La primera de la lista es una muy ingeniosa serie en la que se luce Guillermo Francella. Las otras nueve son películas de distinta procedencia, estilos y épocas.
Diligente, encantador, siempre con la sonrisa luciendo su dentadura inmaculada y diciendo las palabras exactas, Eliseo (¡espectacular Guillermo Francella!) es el capitán supremo de un barco del que conoce hasta el mínimo detalle. Nada ni nadie escapa a su control. Así se lo ve y así se siente él: seguro y muy dueño de sí mismo.
Solo que en realidad es “el encargado” para todo servicio y 24/7 de los inquilinos de un elegante edificio de Buenos Aires, dueños de unos departamentos de casi 250 mts2. Lleva 30 años en ello y si bien todo son buenas maneras y tratos más que cordiales, tras las apariencias afloran de a poco ciertas fisuras. Es que con la excepción de Beba, una dulce y amorosa anciana, todos, de mejor o peor manera, tienen a Eliseo para resolver cualquier clase de necesidades domésticas y a cualquier hora.
El gran detalle es que “el encargado”, tras sus finos modales, se las trae. ¡Y en serio! Cuando se entera que el prepotente abogado que dirige la “corporación” (léase Junta de Vecinos, pero con atribuciones) plantea a la comunidad la opción de construir una pileta (piscina) en la azotea del edificio, justo donde Eliseo tiene su cómodo y luminoso departamentito, ahí conoceremos al encargado.
Manipulador sagaz y sigiloso para espiar y urdir intrigas día y noche, efectivamente a Eliseo no se le va ni un detalle: nada se deja al azar en este soterrado juego de poderes. Todo ello sin abandonar su apacible y encantador carácter.
Esta es una originalísima y muy aguda comedia, con sus toques de humor negro (nada cercano a la violencia física) y, por momentos, no poco suspenso. Humor que se cuela en las situaciones, en los singulares personajes y las relaciones en esta refinada vecindad. Pero sobre todo en un guion exquisitamente brillante en el que bailan sinvergüenzas, cínicos y descarados de todo tipo.
Las breves escenas con que abre cada episodio, imperdibles.
El Encargado
Dirección: Mariano Cohn (Creador), Gastón Duprat (Creador), Diego Blieffeld, Jerónimo Carranza.
Guion: Diego Blieffeld, Mariano Cohn, Emanuel Diez, Gastón Duprat.
Fotografía: Rodrigo Pulpeiro
Reparto: Guillermo Francella, Adriana Aizemberg, Darío Barassi, Gabriel Goity, Gastón Cocchiarale, Jorge D’Elía, Moro Anghileri, Martín Seefeld.
Argentina, 2022.
Una temporada, 11 capítulos de 30 min.
Premio Platino 2023 Mejor actor Series Guillermo Francella.
Una sátira despiadada al narcisismo en el arte y también a la egolatría que se puede permitir con total desenfado un multimillonario con capacidad de comprar su inmortalidad vía autohomenaje. Eso es Competencia Oficial.
Por momentos delirante, esta es una comedia de humor muy negro y sofisticado a la vez. La elegancia está tanto en su guion como en la epatante arquitectura y el cuidadoso diseño de ambientes en que ocurren los hechos. Una Dirección de Arte que es una joya.
Después de festejar su cumpleaños número ochenta, Humberto Suárez, un magnate riquísimo, se pone a pensar en la huella que dejará al partir de este mundo. Más allá de la fortuna que ha amasado o de sus numerosas obras de beneficencia, el hombre quiere ser recordado por algo más perdurable.
Para ello, nada mejor que producir una película: esa será su forma de trascender. Suárez adquiere los derechos de una popular novela (que ni ha leído) y contrata a Lola Cuevas (Penélope Cruz, en una de las mejores interpretaciones de su larga carrera), una prestigiosa y premiada realizadora -cuyos filmes él jamás ha visto- para encargarle el trabajo.
La novela que hay que adaptar al cine trata de la rivalidad entre dos hermanos. La película no puede si no contar con dos grandes estrellas, en este caso, Félix Rivero (Antonio Banderas) e Iván Torres (Oscar Martínez). El choque de egos es ¡monumental!
Félix e Iván no se soportan —por celos profesionales, obviamente— y se dedican a intercambiar frases hirientes y zancadillas sin el menor disimulo. Su egolatría es cómicamente desbordante. Lola no se queda atrás: su narcisismo es más grande que la inmensa mansión de Suárez, solo que desde su pedestal de directora reverenciada, no está para disputas; ella se limita a dar órdenes y contra órdenes con toda altivez y serenidad.
Repito: esta es una negra negra comedia negra. De los mismos directores y guionistas de El Ciudadano Ilustre, esa genial y negrísima comedia que recogió decenas de relevantes premios, entre ellos, la Copa Volpi para Oscar Martínez en el Festival de Venecia.
El equipo realizador también está detrás de la serie El Encargado.
Competencia Oficial
Dirección: Mariano Cohn, Gastón Duprat.
Guion: Andrés Duprat, Gastón Duprat, Mariano Cohn.
Fotografía: Arnau Valls Colomer.
Reparto: Antonio Banderas, Penélope Cruz, Oscar Martínez, Irene Escolar, José Luis Gómez.
España/Argentina, 2021.
Duración: 114 min.
Nominaciones en Venecia, San Sebastián, el Goya y los Premios Platino.
Para cualquier feminista, de la época que sea —sufragista, de los ’60, siglo XXI, etc.— esta película puede ser desconcertante, por decirlo de algún modo. Pero ¡vamos! es una farsa.
Todo gira en torno a un grupo de amigas que “consiguen” casarse o están por contraer matrimonio, en Ciudad de México. Porque lo único relevante aquí es conseguir un novio que te regale anillo (¡!).
Pero a la que se le va la vida en ello es a Ana (la película es su perspectiva, su mirada). Ya en la primera secuencia sabemos cuán desesperada está la chica: sentada en la iglesia junto a su pareja asiste a la boda de una de sus amigas. El escandalillo que monta nos da la pauta de lo que viene.
Mientras sus padres celebran más de 50 años de matrimonio, Ana hará otra escena: el alcohol es su compañero. Cada vez que alguna cercana anuncia boda, entra en crisis. Para calmarla y que deje de estropearle la vida a todos sus cercanos, su prima, que se casará pronto, la envía a un inverosímil y divertido (y sí, algo ridículo) curso para “cazar” maridos.
El desfile de posibles “pretendientes” no tiene desperdicio. La buena mezcla de lo farsesco y el absurdo con cierto realismo resulta un muy buen cóctel. Solteras es, finalmente, una muy graciosa manera de abordar ese subgénero del coming-of-age.
Grandiosa actuación de Cassandra Ciangherotti, como Ana.
Solteras
Dirección: Luis Javier M. Henaine.
Guion: Luis Javier M. Henaine, Alejandra Olvera Ávila.
Música: Andrés Sánchez Maher, Dan Zlotnik.
Fotografía: Glauco Bermudez.
Reparto: Cassandra Ciangherotti, Gabriela de la Garza, Mariana Cabrera, Flor Eduarda Gurrola, Irán Castillo, Sophie Alexander-Katz.
México, 2019.
Duración: 97 min.
Esta desopilante comedia, plagada de ingenio y muy bien pensados giros, juguetea muy astutamente con la “autoficción” y con las convenciones del lenguaje del cine. Nicolas Cage interpreta a Nicolas Cage, una estrella de Hollywood alegremente egótica, que no se da por enterado que está en franca decadencia.
Su ex mujer, su hija adolescente y su manager lo toleran entre resignados y compasivos: aparte de no ver más allá de su ombligo, el tipo no es mala persona.
Cuando su manager le desliza que el único trabajo que tiene para ofrecerle es asistir al cumpleaños de un fan millonario, Nic pone el grito en el cielo. Pero la realidad —¡las porfiadas deudas!— lo hacen aceptar a regañadientes.
Así emprende vuelo a Mallorca —en esos bellísimos parajes transcurre la mayor parte de la película— donde es recogido por su fan: Javi Gutiérrez (Pedro Pascal ¡se luce!). Javi y Nick son seres en las antípodas pero comparten un rasgo en común: una cierta candidez y liviandad de fondo.
Con ese lado “patán” que mantiene a pesar de todo, Nic se instala a disfrutar del sol y el mar y de la inusitada amistad que traba con su anfitrión. Pero un asunto que conocemos al inicio del filme termina envolviéndolo en una trama de espionaje para lo que ciertamente se muestra tan torpe como para todo en su vida.
En la última parte se desata la acción, con variados giros que sorprenden a los mismos protagonistas, sin abandonar nunca la comicidad que atraviesa todo el filme. Con esta divertida historia, Nicolas Cage se ríe de sí mismo y del mundillo en que circula, mostrándose a través de este personaje con total desenfado (al que ciertamente le agrega condimentos de ficción). De hecho, abundan las citas a sus películas y a otros clásicos (y no tanto) que contribuyen a alimentar el humor.
El insoportable peso del inmenso talento
Dirección: Tom Gormican.
Guion: Kevin Etten, Tom Gormican.
Música: Mark Isham.
Fotografía: Nigel Bluck.
Reparto: Nicolas Cage, Pedro Pascal, Tiffany Haddish, Neil Patrick Harris, Demi Moore, Sharon Horgan.
EE.UU., 2022.
Duración: 105 min.
Ver a Rossy De Palma es un lujo, más aún si no es bajo el lente de Almodóvar sino en otro espacio: una comedia elegante, que transcurre en París, que tiene momentos y sobre todo diálogos exquisitos. Toni Colette, como Anne, su “patrona”, le hace un contrapeso extraordinario.
La Madame es una comedia de enredos, los que básicamente arma el hijo patán de Bob, el dueño de casa (Harvey Keitel), quien llega a revolver todo. Para partir, la mesa de la cena.
Como en “Veraneando en Zapallar” (la antigua comedia chilena de Olegario Lazo Baeza), esta es una familia de ricos que están disimulando que están quebrados y su destino depende de vender un valioso cuadro. Para lograr lo que intentan, han organizado una cena con importantes invitados.
Nada de lo anterior ocupa mayormente a Anne (Toni Colette) porque para ella su tren de vida es lujoso y jamás se le ocurriría postergar sus “necesidades”. Pero que sean 13 en la mesa la vuelve loca y le exige a su empleada (Rossy de Palma) que se “disfrace” de invitada, se siente a la mesa y no hable.
Por supuesto que habla… ¡Muy divertida!
La Madame
Dirección: Amanda Sthers.
Guion: Amanda Sthers, Matthew Robbins.
Música: Matthieu Gonet.
Fotografía: Régis Blondeau.
Reparto: Harvey Keitel, Toni Collette, Rossy de Palma, Michael Smiley, Tom Hughes, Violaine Gillibert.
Francia, 2017.
Duración: 91 min.
¿Cómo llegan a ser amigas una torpe e ingenuota mamá, desconocida youtuber de consejos de cocina doméstica para dueñas de casa, y una sofisticada, sexy y avasalladora ejecutiva de relaciones públicas de Manhattan? Es lo que parte por relatarnos Un pequeño favor, un thriller de misterio, en la línea del neo-noir, servido en una copa de martini seco y muy frío, acompañado de una banda sonora en francés -modo balada sensual- y que se desliza en el terreno de la comedia negra sin recurrir a chistes ni gags.
Stephanie (la gran Anna Kendrick), pueblerina de la cabeza a los pies, por dentro y por fuera, es la clásica mamá del curso siempre ocupada de organizar bingos, paseos, actividades varias y que el resto de los apoderados evita por “latera”.
Da la casualidad de que su hijo Miles (Joshua Satine), de 5 años, es amigo de Nicky (Ian Ho). Y un buen día, la madre de Nicky, Emily (Blake Lively ¡estupenda!) irrumpe a la salida de la escuela en su elegante auto con chofer, despampanante en sus tacones estilete, terno e impermeables perfectos y tras sacudir su larga y cuidada cabellera se aproxima a una atónita Steph. El contraste visual entre ambas es a lo menos risible.Los niños quieren seguir juntos, jugando en casa, y Emily opta por invitarlos a todos a su espléndida y moderna mansión.
Allí comienza una improbable “amistad” -a todas luces tóxica y más retorcida de lo que se puede prever- cuyo propósito más evidente para Emily es conseguir una transportista y, también, una babysitter para su hijo. Hay en este filme una elegancia que ni se opaca cuando emerge la truculencia escondida bajo la alfombra y la oscuridad tras los luminosos ventanales.
Basada en la novela de Darcey Bell, la historia es un festival de giros. Y aunque a la velocidad en que se desmoronan las diáfanas apariencias todo parece un gran acto de prestidigitación, no hay truco. Sí un montón de verdades ocultas, que ya se habían insinuado al comienzo de todo.
¡Muy entretenida!
Un Pequeño Favor (A Simple Favor)
Dirección: Paul Feig.
Guion: Jessica Sharzer. Novela: Darcey Bell.
Música: Theodore Shapiro.
Fotografía: John Schwartzman.
Reparto: Anna Kendrick, Blake Lively, Henry Golding, Glenda Braganza.
Estados Unidos, 2018.
Duración: 117 min.
En este Ocean eleven de pueblo rural del Tercer Mundo, Ricardo Darín encarna a Fermín Perlassi, una suerte de héroe en la pequeña localidad de la provincia de Buenos Aires donde vive con su mujer (su hijo estudia en la capital).
Fue un goleador del equipo local y hasta una estatua (ya algo a mal traer) que inmortaliza su hazaña le erigieron en la plaza. Es un hombre sencillo, que vive sobriamente su retiro, feliz y en paz. Pero tiene un sueño: hay por ahí unas instalaciones abandonadas y se le ocurre que entre varios vecinos y amigos podrían sumar el dinero necesario para echar a andar una cooperativa rural.
Hombre honesto y querido, la confianza que Fermín inspira en la comunidad le permite reunir a un grupo de “aportantes»—unos más que otros, según sus posibilidades— como primer paso para concretar el emprendimiento.
Con cuentas claras y bien anotadas en papel, ¿qué hay que hacer mientras se da el siguiente paso? Guardar el dinero, obviamente en el banco. Esta historia transcurre a fines de 2001, en lo que allá se conoció como “el corralito”. De manera que ya sabemos, más o menos, cómo siguen los hechos para estos vecinos.
Para Fermín el asunto resulta doblemente duro y por un tiempo es consumido por la depresión. Hasta que su hijo (“Chino” Darín), que ante las circunstancias ha regresado al pueblo, y sus amigos de la frustrada cooperativa descubren que un “vivo” del pueblo —bien “dateado”— se ha aprovechado de la situación y de los “giles” (que, sabemos, nunca se enteran de las turbiedades). Y entonces deciden actuar.
La película mezcla humor, drama, suspenso y acción, en un relato que tiene mucho de simbólico, más allá de los hechos concretos. Para efectos de la fábula, todo se concentra en un sujeto, un Goliat al que este grupo de provincianos decide vencer a punta de astucia y un cuidadoso y elaborado plan.
Basada en la novela “La Noche de la Usina”, de Eduardo Sacheri (el mismo de El Secreto de sus Ojos). Ojo con la música: Babasónicos, Cerati, Divididos, Serú Girán. Una dramedia entrañable y entretenida.
La Odisea de los Giles
Dirección: Sebastián Borensztein.
Guión: Sebastián Borensztein, Eduardo Sacheri.
Fotografía: Rodrigo Pulpeiro.
Reparto: Ricardo Darín, Luis Brandoni, Chino Darín, Verónica Llinás, Daniel Aráoz, Carlos Belloso, Rita Cortese, Andrés Parra.
Argentina, España, 2019.
Duración: 116 min.
Aguda y de diálogos punzantes y rápidos, esta divertida e incorrecta comedia tiene a la grandiosa Emma Thompson de protagonista.
Ella es Katherine Newbury, comediante y exitosa protagonista de su propio talk show en una cadena de TV.
Muy popular, lleva mucho años en ello. Y ese es el problema: la nueva presidenta del canal de TV quiere reemplazarla por alguien más joven. Katherine es un hueso duro de roer. Por todo el encanto que derrocha en cámara, es fría e inconmovible y una déspota con su staff de guionistas, un gracioso grupo de hombres algo nerds que le temen como al demonio.
Dadas las circunstancias, decide contratar a una muchacha de origen indio —“la cuota de diversidad”, como le dice cínicamente—, que ha llegado allí casi por casualidad. Molly resulta ser mucho más que una ingenua chica que mete la pata a cada rato y pisa todos los callos que en realidad había que pisar en ese entorno.
En este clivaje de dos mujeres imposible más en las antípodas se juega esta historia que pone el dedo en la llaga en todo aquello que ha sido descuidado por rutina y por confort. Incluidas importantes relaciones personales. Muy buena.
Ellas Mandan (Late Night)
Dirección: Nisha Ganatra.
Guion: Mindy Kaling.
Reparto: Emma Thompson, Mindy Kaling, Amy Ryan, Hugh Dancy, John Lithgow, Megalyn Echikunwoke, Max Casella.
EE.UU., 2019.
Duración: 102 min.
Esta comedia española arranca carcajadas. Grandiosa en imágenes (¡un agrado!) y sobre todo en el trabajo de montaje: las escenas y secuencias se suceden al ritmo preciso como para convertirse en sí mismas en parte del humor. La premisa es más o menos simple: a José Luis lo acaban de plantar en la mitad de su boda. Así no más.
El banquete queda servido —el padre de José Luis aprovecha lo que puede— pero lo que no está dispuesto a perder es el viaje de bodas contratado a un lujoso resort en las Islas Mauricio (aunque el novio quería ir a los fiordos de Noruega ¡!). José Luis no es lo más avispado, digámoslo, y no le es fácil encontrar quien lo acompañe. Una gran oportunidad para María del Carmen, su avasalladora madre (la espléndida Carmen Machi) a quien es imposible oponerse.
Incómodo, contrariado, sin saber qué hacer ni qué decir, José Luis se ve de “luna de miel” ¡con su madre! Ella no puede estar más a gusto con el viaje, la suntuosa habitación con piscina y el mar, que está allí, no más saliendo a la terraza, y con todos los programas que les ofrece el resort. Y claro que hará amistades, algo que le costará más a José Luis que finalmente logra que la desparpajada guía turística argentina lo haga relajarse un poco. Aunque sea a través de riesgos en los que él jamás soñaría embarcarse.
La película se juega entre aventuras, buenos personajes secundarios y situaciones inesperadas. Pero sobre todo en aquella relación madre-hijo que en apariencia es muy convencional pero de la cual surgen, entre trago y trago, ciertas dinámicas familiares que hacía mucha falta revisar.
Ver a Carmen Machi, una gran actriz dramática, desempeñarse fabulosamente en un rol de comedia desatada ya vale la pena. Quin Gutiérrez (José Luis) logra instalarse como un excelente contrapunto. Muy entretenida.
Amor de Madre
Dirección: Paco Caballero.
Guion: Cristóbal Garrido, Adolfo Valor.
Reparto: Quim Gutiérrez, Carmen Machi, Celia Freijeiro, Andrés Velencoso, Edeen Bhugeloo, Jake Francois, Yolanda Ramos.
España, 2022.
Duración: 110 min.
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