
-¿Eso (manejar la agenda) ha sido uno de sus grandes déficits?
-El Gobierno no tenía agenda e iba a tener un verano absolutamente perdido, complicado, por el cambio de gabinete que venía, los errores no forzados, el fracaso del Presidente en su búsqueda de una lista unitaria. Y hoy día tenemos un Gobierno que recupera la agenda, que tiene copados los medios. Si bien hasta ahora no ha capitalizado eso en las encuestas, lo que pasó es que el Gobierno ha dejado de caer.
-Se ha dicho que Piñera encontró con la pandemia una agenda más favorable que la del 18-O, aunque a un costo muy alto, porque al principio hubo muchos muertos, pero después fue mejorando. ¿Estos casos de crisis pueden ser una oportunidad para los presidentes?
-Claro, pero no siempre. Este gobierno no está caracterizado por el manejo y gestión de la crisis, como sí estaba caracterizado o evaluado el gobierno de Piñera, cuyo activo tiene que ver con la gestión más que con la política.
El Gobierno de Boric no tiene grandes activos en gestión, sino más bien atributos blandos, gestión política, etcétera. Entonces los incendios podían ser muy complicados para el Gobierno. Pero hasta ahora no ha sido así. Al revés, el Gobierno está tomando la oportunidad y liderando razonablemente el manejo de crisis.
-¿Esto también favorece a ministros poco conocidos?
-Ha logrado visibilizar a sus ministros, ha logrado copar el terreno mediático y ha logrado que el Gobierno en su conjunto aparezca gestionando una crisis. El imaginario público de la sociedad, previo a la crisis, era de que iba ser una gestión pésima o probablemente cargada de errores. Pero ahora cuesta encontrar la mala gestión, hasta ahora no se ha agudizado la desaprobación y al revés ahora ha repuntando aunque sea un poco. Es una noticia en desarrollo.
-¿Le da un respiro sobre el cambio de gabinete?
-El gobierno está ahora aparentemente ganando tiempo respecto de un cambio de gabinete que era inminente y de un juicio al gobierno en relación al no éxito de la conformación de las listas.
Está ganando tiempo, e incluso la inminencia del cambio de gabinete puede de alguna manera relajarse. La reconstrucción se toma la agenda durante un buen rato y puede permitir al gobierno no apurar un cambio profundo de gabinete.
–¿Hasta cuándo?
-Existe la posibilidad de esperar hasta la vuelta de las elecciones. Hacer un cambio de gabinete profundo en marzo era un problema agudo, porque hubiera quedado pendiente de las elecciones de 7 de mayo. Una sorpresa en los votos hubiera tenido efecto en un nuevo gabinete; por ejemplo, lo más probable es que un ajuste de gabinete en marzo habría sacrificado bastante al PPD, por ir en una lista aparte. Pero si eventualmente al PPD le va bien en mayo, el gobierno tendrá que reconquistarlo. Este paréntesis de los incendios le da un poco de aire al gobierno.
-¿Y respecto a Piñera, que lecciones pueden sacarse?
-A Piñera, la gestión de la pandemia, que era algo en lo que finalmente salió bastante bien reconocido, le ha permitido recuperar terreno. Pero a Piñera le costó más de nueve meses, que una ciudadanía que estaba enrabiada con su gobierno, que tenía una predisposición muy negativa, evaluara más positiva que negativamente la gestión de la pandemia. La gente no le quería reconocer ni dar el punto al gobierno porque tenía una mala predisposición. Entonces demoró un buen rato hasta que los hechos fueron indesmentibles sobre el manejo de la pandemia.
Estas crisis son de más largo aliento. Es evidente que hasta ahora al menos el Gobierno de Boric no siguió cayendo. Pensar que iba a recuperar terreno en tan corto tiempo es ingenuo, porque lo que hay es hoy día es una predisposición mayoritaria de ciudadanía más bien crítica a Boric.
-¿Y el tema de las vacaciones de la canciller? ¿Tendrá consecuencias en un probable cambio ministerial?
-Son temas menores, pero que alimentan la idea de un gabinete que no está bien coordinado y orquestado. Pero obviamente hay un juicio negativo respecto de la Canciller. Hoy día es ella la que está más cuestionada, pero eso permite que los otros ministros que estaban también cuestionados queden de alguna manera protegidos por este paraguas que está poniendo el pecho a las balas que es la canciller.
El ministro de Educación tiene agenda, Giorgio Jackson tiene agenda, el MOP tiene agenda. Todos los ministros que estaban bastante cuestionados, y que eran posibles cambios, hoy en día tienen una agenda y están cumpliendo un rol. El pato de la boda podría ser la ministra Urrejola para un ajuste ministerial.
-Boric habló de una nueva regulación de las empresas forestales. ¿Eso fue comprarse un conflicto innecesario?
-Hay un tema que es como pulsional del Presidente que es condenar y responsabilizar a los poderosos. En el Presidente esa agenda la hemos visto de forma recurrente, a lo largo del tiempo. Cuando se tira contra las AFP, contra las isapres, contra el gobierno en Perú, cuando hace estos indultos. Es una manera de hablarle a sus bases, pero finalmente le enredan la plana al Gobierno.
Esas frases efectivamente le pueden traer muchas complicaciones, porque lo que el presidente había estado logrando era generar un buen ambiente con el empresariado, con el voluntariado, con la sociedad civil, para trabajar en conjunto y mancomunadamente en la solución de la crisis. Y esto le genera una tensión innecesaria .
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