Esta entrevista tenía inicialmente el objetivo de abordar el debate en torno al aumento presupuestario que pidió la mesa de la Convención Constituyente a La Moneda, a fines de la semana pasada. Bernardo Fontaine, constituyente, economista e independiente cercano a RN, tiene una visión muy crítica al respecto. Piensa que, en los hechos, acá no se había hecho un traspaso de recursos, sino que una inyección de nuevos fondos. Pero el escenario del fin de semana fue remecido tras conocerse que Rodrigo Rojas Vade, ícono de la asamblea, se había visto forzado a admitir en entrevista con La Tercera que había mentido al decir que tenía cáncer, uno de los temas por los cuales se hizo popular en las protestas del 18-O. Aquí parte de sus reflexiones de su segundo mes en la asamblea.
¿Qué representa para usted el caso de Rodrigo Rojas Vade?
Esto es todo un montaje político porque esto no fue un montaje personal solamente. Consiste también en haber jugado a desprestigiar la medicina pública cuando él nunca ha sido tratado por la medicina pública. Él se ha tratado en las mejores clínicas de Chile y el exterior.
Entonces aquí también hubo un montaje político. Porque siempre él dijo que la medicina pública no lo había tratado, que lo habían obligado a pagar una fortuna, para después saber que todo eso era falso.
¿Cuánto daña a la Convención?
Yo creo que esto tiene que ser un antes y un después. El antes es una Convención que dedicó sus esfuerzos a buscar declaraciones ideológicas como la de los delincuentes del estallidos social, o a defender ideas ideológicas, o de negacionismo, una percepción de los pueblos originarios totalmente parcial. El después tiene que ser una constituyente que se vuelva humilde, que se siente a trabajar al servicio de las personas.
Al abordar el caso, la presidenta Elisa Loncón indicó que “nosotros como seres humanos tampoco somos dioses para no fallar”. ¿Con qué está usted de acuerdo y con qué no?
Obviamente todos somos humanos y todos podemos fallar, pero tenemos que asumir las responsabilidades de los errores y en este caso de una vil mentira. No se necesita ser dioses para comprender la gravedad que tiene esto para la democracia, para la República, para la Constitución y su futuro e incluso para las propias ideas de ultra izquierda.
Elisa Loncón envió el 20 de agosto un oficio al Segpres con el objetivo de solicitar $1.777.968.604 millones para “cubrir asignaciones del artículo 134 de la Constitución política”. A fines de la semana pasada la mesa de la Convención se refirió al tema, indicando que el oficio apuntaba a traspasar los gastos de bienes y servicios a asignaciones. Y que, según explicó el vicepresidente Jaime Bassa, esto permitía reducir costos.
Fontaine forma parte de la Comisión de Presupuestos y Administración de la Convención y afirma que la solicitud no es una reasignación del presupuesto si no que derechamente un aumento de este. El error, para él, fue que la mesa directiva “debió haber dicho que esto era un aumento de presupuesto y que era necesario para financiar el aumento de asignaciones”.
¿Por qué algunos convencionales indican que la solicitud del nuevo presupuesto al gobierno no significa un aumento y otros que sí?
Aquí efectivamente no hay ninguna duda de que hay un aumento de presupuesto de 2.000 millones. Si no, no se habría pedido el aumento. Y, además, no cuadran las platas. No es posible pagar las asignaciones comprometidas aprobadas con el presupuesto anterior.
¿Qué hay que decir entonces?
Al final lo que había que decir es que efectivamente la Convención necesita más plata. Y necesita más plata para las asignaciones porque es necesario pagar los viajes de los constituyentes, es necesario pagar los hoteles y pagar asesores. Eso se justifica. Pero tratar de disfrazar esto en una falsa reasignación de gastos como si fuera la misma plata, no es la misma plata.
¿La Comisión de Presupuesto y Administración fue informada de que se solicitaría más presupuesto al Segpres?
Este aumento no se informó para nada a la Comisión de Presupuesto y de Administración. Deberían haber comunicado esto a la Comisión y al pleno en su oportunidad porque aquí no hay nada que esconder.
Ya van dos meses desde el inicio de la Convención, ¿Cómo evalúa su funcionamiento?
Falta un esfuerzo importante por la tolerancia. Hay que considerar que todos los constituyentes tienen la misma legitimidad y ahí entra la necesidad de corregir los excesos de la Comisión de Ética, que mal pareció creer que su función era crear una policía política, que restringiera la discusión y acallar a cualquier voz disidente e incluso con sanciones que llegan hasta prohibirle el derecho a voz a los constituyentes.
¿Y las fortalezas?
La Convención ha ido mejorando su institucionalización, o sea la existencia de reglas, porque esto partió como un consejo de curso escolar. Y eso es bueno, aunque falta todavía. Y obviamente se ha trabajado intensamente en los reglamentos que deberían obviamente ayudar a eso.
¿Cuáles son hoy, a su juicio, los principales desafíos del proceso constituyente?
Hay que concentrar el trabajo de la Convención en las necesidades de los chilenos. Esta es una Convención que se mira el ombligo. Y que está constantemente discutiendo problemas ideológicos, necesidades políticas exteriores a la Convención, y no está todavía concentrada en redactar una Constitución.
¿Y su análisis del rol que ha cumplido la derecha en la Convención? Para muchos, está cruzada por dos almas, una más liberal y otra, conservadora.
Yo veo que la derecha es la minoría más grande. Y está abocada a lograr la mejor Constitución posible. Para eso, tiene que tener, obviamente puentes con el resto de los grupos porque toda minoría tiene que hacer eso.
¿Han sido marginados de la Convención, como han planteado algunos constituyentes de su sector?
Tenemos un problema derivado de que, por parte, esencialmente, de la presidenta Loncón y la extrema izquierda hay un esfuerzo por aislarnos y considerarnos constituyentes que no tienen la misma legitimidad que el resto.
Tras el receso de vacaciones, el Partido Republicano presentará el libelo contra la ministra de Defensa por la fallida compraventa de la casa de Allende. La iniciativa será apoyada mayoritariamente por Chile Vamos y en Demócratas están abiertos a estudiarla. En el gobierno hay preocupación y han realizado un intenso lobby con los parlamentarios.
Autor de numerosas casas, oficinas, centros deportivos, capillas, edificios, Gonzalo Mardones (69 años) es uno de los arquitectos chilenos más reconocidos de su generación. En esta entrevista expresa su decepción ante el manejo de la ciudad que han hecho diferentes gobiernos. “Es la ciudad, sin duda, la solución a casi todos nuestros grandes problemas”.
En la administración Boric están conscientes de que la extradición de “El Turko”, sindicado como uno de los líderes de la operación que terminó con el homicidio de Ronald Ojeda, es altamente improbable, dado que es perseguido por delitos investigados por la justicia de Estados Unidos.
La vocera (s) Cardoch dijo que “yo no recuerdo en ningún momento que haya habido enfrentamiento directamente con Carabineros”, respecto a la relación de su sector con la policía. La afirmación es desmentida por numerosas declaraciones e imágenes sobre el rol de las actuales autoridades tras el estallido.
“No ha habido nunca una decisión de mover la estatua de Baquedano”. Así de tajante fue Felipe Gallardo, del Consejo Nacional de Monumentos, al salir de la reunión de esta mañana que se realizó para aclarar los supuestos “malentendidos” surgidos a partir de la información que entregó en febrero la propia Subsecretaría de Patrimonio en […]